L.M.A.
19/08/2020.- San Lorenzo de El Escorial.- La escritora Isabel Díez Serrano ha sido objeto de un homenaje por el Ateneo Escurialense, tras cumplir 80 años, coincidiendo con la presentación sus dos últimos libros en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial. Los títulos: Ese violín que llevo dentro (2020), publicado por Endymión Poesía, y, Me contaron un cantar (Glosas a coplas de Fredo Arias y otros autores) (2019), publicado por la editorial Deslinde. Isabel cuenta con 45 libros a lo largo de su larga carrera literaria.
Soledad González Clemente, presidenta del Ateneo Escurialense abrió el acto y la presentación corrió a cargo de Julia Sáez-Angulo. Los intérpretes musicales fueron: Miguel Nava, Rafa Martín, Ana Martínez y Daniel Martín, con los instrumentos: violín, zanfona, albogue, alboka y charango, que fueron muy aplaudidos.
La presentadora dijo: “Las circunstancias ambientales han llevado a que estos dos libros de Isabel Díez Serrano se presenten juntos en este acto de hoy, cuando cada uno merece una presentación separada, porque son diferentes, aunque procedan de una misma autora.
Para comentar el libro de Isabel Díez Serrano, Ese violín que llevo dentro (2019), publicado por la editorial Endymión, me viene a la memoria esa afirmación de que “los poetas hablan el lenguaje arcaico de los dioses”, también se ha hablado de la poesía como “las palabras de la tribu”, según de José Ángel Valente, referido a la sociedad y naturalmente a la tribu de los poetas. Este libro de Isabel tiene mucho de pálpito personal, de diario, de cuaderno de bitácora, de reflexión de pensamiento de discurso de sus propios conceptos a través de estrofas poéticas con presencia de numerosas metáforas (La metáfora, una de las figuras retóricas más importantes. Por metáfora se entiende como desplazamiento de significado entre dos términos con una finalidad estética, Su estudio se remonta a la Poética y la Retórica de Aristóteles)”
“La poesía de Isabel en este libro unas veces canta a la noche, otras al día, reflexiona sobre la llamada de la paz, “el canto muy dentro de las venas”, la lluvia, el otoño, los árboles, los vitrales, el pájaro de fuego, los muertos, los trinos elocuentes, las heridas que sangran, el buen poeta, el recién nacido, el amor, el mundo que duele, la vida, la primavera, la mariposa como metáfora del amor y el renacer… Isabel va desgranando el paso del tiempo y lo colorea con los sentimientos, el color y el sabor de las palabras, tan importantes para el poeta que busca la metáfora para no ser romo en el lenguaje.
Isabel sabe contar y cantar. Sus versos nos atraen por su belleza, su rima, nos exultan por su esperanza o a veces nos desgarran por la tristeza o el desaliento.
Voy a leer solo algunos versos que me atrajeron especialmente, porque la autora va a recitar con su voz.
La lluvia tal vez hoy nos haga una visita
Y saldré como loba a bañarme en su néctar.
(en ellos encontré belleza metafórica) o esos otros versos que dicen:
Unamos la memoria
Para mejor descalofriarnos.
(sobrecogedores)
O esa décima, estrofa de la que hablaremos en el siguiente libro:
Cuando el amor llega al punto
No te puedes escapar,
Es estar cerca del mar
Y ver tierra y cielo junto.
Es un complicado asunto,
No te atreves y rebosas
Tus copas que, sí olorosas,
Hacen mella al corazón
Y te causa un socavón
Donde hierven mariposas.
“Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va”, dice el romance medieval de El Conde Arnaldos. Si queremos que Isabel Diez Serrano nos cante su canción, debemos adquirir el libro para cantar con ella.
*****
“Me contaron un cantar (Glosas a coplas de Fredo Arias y otros autores)”
En este segundo libro hay un total de 318 décimas que dan la réplica en torno a 80 glosas (cuartetas o redondillas de diverso tema y tono); décimas, estrofas de diez versos octosílabos, con rima consonante muy precisa, con el punto en el cuarto verso.
