Carmen
Valero
Ciertamente
El Puchero de mi Abuela en un
restaurante con un cocido madrileño espléndido situado en la calle Palos de la
Frontera, 21, de la capital de España. Junto al cocido, otros guisos
tradicionales como codillo a la gallega, callos madrileños o fabada de la
abuela… En días laborables cuenta con un menú de 11 euros y otro de 18 durante
los fines de semana.
Puesto
al ritmo de los tiempos, dado que las raciones del cocido son generosas, al
menos para las damas que cuidan su línea, el restaurante envasa al vacío lo no
consumido para que el comensal pueda disfrutarlo en su casa más adelante.
El cocido se sirve con guindillas y cebolletas en la más pura tradición.
El cocido se sirve con guindillas y cebolletas en la más pura tradición.
Tomás
Gutiérrez Román (Bornos, Cádiz, 1958) es el propietario del establecimiento que
cuenta con dos comedores, grande y pequeño, que conviene reservar, pues cuenta
con una clientela fiel que sigue con gusto las ofertas gastronómicas de la
casa.
Perteneciente
al Grupo Gastronómico Gran Vida, el restaurante El Puchero de mi Abuela, cuenta también con
otro establecimientos: Cruz Blanca Vallecas y próximamente abrirá V 22, en la
calle Velázquez, 22, casi esquina a la calle Jorge Juan.
Otras
especialidades de las que se sienten orgullosos, además del cocido madrileño
son: pote gallego, tortilla de Betanzos, pulpo en diversas maneras… Esta
especialidades gallegas se van a incormorar de modo especial al nuevo
establecimiento de la calle Velázquez.
El
empresario es el presidente de la Asociación La Viña, una de las asociaciones gastronómicas
más antiguas en Madrid.
Dos objeciones subsanables: las mesas demasiado cerca unas de otras en el comedor pequeño y los lavabos de sótano sin calefacción y or tanto heladores.
-->
No hay comentarios:
Publicar un comentario