CARLOS CRUZ DÍEZ, PREMIO PENAGOS DE DIBUJO DE FUNDACIÓN MAPFRE
Este galardón se otorga a la trayectoria
de un artista vivo
que en su carrera haya dedicado una
especial atención al dibujo
FUNDACIÓN MAPFRE ha fallado el Premio Penagos de
Dibujo que este año ha recaído en Carlos
Cruz-Díez, artista venezolano
afincado en París y uno
de los exponentes más importantes del mundo del arte óptico.
Este Premio reconoce la trayectoria de un artista
vivo que en su carrera haya dedicado una especial atención al dibujo.
El Presidente del jurado que ha otorgado este premio
ha sido Alberto Manzano Martos, Presidente de FUNDACIÓN MAPFRE, y el
Vicepresidente ha sido Pablo Jiménez Burillo, Director General del Instituto de
Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE. El resto del jurado ha estado compuesto por: Francisco Calvo Serraller
(Catedrático de Historia del Arte y crítico de arte); Eugenio Carmona Matos
(Catedrático de Historia del Arte); Juan Fernández-Layos Rubio (Vocal del
Consejo Asesor del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE); Julián Grau
Santos (Artista), Leandro Navarro Ungría (Galerista); Estrella de Diego Otero (Catedrática de Historia
del Arte); y María Dolores Jiménez Blanco (Profesora Titular de Historia del
Arte). Como secretario no vocal actuó Daniel Restrepo Manrique, Director
General Adjunto del Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE.
El Premio Penagos de Dibujo se creó en 1982 en
memoria del famoso dibujante Rafael de Penagos (Madrid, 1889-1954), considerado
como el más importante representante del movimiento de renovación que se
produjo en el campo de la ilustración gráfica española durante los años 20 y 30.
Desde su creación, el Premio Penagos de Dibujo se
sigue convocando anualmente y ha sido concedido a algunos de los más
importantes artistas de nuestro panorama actual. A partir de 2008 el premio se
otorga como reconocimiento a la trayectoria profesional de un artista vivo, que
dentro de su carrera haya dedicado una atención sobresaliente al dibujo.
Carlos
Cruz-Díez (Caracas,
1923) vive y trabaja en París desde 1960. Sus inicios se remontan al Movimiento
Cinético de los años 50–60. El desarrollo de su reflexión plástica ha modificado las nociones sobre la
percepción del color en el arte. La propuesta de Carlos Cruz-Diez se fundamenta
en el color concebido como una realidad autónoma, desprovista de anécdotas, que
evoluciona en el tiempo y el espacio reales sin ayuda de la forma y aún sin
necesidad de soporte.
Sus obras figuran, entre otros, en las
colecciones permanentes de Museum of Modern Art (Nueva York); Tate Modern (Londres);
Centre Georges Pompidou (París); Museum of Fine Arts (Houston); Wallraf-Richartz
Museum (Colonia); Musée d’Art Moderne de la Ville (París).
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