Agustín Ibarrola (Foto: El Correo)
L.M.A.
06.07.21.- Madrid.- La galería madrileña José de la Mano presenta, en la próxima edición de ARCOmadrid, una de las creaciones más emblemáticas del artista vasco Agustín Ibarrola, una obra desaparecida durante décadas. Su presentación en la feria madrileña es un homenaje al 40 aniversario de la llegada del Guernica de Picasso a Madrid.
El 10 de septiembre de 1981 llegaba un Boeing 747 a Madrid-Barajas. Entre sus pasajeros, en la zona de carga, ha viajado la obra maestra de Picasso, su Guernica. De esto hace ahora cuatro décadas.
Unos años antes de este histórico aterrizaje, un grupo de artistas e intelectuales vascos capitaneados por Agustín Ibarrola lanza una campaña para que el Guernica de Picasso se instale en la villa vizcaína, bombardeada en plena Guerra Civil, en 1937. La idea es crear un museo en torno a la emblemática obra junto a otras piezas de artistas contemporáneos.
En estos años el Guernica de Picasso se convierte para Ibarrola casi en una obsesión y decide abordar su propia versión actualizada de esta mítica obra. El resultado es un monumental lienzo de 2 metros de altura por 10 metros de largo. Son 10 paneles que homenajean –con figuración y geometría– a la pieza del maestro malagueño. Es 1977, el sueño de que la mítica obra viaje al País Vasco sigue adelante, incluso el Gobierno vasco encarga en estos años un proyecto para su instalación, provisionalmente, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, mientras se construye el nuevo edificio en Gernika.
Es en la Sala Gris de este museo bilbaíno donde se presenta por primera vez en 1977 esta obra de Ibarrola, casi como un primer paso de ese museo soñado; y, dos años después, en 1979, de nuevo en la mencionada Sala Gris de esta institución, con un escenográfico montaje que mezcla este emblemático lienzo con otras piezas geométricas y paneles con sus características escenas de fábricas y obreros. Se exhibe una tercera vez, al año siguiente, en la Sala Municipal del ayuntamiento de Barakaldo y, probablemente, en 1981 en la Sala de Arte de la Caja Laboral Popular de Bilbao en la exposición “Gernika Gernikara” (Guernica para Gernika). El resto de la historia es conocida.
El Guernica de Picasso, que ha estado expuesto en el MoMA de Nueva York desde 1939, llega a Madrid y se instala en el Casón del Buen Retiro del Museo del Prado, siguiendo la voluntad del propio Picasso. En 1992 se traslada definitivamente al recién estrenado Museo Reina Sofía de Madrid. La obra de Ibarrola, que nació para acompañar a la de Picasso, nunca llegaría a coincidir con ella. De hecho, durante décadas ha estado guardada, prácticamente olvidada, en el taller del artista vasco sin volver a exponerse al público.
Es en 2020, preparando una exposición del artista vasco, cuando el galerista José de la Mano se fija por casualidad en un catálogo antiguo en el que, detrás de unas obras geométricas, aparecía lo que podría ser una versión del Guernica. Pregunta a la familia y le cuentan esta iniciativa de crear un museo para la villa vasca. Estaba almacenada junto a otras obras de Ibarrola en el caserío que, durante décadas, ha usado como estudio en la localidad vizcaína de Gametxo,
cerca del célebre bosque de Oma. Hoy, coincidiendo con el 40 aniversario de la llegada de la obra de Picasso a España se podrá contemplar el Guernica Gernikara de Ibarrola en el stand deJosé de la Mano, en la presente edición de la feria ARCOmadrid.
Observando Guernica Gernikara
“Como obra que juega a ser mural sin serlo, y por lo tanto se asigna el valor de monumento y permanencia que le correspondería por ello, Agustín Ibarrola entendió las claves de la obra de Picasso: de la obra como alegoría y de la posibilidad de insistir en la (aparente) desarticulación de los distintos temas y grupos que la componen. De este modo, en los paneles centrales de la serie Guernica Gernikara, el artista extiende la composición de 1937 y quiebra su carácter triangular para actualizar, también desde la noción de muro, además de calle y horizontalidad, la denuncia de aquella y presentar la que su obra encarna”, afirma Rocío Robles Tardío, autora del texto de la publicación que con motivo de la presentación en público de esta obra en ARCOmadrid editará la Galería José de la Mano, explicando esta pintura de Ibarrola.
El artista vasco vincula los motivos picassianos con sus iconografías características, las cuales se erigen en imágenes simbólicas del presente de entonces —con las que refiere a masas de obreros, al pueblo, la fuerza represora y la cancelación de toda libertad—, mediante su dramático, por insistente, motivo de rejas. Es un juego recurrente en la época del artista, una figuración nítida rota, en partes, con una abstracción geométrica.
