Dra. Carmen F. Jacob, junto al Dr. Ángel Cabezas
L.M.A.
23/4/23.- Madrid.- “La patología ocular en la pintura a través de la historia clínica oftalmológica” es el título del libro de la Doctora Carmen Fernández Jacob, del Servicio de Oftalmología en el Hospital Universitario «La Paz». Madrid.
El pintor renacentista Miguel Angelo Buonarotti dijo: La pintura no es obra de las manos, sino de los ojos del artista Miguel Ángel. Y en el libro de la Dra. F. Jacob, Julián García Sánchez, Catedrático de Oftalmología, presidente de la fundación SEO dice en el prólogo:
“Habitualmente, o al menos con gran frecuencia, el Prólogo consiste en una justificación o explicación acerca de la pertinencia del libro o la capacidad del autor para desarrollar el tema.
Afortunadamente en esta ocasión, la misión del encargado de redactar el prólogo se puede saltar esa obligación; por eso, al tener las manos libres me he permitido realizar una introducción a modo de prólogo, al carecer de sentido la justificación y la pertinencia del tema y la capacidad de la autora para desarrollarlo.
¿Y eso por qué? Las razones que lo explican son:
1.ª La primera justificación viene determinada por el encargo que le hace la Sociedad Española de Oftalmología para presentar, en el Congreso de Zaragoza, una Comunicación solicitada con éste título, que trae aneja la realización del correspondiente libro, que le permita desarrollar más ampliamente el tema, dado que en la exposición oral, dispone de un tiempo tan limitado, que apenas le permitirá hacer una somera explicación del contenido de cada uno de los capítulos. Queda claro, por tanto, que la autora no necesita justificarse ni explicar el por qué del libro pues, se ha limitado, como es obvio en estas circunstancias, a cumplir el deseo de nuestra Sociedad, expresado en la Asamblea General por la votación de los socios. Obviamente el autor del prólogo queda liberado también de esta misión.
2.ª La segunda es el aval de los estudios historiográficos que, a lo largo de los últimos nueve años, la autora viene realizando con regularidad, además de su participación en múltiples reuniones de Historia y humanidades, y las numerosas conferencias a las que ha sido invitada en todo tipo de ámbitos culturales.
¿Qué ofrece el libro?
Vamos a hacer un intento de analizar y valorar su contenido, como si fuéramos el abogado del diablo.
Para empezar, he tomado un capítulo al azar, tras su lectura, he podido comprobar la minuciosidad con el que la autora ha tratado al pintor objeto del capítulo, al que ha ido investigando, y digo investigando pues realmente el seguimiento que hace es tan extraordinariamente completo y sobre todo tan complejo que, únicamente una persona con una excelente vocación historiográfica, es capaz de analizar y ordenar todos los datos requeridos para que el resultado del análisis de la vida y obra de los personajes se pueda comprender en el contexto adecuado.
Vamos a realizar la autopsia del capítulo que el azar puso en primer lugar en mis manos, como es lógico, posteriormente nos aseguraremos de que en el resto de la obra se ha mantenido la misma metódica. El capítulo comienza con una mínima introducción sobe la «biografía y la obra pictórica» del pintor, esto nos hace comprender nada más comenzar, que no estamos ante un libro convencional, que tenemos en nuestras manos un modo inusual de análisis de una obra pictórica. Continúa el texto con una «historia clínica» general, complementada con la «historia oftalmológica», hasta donde es posible alcanzar pues es evidente que no siempre es posible disponer de datos contrastados. Lo que me ha permitido introducirme verdaderamente en el capítulo pues me ha permitido «entrar en el tema» y apreciar su interés ha sido el apartado «La enfermedad ocular a través de su correspondencia». Este apartado que es el de mayor extensión del capítulo, permite, mucho más allá de los fríos datos de una historia clínica, analizar los síntomas, los consejos de los médicos que le han tratado, el momento de la aparición de cada uno de los problemas que se han presentado en el aparato visual, y la repercusión que cada uno de ellos ha tenido en su capacidad de trabajo, al menos desde el punto de vista subjetivo. En la correspondencia, adecuadamente ordenada, se puede descubrir hasta el contexto en que se han generado muchos de sus cuadros y los «trucos» y/o lugares utilizados para poder hacer sus trabajos, obviando los trastornos, molestias o limitaciones