La periodista argentina de 46 años recibe este
galardón por su artículo “El bovarismo, dos mujeres y un pueblo de La Pampa”,
publicado en la revista El Malpensante de Colombia, y dedica el premio a los
miles de hombres y mujeres que se entregan al periodismo, según ella, un oficio
galvánico y una forma del arte. Defiende que para dedicarse a esta profesión
hay que ser invisible, tener curiosidad, paciencia y el ascetismo de quien se
olvida de sus preocupaciones para ponerse al servicio de la historia de otro.
FUNDACIÓN MAPFRE entregó ayer, 25 de septiembre, el Premio González-Ruano
de Periodismo a Leila Guerriero por su artículo “El bovarismo,
dos mujeres y un pueblo de La Pampa”, publicado
en la revista El Malpensante de Colombia. El premio, con una dotación económica de 30.000
euros, fue entregado por Alberto Manzano, Presidente de FUNDACIÓN MAPFRE.
Durante el acto, celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, la periodista de 46 años, nacida en Junín, en la provincia de
Buenos Aires (Argentina), agradeció a FUNDACIÓN MAPFRE la concesión
de este premio, que ha dedicado “a los miles de hombres y mujeres que andan por ahí,
en Barcelona, en México y en Guatemala, en Madrid, en Buenos Aires y en Bogotá,
entregados a este oficio galvánico y que creen -como yo creo- que, si está bien
hecho, es una forma de arte”.
Durante su intervención la
ganadora también habló de sus primeros pasos profesionales, de cómo un día, sin
haber hecho jamás una entrevista, pero sin dudas, sin miedo y sin
incertidumbre, “como un animal que entra por primera vez en una selva y
descubre su naturaleza salvaje” se hizo periodista y cómo desde entonces nunca ha
querido ser otra cosa. “Escribo porque es la forma que encontré para entender
el mundo, porque es lo que me impide resbalar hacia el fondo de un hoyo en el
que reina la falta de sentido, y porque es la última frontera: porque la
escritura es el límite que me separa del caos”, recalcó.
El Presidente de FUNDACIÓN MAPFRE, Alberto Manzano,
felicitó a la ganadora y le agradeció por su brillante contribución a la
buena literatura en lengua española e hizo hincapié en que “el Premio
González-Ruano de Periodismo siga cumpliendo su función de estimular la
literatura breve de calidad en una sociedad donde el periodismo y la literatura
están sometidos a continuos cambios, como nuestra manera de leer, y sobre todo
la de nuestros hijos”.
Alberto Manzano destacó que actualmente, “los
artículos que llenan las páginas de los periódicos, tan diferentes de los que
escribía Cesar González Ruano, dan prioridad a lo inmediato, a los avatares
políticos y económicos, a los sucesos más o menos escandalosos y el artículo
literario se ve en muchos casos desplazado por otras manifestaciones”. La
riqueza del texto premiado de Leila Guerreiro “difumina la frontera entre el
relato y el artículo”, según señaló en su discurso el Presidente de FUNDACIÓN
MAPFRE.
Pablo Jiménez Burillo, Director General del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN
MAPFRE, también dedicó unas palabras durante la laudatio para expresar su admiración por la personalidad de la
escritora. “Es
una periodista vocacional, que un día se encontró con el periodismo, entendió
que estaban hecho el uno para el otro y que desde siempre cultivó un género que
en España nunca hemos entendido bien y que es el de la crónica”, subrayó. El Director General del Instituto de Cultura
de FUNDACIÓN MAPFRE, calificó el artículo ganador de “realmente especial” y
“generoso”, porque “ofrece mucho de sí misma, de su vida íntima, de su mundo
personal. Ella nos habla de sí misma y lo hace desde lugares distintos, desde
diferentes puntos de vista, como si la miráramos al mismo tiempo desde
diferentes lugares”, indicó.
Leila Guerriero
(Argentina, 1967) es asidua colaboradora de distintos medios como La Nación (Argentina), El País (España), El Mercurio, (Chile) y Gatopardo
(México), revista de la que también es editora. Además de Frutos extraños (2009, Aguilar Colombia), es autora de Los suicidas del fin del mundo (2005,
Tusquets). En 2010 recibió el Premio Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano
por su artículo «El rastro en los huesos»,
una crónica sobre el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense
publicada en El País Semanal y Gatopardo. También ha editado los libros
Los malditos y Temas lentos para la Universidad Diego Portales.
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