Santa Teresa de Jesus. pintura de Tamara de Lempicka.Museo Zumaya. México D.F. (Foto Julia Sáez-Angulo)
Por Elsa Leonor di Santo
Mujer extraordinaria. Vivió en una época muy difícil: el renacimiento y la reforma. Su
amplia obra nos revela un alma en lucha permanente para llegar a la Suma
Verdad. Su vida es una estampa de luchas no sólo interiores sino también de su
fragilidad física, que superó lentamente según afirma por obra de San José, para
retornar al convento de La Encarnación y
permanecer allí hasta los 47 años hasta que se decide a reformar esa
institución y funda el primer convento
reformado que lo llama con el nombre del padre adoptivo de Jesús.. Fue una
aguda crítica de la vida conventual.
Como escritora mística son numerosas su
obras, pero las más conocidas son El
Libro de la Vida y Las Moradas. Se debe partir de la base que Santa Teresa
escribió por orden de sus confesores quienes le pidieron que dejara constancia
de las ricas experiencias que atesoraba su alma y para enseñar a sus monjas.
En
EL LIBRO DE LA VIDA obra autobiográfica,
nos manifestará quiénes fueron sus padres y hermanos y sus preferencias por la lectura delas novelas de caballería
.Asimismo leyó las Epístolas de San
Jerónimo, Las confesiones de San Agustín
y los libros de la nueva espiritualidad franciscana. Los Evangelios y
los Salmos estaban grabados en su mente. Mas para llegar al Señor era necesario
orar mucho. Para ello empleará la imagen del huerto y del riego: sacar agua del
pozo al comienzo, luego con la ayuda de la noria avanzar más. Posteriormente
acudir al río o al arroyo, hasta que finalmente ha de llover agua del cielo
para estar unida a Dios.
Este libro sufrió grandes avatares: la Princesa de
Éboli, una de sus mecenas (para las
nuevas fundaciones de los conventos reformados que fueron 17) se lo solicitó y
después por desencuentros con la fundadora lo entregó a la Inquisición.
LAS MORADAS o El CASTILLO
INTERIOR lo escribe en su vejez y para
rescatar el ideario que había plasmado
en el libro anterior, del cual nada sabía. En esos últimos años y precisamente
en 1577 había sido calumniada, perseguida y amenazada.
Tuvo que implorar
defensa al Rey Felipe II. Por esa causa interrumpió la redacción de esa
escritura cuya composición final le ocupó cerca de dos meses Bajo artística
forma encerró la síntesis de su
espiritualidad contemplativa.
El
alma es un castillo de diamante y cristal con siete moradas, en la última morada,
la más rica y secreta se halla Dios A EL se llega ahondando en nuestro
espíritu, estudiando nuestra conciencia, entrando en nosotros mismos hasta el
fondo de este nuestro castillo interior. Santa Teresa guía al alma y la conduce desde la cerca del castillo
hasta la última morada en que aguarda la deseada unión con el Amado.
Esta obra has sido
traducida a todas las lenguas de Europa e interesa principalmente a la teología
mística.
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