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José María Mohedano y Mayte Barreiros
Mónica Marino-Laviani y sus primos
L.M.A.
CASA MUSEO EL ROMERAL
Fotos: Alonso,
26/2/19 .- Madrid .- Tout le monde en parle; todo el mundo habla del acontecimiento de entrega de las Medallas de Oro Mayte Spínola 2018, los premios de Música Mónica
Lavino-Mariani y Gran Cruz del Águila de Georgia en la Casa Museo El Romeral.
Una noche para no olvidar con numerosos personajes ilustres, además de los
galardonados. La decoración florar era de Aquilea, donde Grachya Barreiros pone
su ojo y su mano.
La
cita de todos los nombres sería antiperiodístico, pero podemos decir que había
delegaciones de la nobleza, de Italia, Mallorca, Cataluña, Andalucía, del Grupo
pro Arte y Cultura, de la Moda, de la empresa... Nadie recibe como Mayte
Spínola, una anfitriona generosa y natural, sin excesos ni aspavientos, donde
todos entran y caben con holgura y turna nombres para evitar aglomeraciones
excesivas.
Peter Wall, fotógrafo de moda,
consiguió la foto de las cuatro mecenas: Mayte Spínola, Baronesa Carmen
Thyssen, Mónica Lavino –Mariani y Alicia Viladomat. Las mujeres y la cultura
son un hecho; ellos siguen y prefieren la economía.
La nobildonna Mónica
Lavino-Mariani estaba radiante y feliz con su familia italiana y su amigos, entre ellos
el duque Marc Gantzer de Saint Bar.
Alfonso de Borbón, duque de Ajou felicitaba cordialmente a su suegra Carmen Leonor y posaba sonriente junto a ella. Fernando Fitz-James Stuart, conde de San Vicente del Barco, habitual en casa de Mayte, se dejaba asaltar por algunas damas para hacerse unas fotos.
Ana María Calvo-Sotelo, con su presencia de cariátide elegante, da distinción a todo evento. Allí estaba, en las Medallas nolehos de su hijo Joaquín del Pino. Medalla de Oro en Hípica Noel Vanososte, leyó una bella carta de Patty Cisneros para Mayte agradeciendo el galardón.
Ana María Calvo-Sotelo, con su presencia de cariátide elegante, da distinción a todo evento. Allí estaba, en las Medallas nolehos de su hijo Joaquín del Pino. Medalla de Oro en Hípica Noel Vanososte, leyó una bella carta de Patty Cisneros para Mayte agradeciendo el galardón.
Angela y Ander, duques de Palfy, también volaron de Mallorca para estar en las Medallas de Oro. Ander estaba feliz cada vez que se encontraba con un primo de los austriacos o los italianos comolos Palavicini. Adriana Zapisek y Paula Fuster, con sus brillantes y singulares chaquetas negras -la primera de origen vienés- departieron y posaron junto a ellos, en memorables fotos de Alejandra Lloza.
El
colombiano Carlos Arturo, diseñador
de buena parte del vestuario de la llorada Rocío Jurado, fue el triunfador de los trajes en el encuentro de las Medallas, empezando por la anfitriona, Mayte
Spínola, que con tela de Valentino, el diseñador hizo una pieza única para ella.
Se lo merece. Los estampados y brillos de buena parte de los vestidos de las
damas eran del colombiano.
La
presentadora María Bestar lucía un Hanibal Laguna claro, vaporoso y sin
mangas precioso que iba a tono con su juventud y belleza, valores que siguen al
alza, sobre todo si se alían con la inteligencia como es el caso. Pasado el
evento, la actriz y cantante regresa a Miami. Por su parte, Mayte Barreiros lucía
un espectacular Jesús del Pozo que quitaba el hipo. Carmen Spínola optó por
lucido modelo rojo, que contrataba bien con su melena morena. Josemi Rodríguez-Siero también optó por el rojo en su indumentaria.
A
Grachya Barreiros le preguntaron por
su lucido traje estampado y ella contestó que era de su abuela. ¿Verdadero o
falso? Cuchi de Osma, que lucía un
bello modelo negro que le sentaba divinamente –no tiene mérito porque está muy delgada- contestó algo parecido ante pregunta siilar: “Este traje es fondo de armario". María Jesús
de Frutos lucia otro modelo negro con cascada de perlas a placer, que debían de
ser Chanel, porque de ella no se espera otra cosa.
Lydia Sampson lucía un níveo modelo
juvenil con madroños blancos del diseñador vasco de moda Ion Fiz. De Paz Pérez-Bilbao
y Fernández Urrutia destacaba el peinado, un recogido elegante para el óvalo de
su rostro. La marquesa del Salobral y la condesa de Xauen, adivinen sus
nombres -esta vez no lo digo porque ya debieran saberlo de memoria-, conversaban sonrientes y posaban gentilmente cuando se lo solicitaban.
