Julia
Sáez-Angulo
Fotos: Juana
María Herce
Ronda,
24.03. 2016 .- El patrimonio
histórico artístico de la Real Maestranza, situado a ras de suelo, bajo las
gradas y tendidos de la plaza de toros, bien vale una visita. De hecho son
numerosos los viajeros y turistas que se acercan a este recinto histórico,
orgullo de Ronda, una ciudad que ha dado nombres de tronío en el toreo y de
renombre a caballeros y caballistas.
Después
de la Escuela de Viena, la Real Maestranza de Ronda, RMR, tiene el honor de ser
la segunda gran escuela de Equitación en Europa. Fundada en 1572, a ella le
seguirían las de Córdoba, Granada y Sevilla, para terminar con la última en
Zaragoza. La plaza tiene una leyenda latina en el tendido alto principal: Pro republica est dum ludere videmur (Aunque parezca divertirnos, lo hacemos por cuestión pública).
De Ronda dieron buena cuenta viajeros románticos como David Roberts, Richard Ford o Merimé con su célebre Carmen de Ronda.
De Ronda dieron buena cuenta viajeros románticos como David Roberts, Richard Ford o Merimé con su célebre Carmen de Ronda.
La
visita a los diferentes museos que alberga la RMR lleva al menos dos horas, si
se quiere poner atención ante sus distintas colecciones: Tauromaquia,
Guarnicionería de la Casa de Orleans, Armas de fuego, amén de la Capilla, la Plaza,
la Caballería y la Escuela de Equitación (20 x 60 m.).
La
colección de arte contemporáneo de la RMR comienza con los carteles taurinos de
las últimas corridas goyescas, que con buen criterio se suman sin solución de
continuidad a las históricas, desde que en 1954 comenzara la primera corrida de
esas características, con motivo de la feria de Pedro Romero, nombre histórico
en la institución. En mayo, los rondeños se visten de bandoleros y
rondeñas románticas para poner un punto animado de disfraz histórico en la
celebración.
El museo
de la RMR muestra un bronce con el retrato de Pedro Romero, según el que le
pintara Goya entre 1795-1998. El original se encuentra en un museo de Texas
(Estados Unidos)
Aunque
la ciudad tiene un interesante Museo del Bandolero, ninguno de los célebres
bandidos o cuatreros de la serranía nació en Ronda sino en los aledaños, no así
los toreros, que han creado una verdadera dinastía en la ciudad del tajo sobre
el río Guadalavín. Precisamente esta dinastía se muestra en grandes paneles de
la RMR.
Tauromaquia de Goya
Carteles: Un
grito en la pared
El
cartel se definía como “grito en la pared” por los vanguardistas de los años 20
y 30 del pasado siglo. Entre los cartones o bocetos de los mismos se encuentran
los de Andrés Nagel, con un curioso tondo –alusivo al ruedo- en grises, que
abre o cierra la galería, según se comience a ver la colección. Junto a él los
de Abraham Lacalle, Dim Matamoros –minimaista-, Curro Gonz ález, Miki Leal, Ricardo Cárdenas, Josep Guinovart, Miguel Ángel Campano, Miquel
Barceló, Eduardo Arroyo, Eduardo Úrculo, Félix de Cárdenas…
Colofón
de todos estos carteles, el de Pablo Picasso (2006) tomado de uno de sus cuadros.
Y uno histórico de corrida en Ronda de 1887, al fondo de una de las vitrinas
con los trajes goyescos o rondeños que se conservan de diferentes personajes
como Cayetano, el Niño de la Palma o Manolete.
Una
larga vitrina muestra láminas –que no originales- de las distintas suertes del
toreo, de los aguafuertes de la Tauromaquia
de Francisco de Goya (1746 – 1828). Del propio Goya se muestra un cobre
pintado, depósito de su propietaria en la RMR, con una escena taurina. El arte
de Cúchares fue bien representado por grandes artistas como Carnicero, Goya y
Picasso, gran aficionado al ruedo, y así lo demostró acudiendo a las corridas
de Nimes y Arlés, en el sur de Francia.
No
faltan en el museo cuadros de Lucas Villamil, “Gentilhombre vestido de torero”;
un gran lienzo de Enrique Melilla y Alinari titulado “Jugando al toro”; un
retrato de Felipe II con el toisón, anónimo de escuela flamenca; otro del duque de Montpensier, de Antonio María Esquivel, y numerosos paisajes con toradas y garrochistas... fundamentalmente del XIX.
Esta
colección de arte satisface a los que atrae la pintura y haría bien la RMR en
enriquecer sus fondos con arte contemporáneo alusivo a sus temas de toreo y
caballo, para apoyar a los artistas de nuestros días y mostrar al público que el
arte se hace cargo con acierto de esas escenas, desde las cuevas rupestres
hasta el siglo XXI.
El toro
tiene un origen mítico y los ritos tauricos se celebraban ya hace catorce mil
años, como lo muestran los dibujos de la cueva de la Pileta, cercana a Ronda.
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