La décima estuvo muy enraizada en la poesía popular del Siglo de Oro y actualmente en diversos países de habla hispana como Cuba, Chile, México, Colombia y también, aunque menos, en España. La décima es muy musical por sus graciosos acordes. Es la estrofa nacional de Cuba al decir de José Fornaris. «La glosa soberbia y galante va en las sendas de la cubanía», afirma Odalys Leyva Rosabal
La décima estuvo muy enraizada en la poesía popular del Siglo de Oro y actualmente en diversos países de habla hispana como Cuba, Chile, México, Colombia y también, aunque menos, en España. La décima es muy musical por sus graciosos acordes. Es la estrofa nacional de Cuba al decir de José Fornaris. «La glosa soberbia y galante va en las sendas de la cubanía», afirma Odalys Leyva Rosabal
¿En qué consisten las glosas? Isabel Díez Serrano lo explica: Cuando un escritor se siente conmovido con una obra de otro autor, siente la necesidad de apoderarse de sus versos y hacer una obra de arte nueva. Es algo así como darle la réplica. Isabel confiesa que aprendió a glosar y participó, con derecho propio, en el I Encuentro de Glosadores de México, convocado por el Frente de Afirmación Hispanista, FAH.
Puede haber décimas solas y décimas en controversia con otro autor. Su contenido puede ir, desde lo pícaro a lo amoroso, pasando por el humor, la ironía y hasta el pensamiento filosófico. Hay un regusto por la palabra y su polisemia. Todo esto lo explica muy bien la autora en el Pórtico del libro.
El libro, Me contaron un cantar. Glosas a coplas de Fredo Arias y otros autores, pone de relieve la facilidad versificadora, el dominio de la palabra poética en suma de la autora, para escribir cuatro glosas o décimas a cada una de las coplas de cuatro versos de Fredo Arias, ese poeta humanista español, afincado en México, que concita a tantos poetas de habla española y que lleva a cabo una gran labor de mecenazgo como editor y creador del Premio Vasconcelos. Este premio, que ya va por su LI edición, obra en poder de Isabel Díez Serrano.
La décima salmantina, que antes denominábamos décima espinela, porque se atribuía al poeta Vicente Espinel como supuesto pionero de la misma, es una estrofa poética de diez versos, como su propio nombre indica y lleva una rima pautada. Algunos autores tienen tal facilidad en las décimas que glosan otras coplas, que se le conoce y llaman “repentistas” o improvisadores, porque responden con la glosa de repente y sin previo ensayo.
En España son menos los autores que la cultivan y entre ellos sobresale por su inmediatez poética, Isabel Díez Serrano, a la que el propio Fredo Arias llama repentista en una de sus coplas, que voy leer:
La repentista Isabel
Se enamora de Quijano
Y cogidos de la mano
Van al campo de Montiel.
Nuestra poeta Isabel Díez Serrano no se hace esperar y responde con la glosa:
Media docena de glosas
Y ya se siente maestra
Porque anda en la palestra
Y dice ya muchas cosas.
Su camino no es de rosas
Cuando lo vuelca al papel,
No son notas de Ravel
Que valen más de un penique,
Necesita se lo explique
La repentista Isabel.
Como verán, el último verso de la autora se corresponde con el primero de la copla de Fredo Arias y siguen otras tres décimas de Isabel Díez Serrano, que glosan cada uno los tres versos restantes de la copla de Fredo. Les leo la última:
Isabel toda contenta,
Sigue con las salmantinas
Para ver si así adivinas
Que haya estado tan atenta.
Ni muy deprisa, ni lenta
Sigue escribiendo Isabel
Tanto en la red o en papel
Y con su amigo Quijano
Que fue en verdad escribano
Van al campo de Montiel.
Asombroso, créanme, esta facilidad de Isabel para escribir y repentizar glosas que son décimas salmantinas, así llamadas con propiedad y no décima espinela, como figuraba en los viejos manuales del Bachillerato, al atribuir la primicia de esta estrofa al poeta Vicente Espinel (1550-1624). Hay autores que la cultivaron, anteriores a él, como son el sevillano Juan de Mal Lara -o Mallara- (1524-1571) y Pedro de Padilla, (1540-1599), todos ellos renacentistas o del Siglo de Oro de nuestras letras. De este último ha publicado un importante libro Fredo Arias.
