(10 septiembre – 15 noviembre 2015)
Luis
García Núñez, LUGÁN (Madrid, 1929) es uno de los artistas españoles más
heterodoxos e interesantes del panorama artístico español de la segunda mitad
del siglo pasado. Inició su producción artística con obras de figuración
constructivista y más tarde abstracción geométrica; sin embargo, fue su trabajo
como técnico electrónico en Telefónica lo que le llevó a aplicar estos
conocimientos a su actividad artística con la creación de obras
audio-visuales-táctiles y espectáculos cinético-musicales. Su paso por el
Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid le permitió relacionarse con
filósofos, semiólogos y científicos que le acercaron al conocimiento de las más
novedosas aportaciones estéticas de su momento.
Lugán participó en la Bienal de 1973 de São Paulo
con seis piezas interactivas producidas por la Galería Vandrés que se creían
desaparecidas, felizmente recuperadas ahora por la Galería José de la Mano y que
presentamos en su totalidad en la inauguración de la temporada artística
madrileña con Apertura 2015.
«Un objeto de Lugán no es lo
mismo mudo que sonando»… Así
se refiere en el texto de presentación del catálogo de la Galería Vandrés a la
característica fundamental de las obras que se presentaron tanto en la galería
como en la Bienal de São Paulo de 1973.
Los objetos de Lugán nunca son lo mismo sin todos
sus atributos: tacto, oído y visión. Las percepciones devenidas de estos sentidos:
color, forma, espacio, textura, temperatura, luz y sonido, integran la obra de
arte y las combinatorias entre ellos dan los resultados que amplían las
posibilidades perceptivas. Éste es el razonamiento de Lugán para utilizar
técnicas con las que dotar a las piezas de estas características. Sin embargo,
se puede apreciar que en todo ello hay un engaño: la tecnología esconde su
atractivo muy mal en Lugán, el ingenio acaba en él siendo siempre producción
estética. Para empezar, los títulos de las obras: Ritmo luz-sonido sobre una esfera, Seis grifos sonoros, Ocho
variaciones tacto sonido, Cantos aleatorios de una máquina, Variaciones
esféricas tacto-temperatura y Simbiosis luz-sonido, son versos de un poema
futurista.
Las seis piezas que presentó en el Pabellón español
de la Bienal de São Paulo podrían no haber existido, solo el planteamiento
teórico de sus títulos ya son una contribución al arte. Pero arte es hacer
objetos a partir de la nada, llenar lo vacío, construir con el conocimiento
donde antes no había nada.
Lugán con circuitos, transistores, cables, bobinas,
relés y un sinfín de recursos electrónicos pinta la nueva diosa de la nueva
estética computacional: la Artificialidad. Su ruptura con el arte anterior es
monumental, la Naturaleza cede el paso a lo artificial, ya no es el hombre el
centro de nada, las obras del intelecto y del ingenio humano pasan a ser el
centro de la creación, el centro de la investigación, el centro del arte. Lo
creado por el hombre es ahora más importante que el propio hombre, el cuerpo
del arte deja de ser el cuerpo humano y el cuerpo artificial toma su lugar.
Alan Turing en su Juego de la imitación
establecía una serie de pruebas con las que se podía demostrar si un
interlocutor desconocido era una máquina o no; sentaba las bases de la
Inteligencia Artificial. En la actualidad los cuerpos artificiales nos rodean
(teléfonos, ordenadores o tablets) y
el gran cerebro electrónico no funciona según las normas de los cerebros
naturales, a través de conexiones neuronales; el gran cerebro artificial se
llama Big Data, y no es otra cosa que
una inmensurable cantidad de datos que los cerebros electrónicos sí son capaces
de procesar.
Los circuitos electrónicos de Lugán de 1973 se
adelantaban en treinta años a las direcciones de la Sociedad de la Información
que surgen con fuerza con el nuevo milenio. Son piezas que proponen la creación
en grupo, tanto Seis grifos sonoros
como Ocho variaciones tacto-sonido,
son obras que adelantan el juego en red, en comunidad, el resultado sonoro de
la obra es la aportación de la interacción entre varios espectadores. Y la
utilidad de las obras de Lugán es su potencialidad para poner en contacto a
seres humanos, es la de formar comunidad, trasvasar conocimiento, construir
redes de información. Y sí es muy importante que las obras de arte tengan una
utilidad, su utilidad es parte alícuota de su poder estético y el arte de Lugán
es útil.
Cuarenta y dos años después hemos abierto algunas
cajas con obras sin desembalar desde la Bienal y aparecían piezas que brillan
como entonces, que funcionan como entonces y que no han perdido la polisemia y
la carga conceptual que quizá hoy sea más perceptible que ayer.
TÍTULO
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LUGÁN
y la Bienal de São Paulo de 1973
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LUGAR
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GALERÍA JOSÉ DE LA MANO
Zorrilla, 21 - bajo derecha
Madrid
28014
Tel. 91 435 01 74
info@josedelamano.com
www.josedelamano.com
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HORARIO
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L-V: 10-14 h. y 17-20,30 h.
Sábados: 11-14 h
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COMISARIO
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Aramis López
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FECHAS
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10 septiembre – 15 noviembre 2015
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