Julia Sáez-Angulo
Presentado por Nacho Garmendia, el
escritor Lorenzo Silva ha comentado su libro Siete ciudades en África, editado por la Fundación José Manuel
Lara, en el que narra diversas historias del Marruecos español. Una mezcla de
narrativa y ensayo para dar cuenta de unas ciudades que a uno y otro lado del
Estrecho tienen unas trazas españolas y un sentido que habla de un pasado común
a lo largo de la historia, desde el tiempo de los fenicios.
La fronteras se mueven, las ciudades
no, se recuerda en el texto publicado con pastas duras, con una rica
bibliografía sobre el tema abordado. El autor español cuenta con historia
familiar en Marruecos y por ellos escribió otros dos libros relacionados con el
citado país: En nombre de los muertos y Carta blanca.
Lorenzo Silva (Madrid, 1966) aboga por
la construcción del puente o el túnel que una mejor los dos puntos del
Estrecho, el norte de África y la península ibérica, como lo han estado a lo
largo de diversas hegemonías históricas. España cuenta con tecnología
suficiente para ello. Hay que fomentar la relación de las dos orillas, sin
olvidar que Marruecos es un país de largo recorrido como sultanato, el primero
que reconoció a los Estados Unidos. Hay bereberes y andalusíes a ambos lados.
Es el país con un Islam más abierto y dúctil, más alejado de La Meca.
Siete
ciudades en África habla de Ceuta, Larache, Tetuán, Xauen, Melilla, Nador y
Alhucemas, un recorrido geográfico y cronológico. El libro termina con un
epílogo emocionante del autor titulado “Sidi-Dris. Frente a la nada”, donde se
recuerda los trescientos españoles y marroquíes que murieron en aquel montículo
rojizo sin que oficialmente se les recuerde.
Durante la presentación y rueda de
prensa se recordó la buena relación que la Casa Real española ha tenido siempre
con el sultán de Marruecos, lo que ha servido en ocasiones para suavizar un
conflicto en momentos de fricción.
El libro se abre con una elocuente cita
de Joaquín Costa en su libro Los
intereses de España y Marruecos: “”El Estrecho de Gibraltar no es un
tabique que separa una casa de otra casa; es, al contrario, una puerta abierta
para poner en comunicación las dos habitaciones de una misma casa. Los
marroquíes han sido nuestros maestros y les debemos respeto; han sido nuestros
hermanos y les debemos amor; han sido nuestras víctimas, y les debemos
reparación cumplida”. Y viceversa, cabría añadir.
Siete
ciudades en África es un viaje a espacio de memoria común entre marroquíes
y españoles, donde presencias e intereses se cruzaban. La segunda y la tercera
década del siglo pasado fue el momento del Protectorado español (1912 – 1956)
con la parte norte del territorio, mientras el Protectorado francés se llevó el
“Marruecos útil”. No todo es negativo en la presencia española sino todo lo
contrario, hay cosas muy bien hechas, entre ellas las ciudades.
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