Impresionismo. Un nuevo Renacimiento
Fundación MAPFRE. Instituto de Cultura
Paseo de Recoletos, 23
Madrid
Del 15 de enero al 22 de abril de 2010
Julia Sáez-Angulo
No todos los cuadros expuestos son impresionistas, sí del siglo XIX en que vieron la luz. Todos ellos pertenecen al Musée d´Orsay de París, que se encuentra en obras de ampliación y aprovecha la ocasión para situar sus piezas en otras instituciones que pueden exponerlas. España y Australia se benefician en este momento de la presencia de su pintura.
Un total de 90 cuadros que muestran a Manet como principio y final del recorrido y que contiene obras de Monet, Renoir, Sisley, Pisarro o Cézanne entre otros, para dar cuenta de un momento histórico decisivo en la historia de la pintura, que los comisarios Pablo Gimenez Burillo y Guy Cogeval estiman como un nuevo Renacimiento
Para los organizadores “es la primera vez que un conjunto de obras impresionistas de primera importancia se presenta en España. Se trata, por tanto, de una ocasión única para contemplar, a través de los grandes maestros, una visión global de este movimiento artístico que cambió la percepción del mundo marcando el camino de la modernidad”.
Retratos de Manet al final del recorrido
“La cita con los impresionistas supone un encuentro, no sólo con una escuela o un movimiento artístico sin comparación en la historia del arte, sino con una nueva interpretación de la vida, expresada a través de la pintura tanto de luminosos e intensos paisajes rurales y urbanos como de testimonios sociales en sus interiores y retratos imperecederos”.
Entre las piezas más singulares, podemos contemplar el “Pífano” (1866) de Manet, que da imagen al cartel de la exposición; “La estación de Saint-Lazare” (1877), “La balançoire” de Auguste Renoir; “El puente de Maincy” y “El golfo de Marsella visto desde L´Estaque de Cezanne y “Los pavos” de Monet.
Pocas mujeres hubo entre los impresionistas –Mary Cassat entre ellas- pero en esta ocasión se ha traído el cuadro “La cuna” de Berthe Morisot.
En la planta baja de la exposición, los prolegómenos o coincidentes con el impresionismo con obras del simbolista Gustave Moreau o del ilustrador Gustave Doré. También se puede ver el célebre retrato del general Prim –rechazado por el militar español y después cuadro ganador de un premio en París- de gran formato que se exhibía en la cantina del museo. Una réplica del mismo figura hoy en España.
Otros retratos con los que cierra la exposición son los de Clemanceau, Nina de Callas y Mallarmé, todo un broche del gran quehacer de Manet.
Muchos de estos cuadros, propiedad del Musée d´Orsay, se encontraban dispersos por museos de provincia franceses.
Fundación MAPFRE. Instituto de Cultura
Paseo de Recoletos, 23
Madrid
Del 15 de enero al 22 de abril de 2010
Julia Sáez-Angulo
No todos los cuadros expuestos son impresionistas, sí del siglo XIX en que vieron la luz. Todos ellos pertenecen al Musée d´Orsay de París, que se encuentra en obras de ampliación y aprovecha la ocasión para situar sus piezas en otras instituciones que pueden exponerlas. España y Australia se benefician en este momento de la presencia de su pintura.
Un total de 90 cuadros que muestran a Manet como principio y final del recorrido y que contiene obras de Monet, Renoir, Sisley, Pisarro o Cézanne entre otros, para dar cuenta de un momento histórico decisivo en la historia de la pintura, que los comisarios Pablo Gimenez Burillo y Guy Cogeval estiman como un nuevo Renacimiento
Para los organizadores “es la primera vez que un conjunto de obras impresionistas de primera importancia se presenta en España. Se trata, por tanto, de una ocasión única para contemplar, a través de los grandes maestros, una visión global de este movimiento artístico que cambió la percepción del mundo marcando el camino de la modernidad”.
Retratos de Manet al final del recorrido
“La cita con los impresionistas supone un encuentro, no sólo con una escuela o un movimiento artístico sin comparación en la historia del arte, sino con una nueva interpretación de la vida, expresada a través de la pintura tanto de luminosos e intensos paisajes rurales y urbanos como de testimonios sociales en sus interiores y retratos imperecederos”.
Entre las piezas más singulares, podemos contemplar el “Pífano” (1866) de Manet, que da imagen al cartel de la exposición; “La estación de Saint-Lazare” (1877), “La balançoire” de Auguste Renoir; “El puente de Maincy” y “El golfo de Marsella visto desde L´Estaque de Cezanne y “Los pavos” de Monet.
Pocas mujeres hubo entre los impresionistas –Mary Cassat entre ellas- pero en esta ocasión se ha traído el cuadro “La cuna” de Berthe Morisot.
En la planta baja de la exposición, los prolegómenos o coincidentes con el impresionismo con obras del simbolista Gustave Moreau o del ilustrador Gustave Doré. También se puede ver el célebre retrato del general Prim –rechazado por el militar español y después cuadro ganador de un premio en París- de gran formato que se exhibía en la cantina del museo. Una réplica del mismo figura hoy en España.
Otros retratos con los que cierra la exposición son los de Clemanceau, Nina de Callas y Mallarmé, todo un broche del gran quehacer de Manet.
Muchos de estos cuadros, propiedad del Musée d´Orsay, se encontraban dispersos por museos de provincia franceses.
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