M. DOLORES GALLARDO LÓPEZ
El pasado 4 de octubre, en el exclusivo Club de la calle Pinar 17 de Madrid, la profesora y arqueóloga Pilar González Serrano ofreció una amenísima conferencia sobre la decoración musivaria de la villa romana de Noheda. Pudo ser seguida presencialmente y vía internet.
Esta villa está en la localidad de Noheda está ubicada a 18 kilómetros de Cuenca cerca del cerro Cuesta de las Herrerías. Se descubrió accidentalmente en 1984 en unos trabajos de labranza. El actual Director de excavaciones es D. M. Ángel Valero Tovar
El yacimiento actual en su conjunto se fecha en el siglo IV d.C., si bien existió una primera construcción en época alto imperial, siglo I/II d. C.
Fue una lujosísima villa mandada construir por alguien muy culto y de notable gusto por los temas, cultura y vestimenta oriental: la temática elegida en sus mosaicos y la belleza y magnificencia oriental de los atuendos que en ellos lucen los personajes así lo constatan. A día de hoy no se sabe quién la mandó construir y mucho menos el motivo de ese gusto por oriente.
Destaca también la cantidad de instrumentos musicales que se pueden observar en sus mosaicos.
La exquisita villa fue abandonada en el siglo VI d. C. y se convirtió en una explotación agrícola ganadera.
Como tantas otras villas, el lujoso sistema de vida de sus dueños sólo era posible sostenerlo a base del trabajo de numerosísimos esclavos. Si éstos escasean o desaparecen, el sistema se resiente: en la villa de Noheda los trabajos arqueológicos demuestran que, antes de ser abandonada definitivamente, algunos lujos han dejado de utilizarse: unos magníficos baños, excesivamente costosos de mantener, fueron usados finalmente como almacén.
El resumen: el final de la esclavitud, junto con inseguridad y otros problemas de la vida a finales del mundo antiguo, acabó con el sistema de vida de esas villas. A este respecto González Serrano aludió a la conocida controversia que, con motivo de la restauración del altar de la diosa Victoria en la Curia romana, mantuvieron dos pesos pesados del siglo IV d.C.: San Ambrosio y Símaco (Quinto Aurelio Símaco, político -llegó a ser cónsul- y escritor). Símaco advertía claramente que el final de la esclavitud acabaría con un mundo paradisíaco.
Efectivamente, esas villas no pudieron sostenerse, los dueños las abandonan y marchan a las ciudades. Villas y tierras se las entregan a colonos para su explotación agrícola o ganadera.
Tierras de labranza cubren sin excepción lo que habían sido jardines o triclinios y dormitorios decorados con hermosas pinturas y lujosos pavimentos.
2 comentarios:
Doña Pilar fue mi sabia maestra, incombustible. Gran persona y categoría docente. Un lujo escucharla. Gracias!
Muy interesante ‼️
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