L.M.A.
12.11.2022.- La exposición de Diego Moya en la Galería Luis de Burgos de Madrid deja en la memoria la imagen de la belleza de la luz fluyendo en unos universos paralelos. Estas esculturas, cajas luminosas de una ejecución exquisita que evocan infinidad de emociones, generan luminosidades movedizas que hacen pensar en el espacio, la naturaleza, o los resplandores de las aguas profundas. Así describe el crítico Santiago Olmo las cajas de luz de Diego Moya:
“Se trata de pequeñas piezas cúbicas, realizadas con metacrilato. Están dotadas de una luz interior muy tenue que cuando se enciende abre a un espacio infinito: aparecen de repente las visiones que ofrecen los telescopios, constelaciones, galaxias y nebulosas”.
Un trabajo que nos introduce de lleno en el siglo XXI, pero cuya reflexión inició Moya en las primeras etapas de su ya larga trayectoria. Diego Moya empezó a crear sus “cajas luminosas” a mediados de los 70, becado por la Fundación March para investigar nuevos materiales en el arte, entonces el artista cercano a las escuelas constructivistas y cinéticas. El reconocido artista, una reencarnación posmoderna de un hombre del renacimiento, pintor, escultor, arquitecto pero también cosmopolita, implicado en encuentros internacionales entre pintores de Marruecos y España, desde la Fundación Med-occ de la que es impulsor, siguió durante años explorando las comarcas misteriosas de la luz desde un expresionismo abstracto marcadamente, poético. Muchas exposiciones, premios y viajes a Oriente más tarde, Diego Moya afronta de nuevo, con la perspectiva del tiempo, los cubos luminosos.
Como escribe Santiago Olmo sobre los destellos en estas obras: “La luz de la que hablamos, no es una luz solar, aparece como una abstracción, como una luz inventada, experimental, que marca planos contrapuestos, interior / exterior, oscuridad /claridad, o climas lumínicos densos como el vapor o la niebla”.
Su regreso a las esculturas luminosas alcanzó su detonación artística cuando, en 2018, Diego Moya participa en el Sharjah Islamic Arts Festival con una “caja de luz” inmersiva, llevada a grandes dimensiones. En aquel momento Diego Moya ya estaba implicado, con el bagaje de muchos años de investigación artística, en la sensibilidad de la luz en sus cajas de insólita belleza. El propio artista afirma que el espacio lo recreamos con nuestra mirada, pero es infinito: “. Aunque lo veamos limitado por una caja de treinta o cuarenta centímetros, nos podemos zambullir en él en una flotación soñada”. Diego Moya nos invita a perdernos en sus irradiaciones y convertirnos en “astronautas cuánticos”. Una obra original y de extraordinaria belleza.
Esculturas de Diego Moya
7 comentarios:
Una exposición de serena belleza. Impresionante.
Es una expo imprescindible
Fabulosa exposición . Estuve el día de la inauguración antes de que empezara a llegar gente la vi muy bien y luego saludé muchos amigo. Grandísimo Artista , obra fantástica. Salud y gracias
Impresionante.
WOW !!! Esto se vé fantástico, tanta belleza, tanta poesia, tanta elegancia y tanta magia !!! Que gran pena perdérmela, me hubiera encantado verla !!! Felicitaciones al artista, es un creador genial !!! Un abrazo desde Buenos Aires
ADRIANA ZAPISEk
WOW !!! Esto se vé fantástico, tanta belleza, tanta poesia, tanta elegancia y tanta magia !!! Que gran pena perdérmela, me hubiera encantado verla !!! Felicitaciones al artista, es un creador genial !!! Un abrazo AZ
Interesantísimo!!!! Bravo al pintor investigador creativo. Ana Queral se identifica con su lenguaje.
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