Tanto Juan de Mallara como Pedro de Padilla o Espinel eran andaluces de Sevilla, Linares y Ronda, estudiantes de la Universidad de Salamanca, dos de ellos y Padilla en la de Granada.
Todo esto para volver a nuestra escritora de hoy, Isabel Díez Serrano, que nos honra con esa maestría poética en el arte de la glosa y la décima. Cuando lean el libro, van a gozar con sus versos sueltos, graciosos y armoniosos.
Tanto Juan de Mallara como Pedro de Padilla o Espinel eran andaluces de Sevilla, Linares y Ronda, estudiantes de la Universidad de Salamanca, dos de ellos y Padilla en la de Granada.
Todo esto para volver a nuestra escritora de hoy, Isabel Díez Serrano, que nos honra con esa maestría poética en el arte de la glosa y la décima. Cuando lean el libro, van a gozar con sus versos sueltos, graciosos y armoniosos.
La cantante Violeta Parra también tiene un disco que se titula “Décimas y centésimas” en el que dice:
Pa’ cantar de un improviso
se requiere buen talento, (1)
memoria y entendimiento,
fuerza de gallo castizo. (2)
Cual vendaval de granizos
han de florear los vocablos,
se ha de asombrar hast’ el diablo (3)
con muchas bellas razones, (4)
como en las conversaciones
entre San Peiro y San Pablo.
se requiere buen talento, (1)
memoria y entendimiento,
fuerza de gallo castizo. (2)
Cual vendaval de granizos
han de florear los vocablos,
se ha de asombrar hast’ el diablo (3)
con muchas bellas razones, (4)
como en las conversaciones
entre San Peiro y San Pablo.
Frente de Afirmación Hispanista, FAH
Unas palabras también para glosar la figura de Fredo Arias de La Canal al que van replicadas las décimas de Isabel Díez Serrano. La Enciclopedia de la Literatura en México dice de él:
“Humanista, poeta, psicoanalista y crítico literario español de residencia prolongada en México. Director del Frente de Afirmación Hispanista, FAH, y de la revista mensual de poesía Norte. Disposición artística y extensa e intensa labor y ocupación como escritor, prologuista, recopilador e investigador e impresor le han valido numerosas publicaciones tanto propias como en coautorías. Ha dedicado su vida a la recuperación de la tradición literaria española, y destinado sus esfuerzos a impulsar el concepto de hispanidad, promover estudios literarios y actividades culturales.”
Fredo Arias, aunque viva en el siglo XXI, es también un hombre del Renacimiento, como Juan de Mallara, Pedro de Padilla o Vicente Espinel. Un mecenas. Descendiente de asturianos, tiene una casona en Potes, donde ha llevado a cabo alguna entrega del Premio Vasconcelos (la portada del libro, Me contaron un cantar, es precisamente un paisaje urbano de Potes).
El Frente de Afirmación Hispánica entrega anualmente el premio «José Vasconcelos», que han recibido literatos como León Felipe, Salvador de Madariaga, Jorge Luis Borges o Arturo Uslar Pietri, Alfonso Camín o Samuel Bronston, productor cinematográfico de «El Cid» de Charlton Herston, y, como ya he dicho, recibido también por Isabel Díez Serrano en 2015.
En suma, Fredo Arias es un humanista que bien merecería el Premio Príncipe de Asturias, por su labor cultural y relacional entre poetas de habla española”.
Al final del acto, Ana Martínez y Daniel Martín cantaron varias glosas de Isabel Díez Serrano, a las que habían puesto música ellos mismos.
3 comentarios:
Dos cosillas. Una, la pervivencia de la décima en España y América. Dos, está muy bien la afirmación de la identidad hispana. No debemos avergonzarnos de ser hispanos. Incluso yo, con cuatro abuelos italianos, me considero también hispano. Saludos,
Radulfus
p.s. ¿zanfona es lo mismo que zampoña?
Sí, zanfoña es lomismo que zanfona, así lo dice el Diccionario de la RAE
Enhorabuena a una mujer tan entregada a este hermoso placer de crear poesía.
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