Ver Italia y Morir
Fundación Mapfre
Comisarios: Guy Cogeval, Ulrich Pholmann, Françoise Heilbronn, Jöelle Bolloch
Paseo de recoletos, 23; Madrid
Del 6 de octubre al 20 de diciembre
Julia Sáez-Angulo
Patria de la gran pintura, cuna la Antigüedad, del Renacimiento, de la perspectiva, de las ruinas hermosas… Italia ha sido mito y deseo de muchos viajeros y artistas. En su suelo sufrió Stendhal el síndrome mórbido de la belleza, en Venecia exactamente. Los viajeros, románticos o no, del siglo XIX la fotografiaron en extremo; la fotografía se hizo en buena parte pictorialista y el paisaje, la arquitectura, la arquitectura y las obras de arte en pintura o escultura cobraron una nueva mirada, una nueva forma.
La Fundación Mapfre ha querido ofrecer una exposición que hable del anhelo y saturación de belleza en un recorrido por distintos lugares y ciudades de la península itálica. La muestra presenta un catálogo rico en textos, que antes se publicó por el Musée d´Orsay en París.
Para el comisario Guy Cogeval “A partir de 1840, los pintores dejan de ser los únicos depositarios de la realidad italiana. La fotografía, intrusa invasora, se lanza a las calles de Venecia, Florencia, Roma, Nápoles y Palermo. Se produce entonces una auténtica emulación entre los medios a partir de temas cotidianos, de la Antigüedad, la historia contemporánea y los propios italianos, todavía muy heterogéneos a pesar del Resorgimento”.
Pintura, escultura y fotografía en la muestra
La exposición reúne pintura, escultura y fotografía en torno a la representación de Italia en el siglo XIX y principios del XX. Una perspectiva múltiple y contrastada a la que se asoman autores como el “nabi” Maurice Denis con “la pila de Villa Médicis” (1904); Pompeo Molins con el mismo tema en una fotografía de 1860; el Templo de Vesta en Roma, daguerrotipo del conde Max Perrochel (c.1840) o la misma vista de James Anderson en 1853.
El “Grand Tour” es el viaje iniciático por excelencia, que todos los nobles, aristócratas, intelectuales y artistas quieren emprender para conocer al otro y conocerse a sí mismo en la aventura del propio viaje. Italia es el gran destino. Las vedutte de Venecia, Roma, Asisi, Padova y Capri son ineludibles. La isla de San Giorgio Maggiore es retratada desde distintos puntos de vista.
La mirada costumbrista o arqueológica a través del objetivo fotográfico se alterna con la ensoñación pictorialista. Italia es una fuente permanente de arte y cultura; el país que más patrimonio histórico artístico guarda en su suelo seguido de España y Francia. Solo cabe ir, viajar por toda la península y dejarse invadir por la estética de todas las civilizaciones, culturas y formas del pasado desaparecido en la belleza de las ruinas, que el propio Miguel Ángel supo recrear y representar. Italia como vivero para el barroco y el futurismo. Italia como fascinación e imaginario total de la belleza.
“Ver Italia y Morir” es el título adecuado de la exposición en Mapfre que ilustra como se puede llegar al delirio al síndrome de Sthendall.
Fundación Mapfre
Comisarios: Guy Cogeval, Ulrich Pholmann, Françoise Heilbronn, Jöelle Bolloch
Paseo de recoletos, 23; Madrid
Del 6 de octubre al 20 de diciembre
Julia Sáez-Angulo
Patria de la gran pintura, cuna la Antigüedad, del Renacimiento, de la perspectiva, de las ruinas hermosas… Italia ha sido mito y deseo de muchos viajeros y artistas. En su suelo sufrió Stendhal el síndrome mórbido de la belleza, en Venecia exactamente. Los viajeros, románticos o no, del siglo XIX la fotografiaron en extremo; la fotografía se hizo en buena parte pictorialista y el paisaje, la arquitectura, la arquitectura y las obras de arte en pintura o escultura cobraron una nueva mirada, una nueva forma.
La Fundación Mapfre ha querido ofrecer una exposición que hable del anhelo y saturación de belleza en un recorrido por distintos lugares y ciudades de la península itálica. La muestra presenta un catálogo rico en textos, que antes se publicó por el Musée d´Orsay en París.
Para el comisario Guy Cogeval “A partir de 1840, los pintores dejan de ser los únicos depositarios de la realidad italiana. La fotografía, intrusa invasora, se lanza a las calles de Venecia, Florencia, Roma, Nápoles y Palermo. Se produce entonces una auténtica emulación entre los medios a partir de temas cotidianos, de la Antigüedad, la historia contemporánea y los propios italianos, todavía muy heterogéneos a pesar del Resorgimento”.
Pintura, escultura y fotografía en la muestra
La exposición reúne pintura, escultura y fotografía en torno a la representación de Italia en el siglo XIX y principios del XX. Una perspectiva múltiple y contrastada a la que se asoman autores como el “nabi” Maurice Denis con “la pila de Villa Médicis” (1904); Pompeo Molins con el mismo tema en una fotografía de 1860; el Templo de Vesta en Roma, daguerrotipo del conde Max Perrochel (c.1840) o la misma vista de James Anderson en 1853.
El “Grand Tour” es el viaje iniciático por excelencia, que todos los nobles, aristócratas, intelectuales y artistas quieren emprender para conocer al otro y conocerse a sí mismo en la aventura del propio viaje. Italia es el gran destino. Las vedutte de Venecia, Roma, Asisi, Padova y Capri son ineludibles. La isla de San Giorgio Maggiore es retratada desde distintos puntos de vista.
La mirada costumbrista o arqueológica a través del objetivo fotográfico se alterna con la ensoñación pictorialista. Italia es una fuente permanente de arte y cultura; el país que más patrimonio histórico artístico guarda en su suelo seguido de España y Francia. Solo cabe ir, viajar por toda la península y dejarse invadir por la estética de todas las civilizaciones, culturas y formas del pasado desaparecido en la belleza de las ruinas, que el propio Miguel Ángel supo recrear y representar. Italia como vivero para el barroco y el futurismo. Italia como fascinación e imaginario total de la belleza.
“Ver Italia y Morir” es el título adecuado de la exposición en Mapfre que ilustra como se puede llegar al delirio al síndrome de Sthendall.
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