DIEZ LECCIONES VITALES DE CHESTERTON
Enrique García Máiquez repasa 10 enseñanzas que se desprenden de la vida y obra de Chesterton
L.M.A.
11.07.2022.- Madrid.- El 16 de junio, el Club Chesterton de la Universidad CEU San Pablo y la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria invitó al profesor, columnista y poeta Enrique García Máiquez a ofrecer unas reflexiones en torno al escritor inglés que se tradujeron en diez consejos extraídos de su vida y obra que pueden ayudarnos a navegar por la compleja e inquietante realidad actual
En estos tiempos de virulencia ideológica, corremos el peligro de pensar que basta con defender nuestras ideas, y que no hace falta hacerlo bellamente», advertía el poeta, escritor y columnista Enrique García Máiquez.
Acto seguido señalaba como un maestro a G. K. Chesterton, precisamente por decir las cosas y decirlas con gracia. García Máiquez hilaba estas reflexiones durante la jornada de actualización chestertoniana organizada por el Club Chesterton de la Universidad CEU San Pablo y la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria.
Con motivo del 86º aniversario de la muerte del autor de, entre otras obras, El hombre que fue jueves o La esfera y la cruz, el club invitó al poeta gaditano a hablar sobre el legado de Chesterton.
Recogió el guante en forma de decálogo, planteando diez lecciones vitales, filosóficas y teológicas que se desprenden de la vida y obra del escritor. ¿La primera? Su matrimonio con Frances Blogg, «un amor conyugal que superó pruebas enormes».
Presentado por el editor de CEU Ediciones, Pablo Velasco –convenientemente sentado en un chester–, García Máiquez celebró también la alegría y el humor del genio británico. «Es difícil transmitir la buena noticia del Evangelio si uno está triste; desde fuera piensan `¡pues tan buena no será!´», añadió el poeta, que recientemente ha publicado sus obras completas –Verbigracia, editado por Comares– y el poemario La inclinación de mi estrella (Los Papeles del Sitio).
La tercera lección es que Chesterton tenía clara la raíz profunda de su cosmovisión, y desde ella lo juzgaba todo.
Esta idea matriz –cuarta lección– era un optimismo de mínimos. «Lo que dice Chesterton es que existir ya es en sí una maravilla, aunque nos pasen cosas malas, porque podríamos no existir», apuntaba García Máiquez.
La quinta lección, ya apuntada, es la de decir las cosas con gracia. Defender el pasto y el `fair play´
También celebró el poeta la defensa de la realidad, de lo obvio –trajo a colación la cita de Chesterton según la cual será necesario «desenvainar la espada para defender que el pasto es verde»–, y el ardor guerrero de su escritura.
«Hoy Chesterton estaría con los de la guerra cultural, haciendo una auténtica carga de caballería», ironizó García Máiquez, aunque destacó como octava lección la «simpatía apostólica» del inglés. «Partía del fair play en el debate intelectual, que significa que cuando alguien dice la verdad, se le reconoce, sea quien sea», apuntaba.
El columnista señaló como novena lección el regreso a la tierra –una filosofía plasmada en el ideal distributista– y concluyó celebrando un «cierto conservadurismo de Chesterton», por hacer la pregunta clave cuando le hablan de progreso –¿hacia dónde?– y por «convertir el orden y la ortodoxia en una aventura». «Chesterton –cerraba García Máiquez– es un gran defensor del hombre corriente».
¿Por qué Chesterton tardó tanto en convertirse al catolicismo? Varias hipótesis para un misterio.
1 comentario:
Queridos amigos madrileños
¡Qué bello eso de que existir ya es muchísimo, inmenso! Una parte de tal inmensidad, conocerlos a ustedes. Saludos,
Raúl
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