— Calma nocturna. Aguafuerte y aguatinta, 47 x 36 cm
L.M.A.
17/10/22.- Madrid .- La artista Prado de Fata ha dividido las obras que expone en In Interiore Homine en varias secciones temáticas; uno de los pasillos, del que os hablaremos hoy, está enteramente dedicado al Jardín Japonés.
En palabras de la propia artista:
«A mi juicio, el jardín surge de la necesidad de crear un lugar donde fuera posible restablecer y potenciar la relación entre el espíritu humano y la energía de la naturaleza. Todas las religiones han valorado en mayor o menor medida la especial relación que el jardín provoca en la sensibilidad espiritual del ser humano. Concretamente, si contemplamos el jardín japonés observamos que es muy distinto del jardín europeo, siempre esforzándose en encajar la naturaleza en esquemas geométricos; rechaza ese presunto dominio del hombre, para convertirse en un intermediario entre el individuo y su entorno.
En el budismo zen los jardines desempeñan un papel central en la meditación y en la comprensión. Y el diseño de estos jardines promueven el sentimiento de paz y armonía en ese espacio. El jardín zen japonés representa a escala el universo e invita a meditar en busca de vitalidad y serenidad.»
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