Teatro Marquina
Madrid
Julia Sáez-Angulo
17.10.09.- Madrid.- El escritor Bernardo Sánchez Salas, junto a Juanjo Seoane, ha adaptado para el teatro la novela del desaparecido Rafael Azcona. La puesta en escena en el Teatro Marquina de Madrid ha resultado un éxito en las voces de Pedro Olea, Asunción Balaguer, Teté Delgado y Pepe Viyuela. En la gran pantalla fue interpretada en su día por José Luís López Vázquez, Mari Carrillo Concha López Silva, en un guión del propio Azcona. “El pisito” viene a ser la producción numero cien de Juanjo Seoane, por lo que ha querido fijarse en una pieza singular para celebrarlo.
Bernardo Sánchez cuenta qué supuso la adaptación: “ Rafael Azcona me pidió que trabajara a partir de las dos escrituras de su novela El pisito, la original de 1957 y la reescritura de 1999. Intenté, de entrada, elegir los personajes y las situaciones que más posibilidades teatrales tenían a la hora de fabricar escenas; dar con una especie de desglose básico. Como me sucedió con El verdugo, gracias a la extraordinaria construcción de las figuras y espacios que realizaba Rafael, lo fundamental ‘sale’ necesariamente. Y desde luego vi que el centro de la acción de la acción debía ser el salón, es una especie de ‘teatro de mesa camilla’, pero lo que rodea la periferia de esa mesa es un mundo doméstico amargo, paradójico, tragicómico. Y universal: El pisito que hemos adaptado Juanjo Seaone y yo podría suceder aquí, o en Inglaterra (y sería una Comedia Ealing), o en Nueva York (y sería una especie de Arsénico por Compasión, pero también podría recordar a El apartamento. Yo siempre he pesando que El pisito de Azcona era el Apartamento español, y de igual calidad dramatúrgica). Ha supuesto conocer a un director, como Pedro Olea (que había trabajado en el cine en varias ocasiones con Rafael), y a una Compañía de cómicos formidable, enamorada de su trabajo. Y ha supuesto trabajar la versión definitiva en colaboración con Juanjo Seoane, impulsor del proyecto, veteranísimo productor (ésta es su producción número 100) y también adaptador de otras funciones anteriormente. Y ha supuesto, sobre todo, recordar que Rafael Azcona vive, que sus fábulas no tienen fecha de caducidad, y que nos contienen en cada diálogo o escena.
El escritor asegura que la obra tiene vigencia “absoluta. No ha hecho falta tocar la fecha de la acción –la España de finales de los cincuenta- porque el problema de la vivienda se actualiza solo. Y más en estos tiempos: crisis del ladrillo, aumento de los embargos, hipotecas para toda una vida (incluso para una muerte), dificultad de acceso a la primera vivienda…. El tema no caduca porque consiste en el problema de buscar un lugar para estar en el mundo, y para amarse. El precio de éste y de otros muchos pisitos es la vida. El día del estreno, en un restaurante, una camarera nos dijo que iba a intentar ¡por tercera vez! casarse. Había tenido que anular antes dos veces las boda porque al final no llegaba para la hipoteca. Y estamos en 2009. Rafael también se basó en un caso real ocurrido en Barcelona para escribir El pisito.
Contar de nuevo la historia
Sánchez Salas explica qué ofrece el teatro que no lo haga la novela o el guión de cine: “En éste caso, contarles a muchos espectadores y lectores españoles de varias generaciones que ni vieron la película de Ferreri, ni leyeron la novela –y son la inmensa mayoría- una historia que alucinan cuando la ven y la oyen. Y recordarles que España fue así hace dos horas, y que un señor como Azcona la contó en novela y en cine, con dificultades, con suspicacias oficiales, con poco público. Y luego hay unos espléndidos actores que se la representan en vivo, a la cara. A cada escena de El pisito, el público piensa que no se puede ir más lejos: que Rodolfo y Martina no ser casarán, pero cuándo los ven casados se preguntan ¿y qué pasara ahora? ¿y serán capaces de….? Todo son vueltas de tuerca de… la realidad”.
Como profesor de Teoria de la Literatura en la Universidad de la Rioja le pregunto qué opina del enfoque de la literatura por comunidades autónomas. “No sé a qué enfoque exactamente –si idiomático, editorial, premios, etc--- se refiere la pregunta. Pero es algo a lo que no le presto atención. A mí, la literatura me interesa libro a libro, al margen de cualquier otra consideración o circunscripción”.
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