• Homenaje del Cervantes al filólogo y académico, uno de los mayores expertos de la historia en El Quijote
• García Montero: «Rico fue un referente fundamental de nuestra cultura que nos enseñó a recibir la herencia del humanismo»
• Para Ernest Urtasun, ministro de Cultura, el homenajeado «forma parte de nuestra memoria colectiva»
La filósofa y catedrática de la Universidad de Barcelona, Victoria Camps, viuda de Francisco Rico, deja uno de los libros que forman parte del legado de su marido en la caja nº. 1.406. Foto: Instituto Cervantes (Pablo Rojo)
Francisco Rico (1942-2024), académico
L. M. A.
https://www.youtube.com/watch?v=ws5IzBSCIPI
Madrid, 18 de junio de 2024.- La Caja de las Letras del Cervantes ha recibido esta tarde el legado in memoriam de Francisco Rico (1942-2024), filólogo, historiador de la literatura de la Edad Media al Siglo de Oro y miembro de la Real Academia Española recientemente fallecido, «que representa distintas facetas de mi padre sin pensar qué hubiera elegido él, porque era impredecible», tal y como explicó su hijo, Daniel Rico.
Junto a él, han participado en el legado su madre, la filósofa Victoria Camps, viuda de Rico; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; el director de la Real Academia, Santiago Muñoz Machado; y el catedrático de Literatura y discípulo del eminente filólogo, Jordi Gracia. Como testigos de honor, han actuado la directora General del Libro, María José Gálvez, y las directoras de Cultura y Académica del Instituto Cervantes, Carmen Pastor y Raquel Caleya, respectivamente.
El legado guardado en el cajetín n.º 1406 lo forman dos de sus obras, del principio y del fin de su carrera. La primera, La novela picaresca y el punto de vista (1969), que juega entre la realidad y la ficción y que fue publicada poco antes del nacimiento de su hijo con la dedicatoria: «Para V. a la medida de D.» (Para Victoria, su mujer, a la medida de Daniel, su hijo) cuya fórmula se ha convertido en una dedicatoria ya clásica.
La última, Una larga lealtad. Filólogos y afines, que para Daniel «es el único borrador de memorias que podría haber hecho mi padre, ya que recoge semblanzas de amigos y maestros». Se añade al legado un tercer libro, Guillermo y los intelectuales, de la escritora inglesa Richmal Crompton, especializada en libros infantiles y narraciones de terror, que fue una de las primeras lecturas de Rico en su niñez.
Con corbata hasta en el gimnasio
A los libros se unen dos objetos personales. Por un lado, ha contado su hijo, una corbata italiana: «mi padre era sumamente presumido, para él la elegancia era vestir ropa italiana y la corbata la usaba para todo, incluso dormía con ella o hacía bici en el gimnasio con ella puesta».
Por otro, una carpeta con pequeñas notas recopiladas y recortes pegados «de las miles de carpetas que tenía ordenadas por temas y que representan su manera tan peculiar y característica de trabajar», según explicó su mujer, Victoria Camps —que también entregó un legado personal en 2020 a la Caja de las Letras —. La carpeta entregada trata sobre El libro del buen amor y tiene hasta título, que no todas lo tienen, en homenaje a su autor: El primer amor de Juan Ruiz.
Tres lecturas fundamentales de Rico
García Montero confesó estar «melancólicamente feliz de homenajear al maestro», ya que se trata de un homenaje repetidamente aplazado por la agenda del filólogo, la pandemia y su enfermedad.
El director del Instituto eligió tres lecturas «que forman parte de mi formación» para recordar a Rico: «Como persona y filólogo, La novela picaresca y el punto de vista; como intelectual, Nebrija frente a los barbaros, que aborda qué sentido tiene la obediencia ante un mundo ignorante que desconoce muchas de las cosas que quiere afirmar. La libertad de imponer una pauta por el conocimiento frente a los bárbaros es también una gran lección».
Como tercera obra García Montero escogió el ensayo El sueño del Humanismo: de Petrarca a Erasmo y confesó que este libro, de 1993, le descubrió —y son palabras de Rico—que «al humanismo le seguimos debiendo haber descubierto que nuestra dimensión es la historia, que el hombre vive en la historia, en la variación, en la diversidad de entornos y experiencias, en el relativismo, pero por ahí también en la esperanza». Y eso, —continuaba Rico en esa obra—«implica un programa de acción, implica que es posible cambiar la vida, que la restitución de la cultura antigua abre perspectivas nuevas, que el mundo puede corregirse como se corrige un texto o un estilo».
El mejor editor de El Quijote
Si bien la mayor parte de su trayectoria como investigador Rico la dedicó a Petrarca y al Humanismo italiano, al Siglo de Oro español y a la novela picaresca, pero su interés principal han sido Cervantes y El Quijote. Rico ha sido el responsable de varias ediciones de esta obra, así como de otras obras clásicas de la literatura medieval, renacentista y del Siglo de Oro. Asimismo, dirigió la colección Biblioteca Clásica de la Real Academia Española (BCRAE).
«La mejor colección crítica editada en toda la historia», como la definió el propio Muñoz Machado, que adelantó que «se realizarán ediciones más resumidas para colegios e institutos como Francisco Rico deseo siempre».
Catedrático de Literaturas Hispánicas Medievales en la Universidad Autónoma de Barcelona, Rico está considerado como uno de los mayores expertos de la historia en El Quijote y una figura clave de la historiografía literaria española.
El primer humanista del siglo XX
Para Jordi Gracia, «tendemos a relacionar las humanidades con la seriedad, pero olvidamos el componente lúdico, de placer, ser felices haciendo un trabajo lento y en Francisco Rico se fundían la dimensión del placer y la dimensión del primer humanista del siglo XX y XXI». Gracia concluyó que Rico «introdujo las humanidades en el menú cultural de la sociedad española desde finales del franquismo hasta hace poco».
Por último, Ernest Urtasun destacó que «Francisco Rico forma parte de nuestra memoria colectiva: la edición de El Quijote que yo leí en el colegio era la suya. Nos ayudó a entender mejor nuestra cultura y su memoria seguirá en la sociedad española a través de su inmenso trabajo».
Tras el legado, se celebró una mesa redonda en torno a la figura del académico en la que participaron Luis García Montero, Inés Fernández-Ordóñez, filóloga y académica de la RAE; Gonzalo Pontón, editor y crítico literario; Victoria Camps, filósofa y catedrática, y Daniel Rico, escritor y profesor de Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Barcelona; moderada por Jordi Gracia.
También intervinieron en el coloquio el director de cine Manuel Gutiérrez Aragón y el filólogo y académico Pedro Álvarez de Miranda que lo cerró recitando unas divertidas "coplas de pie quebrado" de Rico leídas en un almuerzo de Reyes en la Real Academia Española en las que con mucha ironía retrata a los académicos, "y si mi sabio sermón os pincha, chincha, chirría o hace roncha, cursad la reclamación al señor Víctor García de la Concha", termina.
A lo largo de su carrera Francisco Rico obtuvo diferentes galardones, como el Premio Internacional Menéndez Pelayo (1998), el Premio Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal (2004), el Premio Alfonso Reyes (2013) o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2015).
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