El propio Ibarrola explica en 1978, “en otra dimensión ya aparece en mí la preocupación [...] del mundo de las rejas. Las rejas me estaban impresionando mucho, todo el silofón [sic] de las rejas, todos los movimientos de los candados, de las cadenas golpeando contra las rejas. Al atardecer golpeaban las rejas con una barra de hierro para comprobar que no estuvieran cortadas y hacían un ruido que yo visualizaba en forma de rayas. Más tarde, aparece en un todo ese mundo, todo ese trabajo de las rayas en ese intento de hacer un verdadero trenzado, como un trenzado de cesto entre los espacios más profundos de un cuadro y los espacios más próximos, es decir, entre el atrás y el adelante de un cuadro”.
La obra Guernica Gernikara estará acompañada en el stand de José de la Mano por una colección de diez xilografías realizadas también a finales de los setenta, con composiciones inspiradas en motivos del Guernica picassiano. Como si un círculo histórico se cerrara, el estudio García-Ramos que en 1980 diseñara el proyecto para exhibir el Guernica original en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, ha sido nuevamente el encargado de proyectar, cuarenta años después, el diseño del stand de esta galería madrileña en ARCOmadrid.
Sobre Agustín Ibarrola
Nace en 1930 en Basauri (Bizkaia), en el seno de una familia obrera. Muy pronto ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao y en 1948 celebra su primera exposición individual. Desde muy joven se interesa por aunar la tradición pictórica vasca con las corrientes de vanguardia del Arte Contemporáneo. Viaja a París en 1956, donde conoce a los que, junto a él, formarán el Equipo 57. Regresa a Bilbao en 1961 y entra a formar parte del grupo de grabadores de Estampa Popular, en la sección vasca. Como miembro del Partido Comunista es detenido en 1962 y juzgado por un tribunal militar. Dentro de la cárcel sigue pintando y dibujando, aunque no puede firmar las obras ni exhibirlas en el exterior.
En 1965 es puesto en libertad y se embarca, junto a otros artistas vascos, en la creación de los grupos artísticos de la Escuela Vasca, Gaur, Hemen, Orain y Danok. En 1967 es detenido nuevamente y encarcelado en Basauri hasta 1969. Participa en diversos eventos artísticos como los Encuentros de Arte de Pamplona de 1972 o la Bienal de Venecia de 1976. Inicia los años 80 siendo profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. En 1987 el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Madrid organizan una gran exposición antológica y, en 1993, recibe la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes junto a los integrantes del Equipo 57. Además de la obra gráfica y pictórica,experimenta con el uso de materiales como traviesas de ferrocarril, cartones, maderas, acero corten…
Los troncos del bosque de Oma se convierten en el soporte de una de las aventuras estéticas más reconocidas de su creación: “El Bosque de Oma (Bizkaia)” (1982-1991) que, junto a la intervención “Piedras y árboles” (1999) en Allariz (Ourense), “Los Cubos de la Memoria” (2001- 2006) en el puerto de Llanes (Asturias), las traviesas del Ruhr en Bottrop (Alemania) (2002), las Piedras pintadas en Garoza (2005-2009) en Muñogalindo (Ávila) o las monumentales obras escultóricas y numerosas esculturas donadas en homenaje a las víctimas del terrorismo de ETA, constituyen un amplio y variado catálogo de intervenciones y obras en el espacio público.
Sobre la Galería José de la Mano
Una doble línea de investigación es la que marca el trabajo de la Galería José de la Mano en todos sus proyectos expositivos desde 2005, año de su inauguración. Por un lado, un firme compromiso por ir recuperando la memoria de muchos de los artistas que se sirvieron, en España y Latinoamérica en los años 50 y 60, de la abstracción geométrica a modo de moderna fórmula de interpretación artística o incluso de comprometida reivindicación política. Y por otro, un intento por redescubrir a los primeros artistas conceptuales españoles que transgredieron con sus radicales propuestas la escena artística de nuestro país a principios de los 70.
Esta galería es pionera en la reivindicación de los artistas del Centro de Cálculo como uno de los episodios artísticos más trascendentales de los últimos años de la Dictadura, y gran parte de sus proyectos expositivos están viniendo a rescatar las relaciones entre los artistas españoles y latinoamericanos de estas décadas. En la última edición de ARCOmadrid la galería presentó un proyecto de mujeres olvidadas de los años 60 y 70, donde se recuperó la memoria de Aurèlia Muñoz (Barcelona, 1926-2011).
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