L.M.A.
Burgos, 14 noviembre 2023 .- En la sala Polisón, del magnífico Teatro Principal de Burgos, ha tenido lugar la presentación del libro El padre Revilla, del historiador Carlos Sánchez Tárrago, en un acto organizado por la Fundación, con la colaboración del Ayuntamiento de Burgos (Departamento de Cultura) y la Asociación de Libreros.
Olga Cavia Dorao, abogada, presidenta de la Fundación, estaba acompañada en la Mesa, junto al autor, por el alcalde de Revilla Vallejera, Alfonso Álvarez Bermejo y los Patronos de la Fundación María de los Ángeles Castrillo y Pablo Heras. Tomó la palabra para dar a conocer los fines de la Fundación, que tiene su sede en Revilla Vallejera, en la casa donde nació el padre Revilla.
Contó cómo, desde pequeña, su abuela le hablaba del padre Revilla, que vivía en la casa de enfrente. Historias que le fueron marcando y que le llevaron a comprar la casa, hace unos años, cuando se puso en venta. Fue a raíz de conocer la publicación de la biografía que hizo Carlos, el autor, cuando, después de hablar con él, se decidió a crear una Fundación para divulgar la obra y los fines que inspiraron la vida del fraile.
El autor, a continuación, habló de la extraordinaria vida de Eloy Gallego Escribano, verdadero nombre del fraile capuchino, que saliendo de oficial de la academia de infantería de Toledo, en 1898, con tan sólo 17 años, tras varios destinos, en Canarias solicitó, con 26 años, ingresar en la orden capuchina. Aprobó las oposiciones de capellán castrense, se licenció en Filosofía y Letras, fue piloto, observador de aeronave, Maestro, catedrático de Historia y doctor en Derecho. Hablaba inglés y francés. Posiblemente árabe. Además del latín, lógicamente.
Tras el desastre de Annual, que estaba en Burgos haciendo los cursos de piloto, solicitó ir a Melilla y como capellán de la Legión, participó en el enterramiento de los cadáveres insepultos de Monte Arruit y en el intento de negociación con Abd-el-Krim, de los prisioneros españoles que tenía en su poder. En Monte Arruit, precisamente, se encontró una carta que el cabo del Ceriñola, 42, Gabriel Sáinz García, natural de Villarcayo, le había escrito a su padre, anunciándole el destino final que le esperaba. Más tarde, el padre Revilla le haría llegar a su familia tan emotiva carta. Todos esos documentos fueron exhibidos por su sobrino-nieto, Fernando Sáinz Pereda, presente en la charla.
Alejado del territorio, porque su notoriedad resultaba molesta para algunas autoridades, se unió a la Liga Nacional de Campesinos, en una labor de sindicación, inspirada en la encíclica del papa León XIII, recorriendo muchos pueblos de España, con un viaje especial a las Hurdes, en 1926, en un amplio relato recogido en el libro. Al inicio de la guerra civil fue fusilado, cerca de su pueblo natal, por “cura rojo”. Su vida estuvo inspirada en los principios de solidaridad, justicia y libertad. Su deseo: crear una Universidad para los pobres.
Carlos S. Tárrago, quiso destacar a los burgaleses con los que se relacionó en toda esa historia: el padre Andrés Manjón (hijo predilecto de Burgos); el cardenal Segura; el diputado Felipe Crespo de Lara; el teniente coronel Eduardo Pérez Ortíz. También dio lectura a los nombres de los 148 soldados y oficiales de Burgos y provincia que murieron en Annual, mientras sonaba el himno “La muerte no es el final”. Nombres facilitados por un amigo, investigador, Rafael Contreras Cervantes, autor de una base de datos con todos los soldados fallecidos en el desastre de Annual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario