Julia
Sáez-Angulo
Bella, sonriente y expresiva, la actriz María Pastor llena la escena
del Teatro Guindalera con el papel de Emily Dikinson, la célebro poetisa
norteamericana, en la obra dramática La
bella de Amherst escrita por William Luce. Un largo monólogo que va
recorriendo la vida de la escritora, desde sus primeros poemas a su madurez. la
obra está dirigida por Juan Pastor y el bello vestuario corre a cargo de Ana
Montes y Teresa Valentín Gamazo. La iluminación, muy acertada, por Sergio
Balsera.
No es
fácil sostener un monólogo de hora y media en un escenario, siempre se
recomienda un máximo de una hora para cualquier monólogo. Se me viene a la
mente el célebre del loco de Gogol. María Pastor lo sostiene con su gracia,
profesionalidad y tablas, lo que no obsta para ver que el texto se resiente en
atención durante algunos momentos.
Emily
Elithabeth Dikinson (1830-1886) es una de las celebridades literarias
fundacionales de la literatura estadounidense y la obra de Luce la pone de
manifiesto como una mujer hermosa, inquieta y doméstica. Una buena casa y un
jardín bastan para conectar con el universo, parece decir el personaje en la
obra después de haber pasado una alegre juventud. Un lugar para reflexionar
sobre la condición humana en paralelo a la naturaleza y sus cambiantes
estaciones. Una casa y un jardín bastaron a Cicerón para escribir su obra.
Los
poemas se desgranan al ritmo de la vida y María Pastor los recita incorporados
al discurrir del tiempo escénico. La sonrisa va hilando los recuerdos donde no
falta el humor y la ironía.
“En
la interpretación de sus poemas me planteo una interrogación sin respuesta
posible”, dice el director Juan Pastor. “Es posible que ni siquiera Emily
Dickinson lo hiciera, si pudiese visitarme. A veces, la mente recibe sus palabras
sin llegar a entenderlas del todo, pero ellas se despliegan con toda la fuerza
contenida en sus imágenes. Los términos más comunes son usados para hablar de los
sentimientos más sublimes. Los conceptos más abstractos se expresan con
imágenes de la vida cotidiana. Hay que dejarse transportar por ellas, porque
son como una música, una melodía emocional que nos conecta intensamente con la
vida”.
La bella de Amherst, localidad de Masachussets
es una hermosa obra sobre el lenguaje, el gusto por las palabras y sus sonidos,
por el misterio de la vida y el afecto de los padre, hermanos y domésticos, que
se hace presente pese a la ausencia. María Pastor está sencillamente espléndida.
La obra se inscribe dentro del programa teatral Surge Madrid.
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