Julia
Sáez-Angulo
Con
atenta mirada a la creatividad literaria de las féminas, la editorial
Torremozas ha publicado recientemente un volumen de cuentos titulado “Relatos
de mujeres”, dentro de la colección ETC.
Patricia
Figuero, Ana Gómez, Patricia Martín Matas, Sara Medina, Eva Ortíz, Lita Pérez
Cáceres, Nuria Pradilla y Teres aSusmozas son las autoras , todas ellas
contemporáneas y de las que el volumen muestra una breve biografía para documental
al lector, hecho que se agradece.
Los
títulos son sugerentes: Uno,
Lepidópteros, Trabajo, sofá y vinilos, Reflexiones de una mujer más que
hermosa, Capitalismo salvaje, El cuarto de la pasión, El sobrero o Naufragios
hacia un fondo de peces quietos. No siempre los temas son relativos a la
condición femenina, como sueles ser al uso en estos casos.
El
cuento no es un género fácil porque sea corto. Tiene sus reglas de
concentración narrativa y de no perder el pulso un ápice para dar el
rendimiento máximo. Ha de ser una narración redonda, esférica, en unos casos o
“cortada como un hachazo” en su final a la manera de Joyce o de Chejov, buenos
cuentistas.
La
brevedad del género permite a numerosos autores su cultivo, algo que no cabe
siempre hacer con la novela porque requiere un do sostenido y un largo aliento
que muchos escritores no pueden afrontar porque su primum vivere les requiere el tiempo para su habitual ocupación
profesional.
Las
autoras del libro de Torremozas “Relatos de mujeres” tienen buen pulso
narrativo, no en balde la editorial es selectiva y exigente. Es bueno que
lagunas se den a conocer en esta suerte de recopilación antológica para abordar
más adelante el libro monográfico de autora.
Singular
y atractiva también la portada Miss
Chatiagne et ses marrons de Garance Li (Francia). La portada de un libro es
un reclamo, que bien seleccionada invita a la lectura.
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