Cecilia de Lassaletta, condesa de Oleron departía con el profesor Matías Díaz-Padrón –antes él lo hizo con María José Bro- y
hablaron de Rubens, Van Dyck y los retratos de los Spínola. Echamos de menos a Sahel Sanzsalazar, la sobrina sabia de
Matías que investiga en el Museo del Louvre. Estaba de paso y se la invitó con
su tío a la entrega de Medallas, pero dijo que no tenía traje largo; se le contestó que como excepción no importaba, pero alegó que se sentiría incómoda.
Cierto
que a Mayte, nuestra anfitriona le gusta que vayamos guapos y bien, pero sabe
entender una excepción cuando hay causas justificadas. El escultor Héctor Delgado apareció flamante con su
smoking, porque le gusta dar gusto a Mayte Spínola que le recomienda cuando lo
invita: “Córtate el pelo y ven bien arreglado”. Le obedece ciegamente como un
corderito. Hay un truco si no se tiene smoking para estas ocasiones: traje
oscuro y corbata de lazo (vulgo: pajarita); la corbata queda de oficina.
El
doctor Alberto Lorca, que compagina
por impulso y necesidad la pintura, llegó acompañado de su bella esposa también
médico, en este caso psiquiatra. El doctor Rojas y su esposa andaban cerca, así
que en caso de malestar de cabeza y corazón, los invitados estaban bien
asegurados.
Aplausos para Miguel Baez Litri
Pablo Reviriego, buen taurófilo,
aplaudió con entusiasmo al Litri hijo, aunque los aplausos suyos y de otros iban sobre todo para el padre. Conchita Spínola en rosa paño, bella
por nacimiento, miraba arrobada y emocionada a su niño que recogió la Medalla
en nombre de su padre. Rocío Báez,
hija y hermana de toreros, siempre discreta también aplaudió. Mercedes Ballesteros, la mujer de
Pablo, ha pintado varios retratos de toreros y acaricia la idea de exponer en
el Museo Taurino de Madrid.
El
equipo que colabora a gusto con los encuentros artísticos y por tanto las
Medallas de Oro Mayte Spínola se merece negritas de inmediato: Linda de Sousa en producción; Juan Jiménez y Susana Alonso en fotografía y video; Teresa Escarpenter, supervisión editorial; Aracely e Inma Galobar como azafatas de lujo; Adela y Carmen Palomero, asesoras expertas en
protocolo; Rogelio Sánchez Molero como
caballero andante de Ginés Parra y otros galardonados. Manuela Picó... Maica Nöis con su cámara, Paloma Porrero de Chávarri, Álvaro Torroba...
Aracely
Alarcón nos trajo a Lorenzo González,
profesor de Dibujo de la Universidad de Salamanca, que nos habló del Museo de
Arte Contemporáneo en la ciudad el Tormes, situado en una antigua cárcel. Dice
que está bien, pero que es mejorable. Entre tanto Carmen Valero y Ana Vivas
conversaban. María Robles me avanzó la primicia de su inminente libro de poemas.
Los
de Mallorca hacen piña y siempre acaban de tertulia y piña con Mayte y nos dan celos a los de Madrid: Chus y Julia Gabilondo, José Luis Mesas, Diego Tocino, que conversó con Jorge Llopis, perito tasador judicial
de arte, con propuestas para el Grupo pro Arte y Cultura. Lo mismo hizo con
Javier Orts. Ante todos ellos dos suculentas bandejas de dátiles.
Dolores Tomas, el embajador Silos Manso y su esposa farmacéutica
felicitaban con entusiasmo a Matías Díaz Padrón por la Medalla. Dolores y yo
temimos hasta el último momento que el profesor de Arte se perdiera para llegar
al laberinto de la Casa Museo El Romeral, porque como todo sabio es muy
despistado.
Mónica Rabasse, viuda de Manuel Marín, me contó que era sefardita y que conoció al escultor español en Nueva York. Ahora está instalada en Málaga, junto a las esculturas de su marido. Pronto le haré una visita.
Mónica Rabasse, viuda de Manuel Marín, me contó que era sefardita y que conoció al escultor español en Nueva York. Ahora está instalada en Málaga, junto a las esculturas de su marido. Pronto le haré una visita.
Imposible
e innecesario citar a todos y a todas, si utilizamos el pesado lenguaje
inclusivo. Habrá que mirar las fotos para sacar más conclusiones. En los detalles está el diablo, se dice
en una lengua europea, que no recuerdo. Mayte Spínola es la que nos agita
en estos eventos artísticos y todos le seguimos como un solo hombre.
Más información
Reportaje gráfico III
Constanza Dozo y baronesa Thyssen ante la escultura de la primera
Rosa Serra, escultora y Mayte Spínola
Manuela Picó, Nati Cañada, Marta Arespacochaga, Pachy Arenaza, Paula Fuster, Aracely Alarcón y Cecilia Lassaletta
Hijos de Michel Villaroel y Julia Sáez
Carmen Valero y Mercedes Ballesteros
Pedro Sandoval entre Carmen Valero y Mercedes Ballesteros
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Hijos de Michel Villaroel y Julia Sáez
Carmen Valero y Mercedes Ballesteros
Pedro Sandoval entre Carmen Valero y Mercedes Ballesteros
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