domingo, 28 de julio de 2024

RETORNO A EL ESCORIAL V. Carlos S. Tárrago y Miguel Ángel Ramos. Encuentro sobre los Ortega y Gasset en El Escorial. Eduardo el desconocido

 Carlos S. Tárrago y Miguel Ángel Ramos


       

 Julia Sáez-Angulo
 Fotos J. Sáez

    29/7/24 .- El Escorial .- El historiador Carlos S. Tárrago y el economista Miguel Ángel Ramos, tesorero del Ateneo Escurialense fueron presentados y llevaron a cabo un animado encuentro de palabras sobre la familia de los Ortega y Gasset en el Cafetín Croché de San Lorenzo de El Escorial, familia que veraneaba en la segunda Casa de Oficios junto a Real Monasterio de San Lorenzo, donde hoy figura una placa, colocada por la Fundación Ortega y Gasset, en colaboración con el Ayuntamiento laurentino. Ambos estudiosos, escritor y conferenciante, son conocedores apasionados de los Ortega y Gasset, especialmente de Eduardo y José.

               Fue precisamente en San Lorenzo de El Escorial, donde José Ortega y Gasset escribió su libro “Meditaciones del Quijote” y donde afirmó: “No hay mejor sitio para meditar sobre el paisaje y sobre Castilla que este Jardín de los Frailes”, que se encuentra adosado al Real Monasterio y tiene acceso libre a los visitantes durante el día. José O y G también escribió un ensayo “Meditación sobre El Escorial”, que se incluyó en su libro “El Espectador”.            

               Los Ortega Munilla tuvieron cuatro hijos: Eduardo (1882), José (1883), Rafaela (1884) y Manuel (1885). El más celebre de todos fue José, el filósofo. “Fue en El Escorial donde los hermanos aprenden a leer y dónde el maestro le dice al padre de los Ortega, que nunca había tenido un niño tan inteligente como Pepito (José O. y G.)”, recuerda el historiador Carlos S. Tárrago en la conversación.

               El historiador Tárrago está haciendo una tesis sobre Eduardo Ortega y Gasset (Madrid, 1882-Caracas, 1965), abogado, periodista, masón y político republicano español, que ocupó importantes cargos en la Administración, tanto durante el reinado de Alfonso XIII como durante la República, donde fue nombrado Gobernador Civil de Madrid (primer cargo que se nombró) y Fiscal General. Tesis que ya está a punto de finalizar y leer en la Universidad de Alicante; en una biografía completa que desembocará en un libro.

               “Me encontré con el personaje de Eduardo al leer sus espléndidas crónicas africanistas tras el Desastre de Annual en 1921, en las que denuncia la corrupción. Las recopilé todas y fue el comienzo de ir rastreando a un hombre desconocido e interesante, hombre coherente, autoexiliado en Hendaya, durante la Dictadura del general Primo de Rivera, dirigiendo la publicación clandestina Hojas Libres, con Miguel de Unamuno como máximo colaborador y autor de los editoriales de la misma, ejerciendo desde dichas páginas una crítica implacable contra régimen de la dictadura y la monarquía, cuenta el historiador Tárrago, ante la escucha atenta del también orteguiano M. A. Ramos y yo misma, presentes en el encuentro.

               Eduardo O. y G, tras la guerra civil, se exilió en Cuba y más tarde en Venezuela, donde fallece, liderando en todo momento una dura crítica contra el franquismo que, en ausencia, en 1945, lo condenó por masón, razones, todas, por las que fue silenciado por el franquismo siendo un personaje desconocido cuando hasta el año 1936 desempeñó un importante papel, como lo demuestra las numerosas reseñas que sobre el mismo se puede encontrar en la prensa de todos esos años. Sin embargo, mantuvo siempre un interés y preocupación por conocer detalles de sus hermanos, tal como se refleja en documentos y testimonios familiares aportados por sus descendientes con las que su biógrafo está en contacto y que se detallan en la Tesis de trabajo. En uno de esos documentos dirá: “Mi hermano José era mi mejor yo”. 

               El historiador y el economista hablaron de los tres hermanos Eduardo, José y Manuel, cada uno con un destino diferente después de la Guerra Civil de 1936-39. “Vienen a constituir tres vías de tres Españas. A la familia política de Manuel, muy católico, reputado Ingeniero de Minas, también fue escritor y traductor de Dickens, siendo, también, otro olvidado, le mataron varios parientes los republicanos y esto le marcó toda su vida”, contó Tárrago. “De la familia Gasset, de derechas, murieron 36 personas durante la guerra civil”, añade Ramos, quien añadió que “hay más de tres Españas en la posición política. Yo diría que una por cada español".

