Figura humana de Mercedes Ballesteros
L.M.A.
11.07.2022.- Madrid.- Siempre me ha interesado la Naturaleza, la figura humana o el objeto como modelos de la pintura. Son como una tensión y un reto para plasmar la realidad que uno tiene delante de los ojos y mostrar la capacidad, la maestría de hacerlo. La pintura realista es una constante en la Historia del Arte, que nunca se irá. Pintar un modelo exterior es la capacidad de abstraer líneas, formas, proporciones, composición, luces, sombras, cromatismo en suma, en la bidimensionalidad del papel, el lienzo o la tabla. Todo un proceso mental que requiere atención, habilidad y sentido artístico.
Recuerdo que, en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde adquirí formación y destreza para el arte, se elogiaba mi capacidad de plasmar la tercera dimensión en el arte, bien fuera en la escultura o en la pintura. Recibí elogios y buenas calificaciones por ello. Esto, lejos de envanecerme, servía de estímulo a la capacidad de superación que tiene que tener todo artista visual que se precie de serlo. En arte, la cima es siempre infinita y desbordante. Llegar es una lucha. Desde aquellos días, mi consagración al arte es de total entrega. Pese a los diferentes avatares personales o familiares, he tenido la disciplina de pintar, prácticamente todos los días.
El estudio/taller cerca de casa, pero alejado de ella al mismo tiempo, me ha ayudado a cobrar un sentido profesional, como de “ir al trabajo”, donde tengo mi mundo de caballetes, herramientas, pinceles, paletas y pigmentos, donde yo me aíslo, me concentro y trato de sacar lo mejor de mí misma para el Arte, como camino inagotable de nuevos hallazgos.
En la figura humana, me ha gustado trabajar con modelo y he contado con jóvenes precisas y preciosas, que se transmutaban en personajes, musas o ninfas, con todo su simbolismo o capacidad de sugerencia en el cuadro. Pintar tiene la magia de transformar lo visto en lo soñado, lo que se ha pensado antes de pasarlo al cuadro y lo que uno se encuentra por motivos del azar, a veces caprichoso, cuando ese azar la encuentra a una trabajando.
El retrato ha sido un capítulo importante en mi arte y he recibido numerosos encargos al respecto. Me ha dado muchas satisfacciones. Desde niños a personas mayores han posado en mi estudio, algunos han viajado de fuera de Madrid, para legar a mi taller y ponerse delante de mi caballete. He disfrutado mucho con el retrato, desde que concebía el ángulo de la pose, hasta los últimos toques que determinaban la mirada y la expresión del modelo. “Género nutricio”, le llamaban en el pasado, porque ayudaba a comer a los artistas.
Los textiles son otro capítulo que me ha interesado notablemente para mi pintura y han sido motivo de éxito en mis cuadros, a juzgar por los que me han adquirido, que es el mejor elogio para un artista. He plasmado manteles, con su elegante caída de telas, con sus visiones singulares de bordados, punto Richelieu, filtiré, punto de cruz… Un realismo que sorprende e interroga hasta el trampantojo, sin querer caer nunca en el hiperrealismo.
Toledo, mi provincia natal me dedicó una amplia exposición retrospectiva de 30 años en el espléndido Centro Cultural de San Clemente (1982-2012). El pasado año la tuve en el Ateneo de Madrid (2000-2018). Estas muestras han sido el mejor lugar de reflexión, al ver toda mi obra reunida con sus diferentes series de figura humana, textiles, bodegones, paisajes, flores, floreros… Allí comprendí que mi trayectoria artística había sido coherente con el realismo, con la pintura realista que era mi opción, mi gusto, mi entusiasmo. Medirse con la realidad de lo que uno ve, es motivo de orgullo en el arte.
No hay que olvidar que el Museo del Prado, es la gran catedral del realismo. La Escuela Española ha dado grandes ejemplos de bello realismo, en obras maestras que van de Las Meninas de Velázquez, a los bodegones de Zurbarán o Sánchez Cotán. No hay que olvidar que todo puede ser motivo, pretexto y elección del artista para pintar.
Cuando se tiene vocación para el arte, no cabe otra cosa que entregarse a él, porque es como un amante exigente. Necesita atención cada día y yo le consagro el tiempo que me requiere y necesita. He llegado a pensar que ser artista visual es una predilección del destino y yo me he sometido a él con gusto. En tiempos buenos o en difíciles. La pintura realista ha sido mi opción, porque me llamaba desde muy lejos, desde lo más profundo e íntimo de mi ser.
Mercedes Ballesteros Rodríguez
(Artista visual realista)
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/2018/04/mercedes-ballesteros-inaugura-su.html
Mercedes Ballesteros, retratista
2 comentarios:
Muy buena pintura, excelente persona y muy buenos comentarios
MARIO SASLOVSKY
Un artista como tú se merece estos elogios y más
Publicar un comentario