C.V.E.
19.05.2023
La zona sureste de la Comunidad de Madrid es sin duda la más seca y árida de la región. Entre otras razones, por ser la más apartada de la Sierra de Guadarrama, que ocupa la frontera noroccidental de la Comunidad.
Siendo seca, contiene sin embargo una vegetación razonablemente hermosa, con mucho monte de vegetación mediterránea y extensas áreas de espartales y retamares.
Además, atesora unos valles surcados por los ríos Henares, Jarama, Tajuña y Manzanares que acaban desembocando en el padre Tajo, en la punta del sur de la Comunidad, en Aranjuez Estos valles de verdor, se han englobado en los últimos años, bajo el término de” Las Vegas” y constituyen un foco de interés turístico para el viajero curioso, el ciclista, el paseante, el caminante, el deportista o simplemente para las familias que quieren pasar un día es esta zona.
“Las Vegas” son verdes en cualquier época del año, porque hay cultivos de regadío, álamos y chopos que crecen junto a los ríos, lagunas y humedales, donde anidan las aves y viven permanentemente una gran cantidad de cigüeñas.
Pero desgraciadamente, el interés paisajístico de esta zona, está siendo sometido a una continua degradación, sin que nadie al parecer repare en ello y trate de frenarla.
Por un lado, la sequía que disminuye el caudal del agua de ríos y de arroyos e incluso del nivel del agua subterránea, provoca que la agricultura , sea cada vez más difícil y menos retributiva, para los pocos agricultores que nos quedan en la zona.
Los humedales y lagunas donde se refugian numerosas especies acuáticas, se van reduciendo en amplitud y profundidad y están poco cuidadas. La laguna de San Juan en el Tajuña o el llamado Soto Bayona en el Jarama, son buenos ejemplos de esta dejadez municipal, por entornos ecológicamente tan valiosos.
La proximidad de una gran urbe como es Madrid, ha transformado la antaño hermosa vega del Jarama, donde había grandes fincas de producción agrícola ejemplar. La grava del subsuelo en dicha vega, ha sido su ruina paisajística. Ahora las graveras han proliferado en este territorio y el paisaje se ha transformado en una suerte de paisaje lunar, donde alternan las colinas artificiales y las hondonadas, por donde aparece el agua dado el nivel freático del subsuelo de la vega.
Hay muchas lagunas sí, pero el paisaje es lamentable. Nadie obliga a restaurar el terreno a su ser original, tras la explotación de la gravera. Algo que debería exigirse por contrato y por ley, ya que es un negocio suficientemente rentable y podría exigirse a las empresas de la construcción y explotación de las graveras.
En otras vegas donde por fortuna no existe grava subterránea, la agricultura esta cediendo a la venta de parcelas. Nada que objetar a que pequeños propietarios, se hagan con un terrenito para construir una casa y cuidar y embellecer su parcela. Pero no es así. A la venta de terrenos de forma ilegal para hacer una casa, puesto que se venden sin agua y sin evacuación de desechos y basuras, se sigue la implantación en los mismos, no de una casita sino de contenedores metálicos, auto caravanas y vallas recubiertas de estridente de plástico verde para su contorno.
La urbanización ordenada brilla por ausencia. Se acumulan los poblados ilegales, sin que ninguna autoridad municipal o regional se atreva a ordenar o a imponer unas mínimas normas de estética y saneamiento.
Y yo me pregunto, ¿cómo es posible que esta zona, para la que se buscó ese bonito y atractivo nombre de” Las Vegas”, no pueda acogerse a algún plan de crecimiento razonable?
¿Dónde están las organizaciones ecologistas, los verdes, que tanto ruido hacen en los Parlamentos y Asambleas regionales y nacionales? ¿Dónde están las actuaciones de concejales de urbanismo de todos los municipios implicados?
Por supuesto, que estos poblados ilegales, no tienen permisos en regla, no pagan por tanto los debidos impuestos, incluidos por ejemplo, los de la recogida de basuras.
De tal modo, que los caminos rurales del entorno, se ven “adornados” por muebles, electrodomésticos y colchones, viejos, así como escombros y basuras de todo tipo, en sus recodos.
Estas líneas, pretenden ser un llamamiento a la conciencia ecológica, agrícola y turística de todos estos municipios del sureste de la Comunidad de Madrid. Me temo, que si persiste la incuria general y la desidia de los Ayuntamientos implicados en” Las Vegas”, dentro de poco tiempo, estos fértiles valles dejarán de ser un oasis de verdor, para ser un área suburbana, devastada por las infraviviendas, las basuras y los residuos.
Hago un llamamiento también a Isabel Díaz Ayuso, Presidenta y mujer tan comprometida con el progreso de nuestra Comunidad de Madrid. Isabel, no olvides esta zona y procura algún tipo de solución a nuestros acuciantes problemas
Concha Moro
He sido Jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y Catedrática de Cardiología de la Universidad de Alcalá.
Actualmente soy vecina
MAYO 2023
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