Rosa Gallego
L.M.A.
02.03.17 .- Rosa Gallego, artista pluridisciplinar, presenta una serie de obras, dibujos, pintura, instalación, bajo el título de "Pertenencias. Arte Visual en prevención y contra la violencia de género" en la sala de exposiciones de la Biblioteca Central de la Universidad a Distancia, UNED. La muestra permanecerá abierta hasta finales de marzo de 2017.
Marzo es el mes que las asociaciones de mujeres piden como tiempo de mostrar y hacer visible el trabajo de las mujeres artistas visuales, en torno al 8 de este mes, Día de la Mujer Trabajadora.
Rosa Gallego pertenece al Grupo pro Arte y Cultura, PAC, que dirige Mayte Spínola.
Julia Sáez-Angulo ha escrito el siguiente texto para el catálogo:
"Dejemos que nos duela la belleza, dice un enigmático verso de la poeta Beatriz
Villacañas, y que hago extensivo al arte sobre el testimonio y denuncia de la
violencia de género, que muestra la artista visual Rosa Gallego del Peso en la
exposición “PERTENENCIAS” En
prevención y Contra la Violencia de
Género.
Se
trata de un arte con un planteamiento directo, un concepto claro, una
plasticidad precisa en el color como símbolo y en la forma como expresión. Una
belleza artística que informa con su lenguaje particular, que duele al
contemplarla, porque su belleza visual no esconde el drama que la sustenta.
No
es la primera vez que la pintora y fotógrafa aborda el tema de la violencia de
género. Artista pluridisciplinar, la autora de esta exposición ha elegido en
esta ocasión la fotografía para plasmar su discurso de asombro, dolor,
presencia y denuncia de un tema que aflige particularmente a las mujeres,
víctimas más numerosas en la estadística mortal de la violencia que nos ocupa.
Blanco,
negro, rojo y malva son los colores dominantes con toda su carga simbólica que
favorece la expresión del trasunto motivador, la violencia de género como lacra
que sacude a nuestra sociedad, que golpea nuestras vidas para vergüenza de
hombres y mujeres del siglo XXI. La causa de la violencia machista está en la
superioridad física ha afirmado recientemente un alto magistrado –afirmación no
exenta de polémica-, afirmación que se une a lo que afirmaba otra magistrada
off the record: “la explicación de la violencia machista está en la media
bofetada”.
Ciertamente
la mujer, en líneas generales, no tiene tanta fuerza física como el varón y de
eso se valen los cobardes; la mujer tiene más intuición, sensibilidad e
inteligencia, porque al decir de algunos la ha tenido que desarrollar con más
intensidad para su propia supervivencia a lo largo de la historia. Esto no ha
sido óbice para que algunas mujeres, que no se han plegado a otra voluntad para
no renunciar a ser ellas mismas, hayan caído en garras de las fieras. Hay un
aforismo coreano que sin suscribirlo al cien por cien, conmueve: las mujeres son débiles, pero las madres son
fuertes.
Rosa
Gallego del Peso aborda el asunto de la violencia de género en sus cuadros fotográficos
con la rotundidad del espejo metafórico: las manos y el rostro ensangrentado
tras la cortina del baño, las cajas y blisters
de medicamentos vacíos, el puño apretado en señal de desolación e impotencia,
las tijeras asesinas, el rojo como fondo letal y dramático de la escena, el
malva como color simbólico de la mujer… Las manos como miembros elocuentes del cuerpo
para el bien y para el mal, para acariciar o actuar de modo agresivo, para despedirse
en un adiós dramático. Manos, manos, muchas manos en un solo políptico, con
final y resumen del estado de la cuestión.
Fotografía que viene o es de un “instante
único”, “reveladora de sensaciones, “fuente de creación inagotable”, “moldeable”;
“generadora de ideas”, “misteriosamente precursora” y “única en tiempo y
forma”, al decir de la propia fotógrafa. “La fotografía, una suave forma de
asesinato” llegó a decir de ella la gran fotógrafa Susan Sontang, por su
capacidad de aislar y congelar el instante y la imagen. La fotografía que se
reinventa de continuo desde lo documental a lo pictórico, para llegar a fundir
ambas formas en una sola, como sucede en los cuadros de Rosa Gallego. El ojo
miró, la cámara enfocó y la artista matizó en su estudio.
Nada
es azar en el arte de esta autora, que sabe tratar la composición del cuadro y
lo centra o afirma en muchos casos con la presencia de la geometría –las
líneas, el cuadrado y el rectángulo principalmente- que ayuda a fijar y
subrayar el tema. Para cada cuadro sabe utilizar el tipo de papel fotográfico
digital o laminado sobre el soporte adecuado de lienzo, tabla o aluminio.
La
fotografía de Rosa Gallego está bien estudiada y manipulada en el computador,
para que emerja con la fuerza y revelación de una obra de arte precisa. Con la
belleza y pulcritud que se agradece en la obra artística. En ciertas piezas, algunos
podrían advertir aquello de “esta escena puede herir la sensibilidad de quien
la contempla”, pero sería tan solo la sensibilidad de los más timoratos, porque
la realidad nos golpea a todos con la fuerza de los hechos de mal trato que
sacuden cada mañana el contenido de los medios de información, hasta superar
las estadísticas anteriores, que rondan el número de 52 en lo que a mujeres
víctimas mortales se refiere, casi como el número las semanas que tiene el año.
Como
artista pluridisciplinar, Rosa Gallego ha abordado en esta ocasión la
escultopintura o lo que es lo mismo, la pintura y la escultura en la tercera
dimensión. Es el objeto escultórico, la gran revolución de las vanguardias
históricas de primeros del XX, que aparcaron la estatua, en favor del objeto
escultórico más amplio y con diferente capacidad de sugerencia. A Marcel
Duchamp debemos en buena parte este giro copernicano en la Historia del Arte,
que ha dado tantos frutos en la nueva plasticidad. Frente a la verticalidad y el
hieratismo de la estatua, la horizontalidad de Henry Moore –que bebió en la
escultura precolombina - y el objeto pictórico del citado artista francés.
El Libro Blanco sobre violencia de género
La
autora de la exposición “PERTENENCIAS”, ha utilizado principalmente el libro
por su capacidad de contención de un mundo, de una vida. A la serie la ha
denominado El Libro Blanco. Con
escayola, papel, objetos puntuales y pintura acrílica, Rosa Gallego va
referenciando distintos conceptos sobre ese libro en blanco con las cuerdas que
lo atan, el gancho metálico sobre las resmas de papel, las páginas alabeadas…
Un acierto de esta nueva serie plástica, que conecta con el poema de Elisabetta
Bagli presente en el catálogo.
El Libro
Blanco siempre es una visión global, con prospectiva de ejecución en el futuro;
el de la serie de Rosa Gallego es un libro misterioso, dramático, enigmático…
que está llamando a gritos a la esperanza, a la solución del drama en la
violencia de género. Arte y demanda al mismo tiempo. El día que se trasvase el
mal trato y la violencia de género, habremos dado ese paso decisivo de la
ignorancia y la crueldad a la civilización. Hoy estamos en marcha.
El
video de Alfredo L. Rodríguez con las imágenes de la artista en la exposición,
plantea en su montaje una sintaxis visual dinámica de todo el trabajo de Rosa
Gallego, una recapitulación final de lo visto y reflexionado en la muestra".
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