Luis Feito, Pinturas históricas: 1957-1962 en la
galería Fernández-Braso
Luis Feito
LMA
La galería de arte madrileña Fernández-Braso expone la serie de pinturas de
finales de los cincuenta de Luis Feito, que conquistó la crítica y opinión internacional. Blancos,
ocres, rojos y negros dominan el cromatismo de las piezas de grande y mediano
tamaño
Obras históricas, que marcaron
tendencia y que fueron valoradas con las mejores críticas por los especialistas
más influyentes de finales de los cincuenta y principios de los sesenta.
Pinturas que recorrieron los museos más importantes de Nueva York, Washington,
París; que formaron parte de las bienales que premiaban a los artistas más
destacados del mundo y que terminaron en las principales colecciones internacionales
de arte del siglo XX.
Al ver la exposición se
puede ver la importancia de las obras que Luis Feito (Madrid, 1929) realizó en
esos años y el momento histórico-artístico al que pertenecieron. Feito va a
París en 1956 atraído por la libertad y por la efervescencia de la vanguardia
internacional. En esos años la corriente artística dominante era el informalismo
–versión europea del expresionismo abstracto norteamericano- que derivaba
conceptualmente del movimiento surrealista y que estaba muy influenciado por la
filosofía y por la literatura existencialista del momento. Ambas tendencias radicalizaron
aun más sus planteamientos en relación a la exploración y representación de una
visión más personal, íntima y subjetiva del artista, profundizando así en la
creación de un lenguaje abstracto que se desvinculaba del mundo visible y que
trataba de crear emociones y sensaciones a través del color, del gesto y de la
materia. Si a esa revolución artística le sumamos algunos rasgos propios de la
cultura tradicional española -en especial de los artistas de corte más
dramático y expresionista- y que además fueron vistos como una interpretación
de la situación política española del momento, el resultado fue un lenguaje
plástico innovador y contundente, personal y pleno de carácter, que fascinó y
atrajo las miradas de los principales estamentos artísticos del momento.
Pintura de Feito
Después serían las bienales
hispanoamericanas, las de Sao Paolo, Alejandría y Venecia, las exposiciones en
el MoMA, en el Guggenheim y en las principales
capitales europeas las que desbordarían las previsiones más optimistas en
relación al interés internacional del arte español de aquellos años.
Feito y sus compañeros del grupo de El Paso, creado por Saura en 1957, protagonizaron
el momento más brillante y admirado del arte español de los últimos años; una
época dorada que no hemos vuelto a disfrutar y que ahora deberíamos de percibir
como un logro de la cultura española del que tenemos que sentirnos muy
orgullosos.
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