Julia Sáez-Angulo
Fotos: Magán, L. Rodríguez, A. Zapisek y M. Saslovsky
27/1/23.- Madrid.- “El vino de Cebreros, denominación de origen protegida”, es muy singular y ello se debe a los distintos factores que lo confoman: suelo, clima y altitud media de 800 m. y que puede alcanzar los mil doscientos m.”, explica Alex Sierra González, enólogo de ASAG Viticultores, S.L.U. en la localidad de Cebreros. Joven de 18 años, Alex Sierra se formó en las bodegas de Carlos Sainz y que prepara la creación de una bodega particular que cristalice su reflexionado proyecto. Con él subimos hasta los viñedos, a la altura de 900 m, donde espera su padre, José Sierra, quien dice:
“Las viñas ahora están pardas, pero se ponen preciosas hacia el mes de abril. Aquellos cercados a lo lejos son tierras de viñedo que se abandonaron en tiempos buenos de la construcción, en que se ganaba más que en el campo. Ahora se busca rehabilitar de nuevo esos viñedos", fincas que se encuentran en tierras altas frente a la peña de Las Cabreras.
Un territorio de gran tradición vitivinícola. Un vino de uvas, albillo real y garnacha tinta. Los suelos 95 % de arena de descomposición granítica y 5% de pizarra y enquistos. En su mayoría, pequeños majuelos, a su vez con características singulares. El DOP de Cebreros lo forman 35 municipios de la provincia de Ávila en las estribaciones de la sierra de Gredos, en los valles del Tiétar y el Alberche.
La sierra de Gredos ofrece numerosos atractivos turísticos, por la belleza de su paisaje, a base de montes de encinas y pinos, pantanos de navegación y ríos, donde se incrustan espléndidas urbanizaciones y soberbias casas, bien protegidas, que disfrutan de estos parajes. Nombres cercanos: Arrebatacapas, El Galayo... el río Alberche. La contemplación del horizonte árboles, venados, jabalíes, muflones… además de celajes y nubes, resulta un privilegio de bella naturaleza.
Cebreros cuenta con el Museo histórico artístico Adolfo Suarez, donde expuso en su día el Grupo pro Arte y Cultura.
TOROS DE GUISANDO. El Tiemblo
Una recomendación para comer, el restaurante Casa Cebreros, decorado por Susana Moreira Carriera en tonos neutros y aire rústico, donde las carnes del buen pasto y ganado de Ávila ofrecen una buena mesa. Tomamos un vino de Carlos Sáinz, que rotula como Pegaso “Zeta”. Antes estuvimos con su amigo Gustavo Durán que nos obsequió con un Vega Sicilia 1987, en su casa, un edificio construido con buen gusto por el arquitecto Jaime Durán.
Al terminar el almuerzo, una excursión a El Tiemblo, a unos diez km, para visitar los célebres Toros de Guisando (tienen orificio para los cuernos) o cuatro verracos (cerdos sementales) de piedra granítica de más de dos mil años, debidos a los vetones, pobladores prerromanos de la zona, entre los siglos IV y I a. C. De explotación privada, los Toros de Guisando se encuentran en una amplia cerca junto al cerro de Guisando, a lado de la Cañada Real, en lo alto de un río ribeteado de chopos: el cercano arroyo Tórtolas que separa Ávila de Madrid.
Cervantes, Lope de Vega, García Lorca y otros autores citan los Toros de Guisando en sus obras. El paraje da nombre al Tratado de los Toros de Guisando que allí se firmó en el 1468 entre el rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel Trastamara ( futura reina Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica), por el que aquel reconocía la proclamación de esta como Princesa de Asturias y, con ello, heredera al trono de Castilla.
Toros de Guisando. El Tiemblo. Ávila
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