viernes, 8 de septiembre de 2017

L U I S C O Q U E N Ã O: "Paisajes de tinta" en la galería Fernández-Braso de Madrid



 L.M.A.

08.09.17 .- Conocimos las pinturas de Luís Coquenão (Lobito, Angola, 1953) a través de su galería de arte de Portugal, concretamente de Braga, Mário Sequeira, con quien lleva trabajando desde finales de los años noventa. Llamó nuestra atención la forma de evocar la naturaleza (exterior e interior) a través de una pintura muy fluida y transparente que, como ocurre con la acuarela cuando humedece el papel, va generando formas más o menos precisas, más o menos imprecisas; mediante manchas, gestos apenas vislumbrados, espacios, luz. La obra, al final, conforma un paisaje entre soñado, imaginado y evocado que contrasta con la artificiosidad que desprende la utilización de colores (verdes, magentas, rojos) propios del diseño y la impresión. La pintura, así, actúa en favor de un movimiento de ida y vuelta. Construye imágenes que conectan con las asimiladas y reconocidas por el espectador al tiempo que resalta las cualidades intrínsecas de la propia pintura.  

El trabajo de Luís Coquenão, su lenguaje, su sentido, su visión, conectaban con otros artistas de nuestra galería que también podrían tener como referencias originarias a los artistas que proceden de lo sublime romántico. Ahí están las exposiciones de Alberto Reguera o de Rosa Brun. Pero Coquenão también conecta con otros artistas españoles del expresionismo abstracto tan habituales de nuestra galería. El dropping que emplea en algunas de sus obras, que tanto incide en la tensión de la obra, y en su desactivación representativa, cuántas veces lo hemos visto en artistas vinculados a la galería, como Manolo Millares o Gustavo Torner, artistas, como Coquenão, especialmente sensibles tanto al arte asiático como a la escuela norteamericana.

En el catálogo que se ha editado con motivo de la exposición, el editor, crítico y comisario de exposiciones gallego David Barro, buen conocedor del panorama artístico portugués, en su análisis sobre el artista y su obra, comenta que "Luís Coquenão entiende la pintura como un acto de tiempo, extremadamente débil. La imagen despliega su propio tiempo y para el espectador ninguna imagen es captada en la primera mirada. Juega sí con los márgenes de la visión y los fragmentos, con desórdenes, hasta llegar a un interesante estado de ‘suspensión’". “En cierto modo, los paisajes de Coquenão también se consumen, se erosionan hasta tornarse definitivos, precisamente cuando el vacío se torna un ente activo. Lo que se pinta, efectivamente, es la distancia, que se nos entrega como una visión movediza, que unas veces gotea y otras se escurre, pero que en todo caso siempre se abisma. De ahí lo acertado del título: paisajes de tinta."

La distancia de la que habla David Barro nos recuerda las palabras de Th. W. Adorno, filósofo afín a Coquenão, autor de una imprescindible "Teoría estética" y gran valedor de la idea de "autonomía del arte". Para Adorno el arte demuestra ser tanto más "social" cuanto más se aleja de la sociedad. Y Coquenão parece alejarse en busca de otros territorios, menos evidentes, más casuales y azarosos, tratando, como decía Baudelaire, "de extraer lo eterno de lo transitorio".  


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La exposición se inaugura el próximo jueves, 14 de septiembre, con la presencia del artista. Y finalizará el 28 de octubre.

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