L.M.A.
Milagros
López Muñoz –Mila de Juanes en su firma literaria- (Calera y Chozas. Toledo,
1946), es licenciada en Filosofía Hispánica y vive a caballo entre Madrid y
Calera. Miembro de la Tertulia Ilustrada, narradora invitada de La Mirada Actual, la escritora frecuenta
los medios culturales de la capital de España. Ha publicado narrativa breve en
diversos medios culturales como la revista Troquel o La Mirada Actual. Ha publicado la
novela Acoso a Jaramaga (2015).
EN LA SITUACIÓN
LÍMITE
"En un lugar de la Mancha", después
de una lluvia dulce y benigna apareció el arco iris en el firmamento. Todos los
pajarillos quedaron deslumbrados de tanta belleza. Al contemplar el cielo muchos
de ellos encontraron más fuerza en el fondo de su corazón. Así es de vivificante
la contemplación de la naturaleza.
En el mismo lugar se encontraban unos cazadores
que no se detuvieron a contemplar el espléndido paisaje. Sólo querían cazar a muchos
de los animalitos que encontraran en su camino.
Todos los pajarillos unidos se guarecían muy
bien del cazador, pero uno de ellos se quedó rezagado mirando el arco iris,
disfrutando el sentimiento de arrobo que le había producido la visión de las
gotas de agua suspendidas en la atmósfera.
Un cazador vio al pajarillo que se había
quedado solo y empezó a perseguirlo. El ave no podía contener los fuertes
latidos de su corazón mientras huía del cazador, y sin quererlo y sin remedio cayó revoloteando
ladera abajo. Y, ¿dónde creéis que fue a caer? En medio del camino, patas
arriba. El pajarillo empezó a agitar sus débiles patitas con el objeto de
incorporarse y poder remontar el vuelo. Entonces el cazador lo alcanzó, se presentó subido en su corcel y con tono sarcástico y arrogante dijo:
-
¿Qué haces ahí tumbado? ¿Estás tomando el sol?
El pajarillo no
dudó su razonamiento:
-
He oído decir que el cielo se va a desplomar y
trato de evitarlo.
El cazador no se
inmutó y siguió en su burla:
-
¿Y crees que esas débiles patitas podrán sujetar
siquiera un pedacito del inmenso firmamento?
-
Cada uno hace lo que puede – respondió el
pajarillo.
Mila
de Juanes
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