Algo
más que cifras: Informe del Laboratorio Permanente de Público de Museos
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El estudio supera
la visión de la efectividad de un museo únicamente por sus cifras de usuarios y
analiza la calidad de la visita a través de 13 tipos de experiencias
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Las visitas
tranquilas y más largas, en grupos familiares o con amigos, son las que mejores
resultados obtienen para los visitantes
·
El Museo Sorolla es
el que mejor experiencia global genera entre los usuarios
L.M.A.
El Laboratorio Permanente de
Público de Museos, iniciativa de la Subdirección de Museos Estatales, ha
publicado un nuevo informe en el que intenta profundizar en la experiencia
vivida por los visitantes de los museos estatales dependientes del Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte.
Para ello se ha preguntado
a los visitantes de doce museos cómo valoraban su vivencia en el museo en
términos tanto cognitivos como psicológicos y emocionales, analizando variables
relativas al confort de la visita, al aprendizaje obtenido en la misma, la
relajación lograda, la fascinación experimentada, la diversión, el
ensimismamiento o la felicidad sentida durante su estancia en el museo y la
relación de todo ello con la satisfacción final de la visita al museo.
Los resultados globales del
informe ofrecen una media de 7,4 sobre 10 en términos de satisfacción de la
experiencia vivida en los museos estatales, superando la media el Museo
Sorolla, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida o el Museo del Traje, con
resultados y experiencias altamente gratificantes para quienes los visitan.
Son varias las formas de
medir el impacto o la efectividad de los museos como instituciones culturales.
La más utilizada hasta ahora es conocer el número de visitantes, sin embargo,
este no debe ser considerado el único indicador de éxito de un museo. El
análisis de la experiencia de la visita supone una aproximación novedosa al
conocimiento de los factores que configuran una experiencia de la visita
percibida como valiosa parte del público visitante, más allá de los datos
cuantitativos. Para este estudio se han recabado respuestas de 7.680 personas.
Las
experiencias más positivas se dan en museos que potencian una atmósfera de
tranquilidad, recogimiento y serenidad
La intención última del
estudio es identificar las sensaciones que hay que favorecer o provocar, y de
todos los demás estímulos que pueden componer la visita al museo, para que el
visitante salga satisfecho, reafirmado, con el convencimiento o el sentimiento
de que acaba de vivir una experiencia grata y placentera y con el deseo de
volver al museo.
El Museo Sorolla es el que
proporciona a su público una experiencia global más satisfactoria, alcanzando
la nota más alta de los doce en los que se realizado el informe conjunto: el
equivalente a un 7,9 sobre 10. También aparecen otros museos que destacan muy
positivamente por las distintas sensaciones que provocan en el público: el
Museo Casa de Cervantes produce una elevada experiencia de relajación, el Museo
del Traje C.I.P.E. es el que mayor sensación de diversión provoca entre su
público, el Museo Nacional de Arte Romano tiene un elevado porcentaje de
visitantes que experimentan un alto grado de fascinación en la visita, y en cuanto
al aprendizaje experimentado, de nuevo es el Museo Sorolla el que aparece en
primer lugar.
Las experiencias positivas
más frecuentes en casi todos los museos fueron la relajación, la significación
o sensación de estar realizando algo de interés para el individuo, la capacidad
necesaria para seguir el discurso y propuestas del museo, la orientación y el
confort. Aunque estas sensaciones las tiene la mayoría de los visitantes de
todos los museos analizados, en algunos de ellos aparecen con más facilidad.
Generalmente son los museos de dimensiones reducidas los que potencian una
atmósfera de tranquilidad, recogimiento y serenidad que favorece una
experiencia agradable: el Museo Sorolla, el Sefardí, la Casa de Cervantes o el
Museo Nacional de Antropología se señalan sobre los demás en estos aspectos. La
sensación de significación de la experiencia vivida es destacada además de en
estos museos, en el Museo Nacional de Arte Romano, el de Artes Decorativas y en
el Museo Nacional de Escultura, en los que la visita se convierte para muchos
visitantes en una experiencia memorable y enriquecedora.
Otras sensaciones
analizadas y diferentes son la confianza, la sensación de control sobre las
propias decisiones, la diversión, la felicidad y el aprendizaje. Los visitantes
reconocen experimentarlas de modo destacado en todos los museos, pero es en
algunos de ellos (Museo Nacional de Arte Romano, Museo Sorolla, Museo del
Traje, Museo Nacional de Escultura y Museo de Altamira) donde la experiencia de
aprendizaje parece que es percibida por el visitante como una de las más
patentes y relevantes, que de alguna manera ayuda a potenciar otras como la
experiencia de diversión.
Menos comunes resultan
experiencias como la fascinación o el asombro, el ensimismamiento o la inmersión,
un estado de concentración tal en lo que se está realizando que hace perder la
noción del tiempo. Este tipo de experiencias representa el máximo nivel de
interacción entre la exposición y el visitante, y es esta última la más intensa
de todas ellas. Este grupo de sensaciones lo llegó a alcanzar una tercera parte
de los visitantes destacando por encima de la media algunos museos como el del
Traje, el Sorolla y Museo Nacional de Arte Romano.
El análisis global
realizado no deja de ser una evaluación indirecta de la capacidad de los museos
de provocar reacciones dirigidas a la activación de sentimientos, la
imaginación, los recuerdos o los conocimientos previos, entre otros aspectos,
para favorecer el aprendizaje y el espíritu crítico. Estos resultados ponen de
manifiesto que los museos estudiados se han volcado más -y así lo ha percibido
también el público-, en la transmisión de información que en el estímulo de
experiencias globales que tuvieran en cuenta aspectos emotivos o emocionales.
Estos últimos son, sin duda, más estudiados hoy por la museología que en el
momento de creación de estos museos, cuando la transmisión de contenidos a
través de la exposición era el objetivo fundamental de estas instituciones para
con su público.
La publicación de este
estudio resulta pertinente en estos momentos en los que los museos saben que
han de procurar experiencias más enriquecedoras que la mera contemplación, y
que han de favorecer el conocimiento y el aprendizaje significativo, no solo a
través de la transmisión de información, sino por medio de la generación de
experiencias gratas que hagan de la visita y de la relación con el museo algo
relevante para el individuo desde el punto de vista de la experiencia vivida.
Más información: http://www.mcu.es/museos
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