L.M.A.
Madrid, 9 de febrero de 1981. Los más modernos de la capital se acicalan para asistir a un concierto en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica, que con el tiempo se convertirá en un hito al ser considerado como el comienzo de la Movida Madrileña. Nadie quiere perdérselo: allí estará la joven Adela, hija de una actriz retirada y un marqués; Diana, que tiene oscuros tratos con siniestros personajes que la buscan por la ciudad; Teo, el novio de ésta, que aspira a consagrarse como el cantante de moda; Ric, novio de Aldo, el chico para todo que arregla tuberías atascadas. Al concierto también acudirá Siberia, esa diosa punk que brilla con luz propia y parece atraer a todos y todas.
La mañana del día siguiente ya nada será igual: uno de ellos aparecerá muerto en un portal del barrio de Malasaña y todos, de alguna manera, habrán perdido parte de su inocencia.
«Me gustaría decir que es una «crónica sentimental» o, como hubiera dicho Carmen Martín Gaite (quien tiene más de un homenaje en la novela), unos «usos amorosos de la Movida madrileña». Pero esto no quiere decir, para nada, que sea una novela romántica. No lo es. Es una novela sobre unos personajes que van a tener que quererse (o no) en un contexto mucho peor al esperado, en un mundo que no es para el que fueron educados. Es lo que les ocurrirá a Aldo y Ric, una pareja de hombres homosexuales, educados en los roles de género, que tendrán que inventar una nueva forma de quererse sin tener referentes. Su historia es la de muchas personas que vivieron aquella época y que tuvieron que enfrentarse a problemas que, como digo, no vieron venir». Enrique Llamas
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