“De líneas, formas, medidas, color y materia”
Galería Edurne
Arias Montano, 5
28280 El Escorial
Julia Sáez-Angulo
La geometría es en principio sugerente, fria y estimulante. La Galería Edurne ha querido dar una vuelta de tuerca al arte normativo, para algunos el arte más conceptual de todos y, bajo el título de “De líneas, formas, medidas, color y materia”, presenta una veintena de artistas en una muestra con piezas soberbias como las de Tomasello, Isabel Garay o Jorge Matsumoto.
En la inauguración, animada por la presencia de numerosos artistas se encontraban Yamaoka –que tendrá en septiembre una exposición retrospectiva de sus 20 años en España, Marta Torre-Marín o la experta en arte sacro Elisa Sáez de Slöcker.Margarita y Antonio de Navascués, directores de Edurne, actuaron como exquisitos anfitriones.
Los artistas presentes son, además de los citados, Elena Asíns, que expone actualmente en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Violeta Andreu, el colorista cubano Waldo Balart, Harmut Böhm, María Caro, Sérvulo Emeraldo, Adolfo Estrada –magnificos ejemplares- Jo Khun, Andrés Monteagudo, Ulrico Otto, Emilio Parrilla, Jean Pfaff, Javier Samperez, Diet Sayler, Bernardo Scoditti, André van Lier, Enrique Veganzones y José María Yturralde.
Ciertamente la mejor plantilla del arte geométrico. Muchos de ellos expusieron en la gran exposición de Aranjuez en el Centro Isabel de Farnesio, proveniente del Museum Modern Art Hünfeld, que guarda la colección de un artista alemán, escultor concretamente, y creador del museo.
Matsumoto, Serialidad Inconclusa
Jorge Matsumoto (México, 1966), arquitecto afincado en España, presentaba dos obras geométricas que sutilmente reflejaban dos rostros, de una gran plasticidad y belleza.
“Mis creaciones-construcciones son composiciones geométricas de carácter arquitectónico. Construcciones en las que geometrías dinámicas se relacionan con elemento lineales. El espacio se estructura y convierte además en un espacio de signos –lenguaje y matemáticas-enigmáticos. Los objetos cotidianos se transforman en una estructura de formas donde todos los elementos dialogan en un solo sistema que pretende expresar la simplicidad”.
El autor titula sus obras con códigos alfanuméricos “como si fueran un producto industrial, abriendo de esta manera la puerta a una serialidad siempre inconclusa”
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