que su patología ocular le originaba. Desde mi punto de vista, este apartado del capítulo, representa el alma de la obra y es el que nos permite colocar al pintor en el contexto de la repercusión que su dolencia ha supuesto para la propia obra. El capítulo finaliza con otro apartado que es esencial para comprender la propia pintura, y por supuesto para tratar de correlacionar la patología ocular del pintor con su obra, en este fin de capítulo, en el que analiza la «influencia de la enfermedad ocular sobre su obra pictórica», supone el colofón de la historia. Me ha sorprendido comprobar que la patología ocular ha permitido al pintor desarrollar nuevas formas de pintura, cambiando el motivo de sus obras, trasladándose desde su escenario habitual de pintar al aire libre, a otro escenario, nuevo para él, de paisajes urbanos que le permite, desde la ventana de su casa o desde un hotel, descubrir los miles de matices en los que no había incidido previamente y que, en ocasiones, puede dar lugar a sus mejores obras. En este apartado del capítulo, también se analizan, se discuten o rebaten las opiniones de otros historiadores de arte que, con menos conocimiento de la verdadera repercusión de la patología ocular, llegan a conclusiones erróneas sobre los cambios de estilo del pintor o el cambio del escenario de trabajo.
Tras la autopsia realizada, es momento de pasar a comprobar en qué medida, en el resto de capítulos se mantiene la tónica y la metódica empleada en el que el azar trajo en primer lugar a nuestras manos. Como suponía, compruebo que los apartados que dan vida al libro, son en cada capítulo, precisamente los dos últimos, es decir los que se refieren al análisis de la correspondencia y la influencia de la enfermedad ocular en su obra pictórica. Es aquí, en la parte final de cada capítulo, en donde la autora ha dado su do de pecho, revisando, analizando y comentando la correspondencia y analizando de modo magistral, la repercusión que en el trabajo ha podido suponer la discapacidad visual que, en ocasiones, aunque pueda resultar paradójico, no ha sido negativo, pues son varios los pintores que, a pesar de las posibles limitaciones que su deficiencia visual producía en su pintura, supieron adaptarse y lo que es más sorprendente, en algunos casos mejorar de forma evidente la calidad de sus obras.
Las imágenes que acompañan a las descripciones sobre las circunstancias en que han sido creadas, son una muestra más de la minuciosidad de la autora para hacernos entrar en la patología del pintor y, sobre todo para ayudarnos a comprender lo que el libro intenta hacernos ver desde su primera hasta su última página. Todas las obras reproducidas tienen su por qué, nada es casual, es la forma que utiliza la autora para introducirnos en el mundo de la historiografía.
Recomendación final
Como recomendación final, cuando te dispongas a iniciar la lectura de este libro, recuerda que está escrito para ser leído pausadamente; cada capítulo ha de ser recorrido sin prisas, saboreando su contenido, así lograremos comprender las circunstancias que cada pintor ha tenido que superar, más allá de su propia incapacidad, para lograr mantener y, en ocasiones hasta superar sus limitaciones, haciendo los esfuerzos necesarios y la modificación de su propio estilo o el cambio de los motivos a trasladar al lienzo y eso únicamente lo vamos a conseguir haciendo el recorrido del capítulo concediéndole el tiempo necesario para asimilar su denso contenido. Es mucha la información que vamos a recibir; se nota que el esfuerzo de la autora ha ido mucho más allá de la información que estamos acostumbrados a recibir, cuando leemos las biografías al uso de los pintores que están incluidos en este libro.
Cuando finalicemos nuestra lectura, seremos capaces de comprender en que consiste la historiografía, sabremos que va más allá de una simple biografía y también que rebasa al simple análisis de la obra artística de un pintor, incluso me atrevo a afirmar, tras la lectura de estos capítulos, que lo que se nos ofrece en este libro es mucho más que la simple suma de biografía y análisis de la obra de los pintores seleccionados.
No quiero entrar más en el tema, pues estoy seguro de que, como a mí me ha sucedido, la lectura de este libro, te permitirá comprender exactamente el verdadero significado y la trascendencia de esta nueva forma de análisis de la pintura. Esto es ni más ni menos”
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