    “Rafaela O y G fue colaboradora de María de Maeztu en la Residencia de Señoritas y en la institución teresiana del Padre Poveda. Era la tercera de los cuatro hermanos y la primera que falleció”, nos recuerda Tárrago.

    “Llegar a Ortega a partir de San Lorenzo de El Escorial” fue una de las conferencias impartidas en el Ateneo Escurialense, impartida por Agapito Maestre, Dr. en Filosofía por la Universidad Complutense, UCM. Nieves Gómez, hoy presidenta del Ateneo Escurialense y profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, también es filósofa orteguiana, más bien seguidora de Julián Marías, discípulo de José O y G.

        Más información


Unamuno en una tumbona junto a Eduardo Ortega y Gasset. Unamuno llamaba a Eduardo"Ortega el bueno", porque sabía escucharle.

Eduardo O y G elogió al general Franco en África, antes de su Alzamiento Nacional


Carlos S. Tárrago, Julia Sáez-Angulo y Miguel Ángel Ramos en el Cafetín Croché de S. Lorenzo de El Escorial
Miguel Ángel Ramos y Carlos S. Tárrago, ante la placa de Ortega y Gasset en San Lorenzo de El Escorial
Placa en la calle Floridablanca

Texto de la placa en el muro de la segunda Casa de Oficios
"MI SALIDA NATURAL HACIA EL UNIVERSO SE ABRE POR LOS PUERTOS DEL GUADARRAMA O EL CAMINO DE ONTIGOLA. ESTE SECTOR DE REALIDAD CIRCUNSTANTE FORMA LA OTRA MITAD DE MI PERSONA SOLO AL TRAVÉS DE ÉL PUEDO INTEGRARME Y SER PLENAMENTE YO MISMO. YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIAS Y SI NO LA SALVO A ELLA NO ME SALVO YO".
EN ESTA CASA VIVIÓ JOSÉ ORTEGA Y GASSET Y ESCRIBIÓ SU PRIMER LIBRO "MEDITACIONES DEL QUIjOTE" EN 1914. 
EXCMO AYUNtAMIENTO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MADRID PATRIMONIO NACIONAL FUNDACIÓN ORTEGA Y GASSET 1980

Ante la placa de Ortega y Gasset en San Lorenzo



4 comentarios:

Roberto Alifano dijo...

Querida y bien admirada Julia, tuve el honor de conocer a los Ortega.
Y del que más recuerdos tengo es de José "Pepito", un personaje genial y lleno de anécdotas. Habría que hacer un homenaje a esos descendientes del maestro.
Qué alegría que se los recuerde con la gratitud y afecto que merecen.
Un abraZÓN de tu amigo y devoto lector
Roberto Alifano

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Emilio Porta dijo...

Mi abuelo Luis, desde la trastienda de su oficio, compartió, muchos ratos con el mejor filósofo escritor de la Historia de España. Espléndido pensador y prosista, y persona de buen gusto, era lógico que El Escorial fuera uno de sus lugares preferidos. La rebelión de las masas no alcanzó el Jardín de los Frailes, aunque por contraste, fuera lugar de neditación y escape. El Escorial es un lugar mágico. Y para un escritor y pensador no hay cielo como el de las noches de San Lorenzo. Ni mejor piedra para sostener el pensamiento.

Inmaculada de la Fuente dijo...

De José Ortega y Gasset, personaje central de la generación del 14 y maestro directo o indirecto de tantos intelectuales (M. Zambrano, García Morente, Xavier Zubiri, Julián Marías, Rosa Chacel, etcétera) poco hay que añadir.
De Eduardo Ortega y Gasset se sabe menos y es en parte un gran desconocido, así que me parece un acierto que se haga una tesis de él, que desearé leer cuando se pueda.
Periodista, abogado y amigo de Unamuno, como se ha dicho, en la Segunda República llegó a ser Fiscal General del Estado y en la primavera del 36 sufrió un atentado terrorista: alguien llevó a su casa una bomba oculta en una cesta de huevos pero alguien se percató y no hubo víctimas, solo destrozos en la vivienda.
Me enteré de su existencia al investigar sobre Carmen de Burgos hace unos años y ver que ambos (sus libros) estaban prohibidos en la dictadura franquista, cosa curiosa en el caso de él, escritor de pocos lectores, elevado a la categoría de Voltaire por la censura de entonces.