“Cartas a María Callas”
(sin principio ni final)
Alberto José Logarzo
Prólogo: Marcelo Arce
Vinciguerra Editorial. Buenos Aires
Julia Sáez-Angulo
“Divina, enigmática, electrizante, hermosa, hechicera, única, insustituible, fueron algunos de los tantos términos que se han empleado para intentar describir a esta mujer que cautivó multitudes”, escribe el autor del libro “Cartas a María Callas (sin principio ni final)”, el argentino Alberto José Logarzo refiriéndose a la cantante de ópera María Callas.
“María Callas es la soprano del siglo XX, que traspasó el mundo de la ópera, logrando una indiscutible popularidad, incluso en este siglo XXI nos conmueve con el sonido de su voz y el arte de su canto”, continúa Logarzo.
“A veces las cartas viven en los sueños” dice el autor que, con su libro, ha hecho un gran homenaje a la soprano helena universal, que fue amante del magnate griego Aristóteles Onasis.
“En este libro “Cartas a María Callas (sin principio ni final)” me permito entrar en el mundo irreal del poema de la vida de esta mujer, que desde la historia a la leyenda, dejó una impronta en mi apreciación operística. Mi compromiso con su arte es entregarle este ramo de rosas rojas de manera epistolar que fue escrito desde mi corazón y puedo decir una vez más con las palabras de Rilke: Las obras de arte viven en medio de la soledad. Sólo el amor alcanza a comprenderlas”.
El libro de Logarzo muestra varias fotos de la diva, alguna de ellas dedicada al propio autor. Logarzo “la ama y conoce su Arte. La amplia y variada carrera que ha desplegado en las lides escénicas le permite atravesar telones y hallar la fantasía para crear una original propuesta. María, sentada serenamente en el óleo de Ulisse Sartini en la Ópera de Atenas, releerá estas cartas que le llegan desde el imaginario!, escribe Marcelo Arce en el prólogo.
Un relámpago que iluminó la escena
Jorge Luís Borges decía que “el libro es la gran memoria de los siglos… Si tienes algo que decir o un mensaje que comunicar, escribe una carta…” Logarzo lo ha hecho a su amor platónico, capaz de escribir en unos versos: “Un relámpago iluminó la escena. Sólo la visión de lo absoluto/ surgió de su persona”.
El autor poeta toma prestada la sentida frase de Georges Sand: “Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto que verte feliz”. “mia prima donna absoluta” es su conclusión.
En suma, un libro de admiración por el arte, de amor puro a una artista diva que trasvasó su figura al mito, reconocido por entero por aquellos que la conocieron y, sobre todo, que la escucharon como Alberto José Logarzo.
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