Etienne Krahenbühl, un
escultor suizo de gran talento y belleza
Julia Sáez-Angulo
“Tocar. No tocar” es el título de una exposición en Madrid
del escultor suizo Etienne Krahenbühl (Vevey, 1953) en la galería Joan Gaspar en
Madrid. Una muestra en la que la creatividad del autor brilla por gran
creatividad en lo que al tacto, el movimiento y la música tienen también su
protagonismo.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 31 de enero
próximo, pone de manifiesto un trabajo singular que bien merece figurar en un
museo. Actualmente la obra de Etienne Krahenbühl se encuentra en el espacio de
Cosmo Caixa de Barcelona, obra adquirida para
enriquecer sus fondos, que contemplan la escultura junto a la ciencia y
la técnica como especiales propiedades.
El “Cactus D´Orés” (2012) o Cactus dulce es la imagen de la
muestra. Una escultura a base de acero de orés y acero inoxidable e hilo supra conductor.
Se trata de una experiencia táctil en la que se comparten
sugerencias de tocar, acariciar, empujar… donde elementos de níquel y titanio
se expansionan o contraen según el calor o el frío que se le aplique. El tacto
por tanto cobra un valor significativo clave, en contra de la idea habitual de
que el arte en museos y galerías no se toca.
Hierro oxidado, acero, caucho, estropajos metálicos,
plumaria, escayola, además del níquel y titanio conforman el abanico de
materiales de este autor que ofrece unas obras singulares. A las esculturas se
añade tres grandes monotipos de diverso cromatismo. Una exposición que nadie
debe perderse.
La galería cuenta en sus fondos con dos piezas de gran
formato en las que el sonido de campana al hacer resonar el hierro en círculos
concéntricos resulta sorprendente y hermoso.
Lástima que el catálogo de la muestra no ofrezca unos datos
biográficos mínimos de Etienne Krahenbühl, por lo que queda cojo de
información.
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