L.M.A.
- Con respecto a la gestión
- La inclusión de la cueva de Altamira en la
Lista de Patrimonio Mundial supone el reconocimiento de unos valores
universales excepcionales y la
responsabilidad para el Estado de poner en marcha un Plan de
Gestión que garantice su preservación. En este sentido, el Plan de
Conservación Preventiva (PCP) de la cueva de Altamira, basado en el
conocimiento científico, es la mejor herramienta para cumplir el
compromiso de conservación y para transmitir directamente sus valores
patrimoniales a las generaciones presentes y futuras, y debe ser integrado
en ese Plan de Gestión.
- Para la implantación del PCP es necesaria
una gestión adecuada y la planificación y dotación de medios económicos, humanos e
instrumentales, garantizando su continuidad.
- La implantación del PCP debe apoyarse en un
órgano técnico colegiado,
dependiente del Patronato.
- Es absolutamente necesario iniciar el PCP
en septiembre de 2014. La interrupción de los estudios supondría la
pérdida de valor de los resultados.
- Con respecto a la salud y
seguridad para las personas
- Del estudio de microorganismos patógenos se
desprende que “el riesgo absoluto
para las personas es mínimo y no hay elementos para pensar que sea
superior al de otras actividades humanas habituales. A lo sumo, la visita
a Altamira podría suponer un riesgo relativo, por el momento imposible de
definir en términos cuantitativos, para pacientes inmunodeprimidos o con
enfermedades crónicas graves. Estas circunstancias deberán reflejarse en
las normas de acceso a la cueva para investigadores, personal del museo y
eventuales visitantes.
- Aplicando la normativa vigente sobre
límites de exposición al radón para los trabajadores, y teniendo en cuenta
el valor promedio anual de concentración en el interior de la cueva, se establece
un máximo de 50 horas anuales de permanencia.
3. Es necesario aplicar los
protocolos referidos a las normas de acceso, las medidas de seguridad y los
procedimientos recogidos en el PCP, que deberán ponerse en marcha en caso de
que se produzcan incidencias en el entorno
de la cueva o en su interior.
- Con
respecto a las condiciones de las pinturas
- Las pinturas que han llegado hasta nosotros
lo han hecho a pesar de su antigüedad, fragilidad, condiciones del medio
natural y de la actividad antrópica
que ha modificado irreversiblemente las condiciones materiales,
ambientales y ecológicas de la cueva y su área de influencia.
- Los procesos de deterioro de origen natural
son inevitables y están asociados a la evolución geológica de la cueva y a
la hidrogeoquímica de las aguas.
- Los procesos de deterioro de origen
antrópico están asociados a las transformaciones que ha experimentado la
cueva y su entorno con el fin de conservar y proteger sus pinturas,
facilitar el acceso e incrementar su conocimiento. Su impacto es
irreversible. Por ello, cualquier actuación que afecte a la cueva o a su
entorno deberá decidirse después de evaluar su conveniencia y su impacto
en las condiciones de conservación de esta.
- La cueva está sometida a diferentes
factores de alteración físico-químicos. En la actualidad el principal
deterioro que afecta a la conservación de las pinturas es la pérdida de
pigmento por lavado. Esto se ha producido a lo largo de milenios y ha
conllevado la alteración o desaparición de parte de las pinturas,
concentrándose los daños de forma preferente en el sector sur del techo de
la Sala de Polícromos, frente al mejor conservado sector norte (panel de
los bisontes).
- Durante el Programa de Investigación las
pérdidas de pigmento se han producido de manera episódica en zonas
concretas y muy reducidas en el techo de la Sala de Polícromos. Entre 2013
y 2014 se ha perdido en una zona de control una superficie de 1,8 mm2.
- Estos procesos de pérdida de pigmento están
relacionados con varios factores: caudal de infiltración y condensación,
composición del agua, relieve del soporte y relación con la red de fracturas.
Durante este Programa no se ha detectado ninguna relación evidente
causa-efecto entre la presencia de investigadores y visitantes en la Sala
de Polícromos y la pérdida de pigmento.
- El principal riesgo biológico que afecta en
la actualidad a la conservación de las pinturas es el potencial desarrollo
de colonias visibles de microorganismos.
- En el inicio del Programa de Investigación
se ha constatado la existencia de colonias visibles sobre áreas del
soporte pétreo y de las pinturas. Durante el estudio no se ha observado su
crecimiento en las zonas de control. Se ha detectado la presencia de
colonias en zonas sin policromía, previamente no documentadas. Se
recomienda establecer nuevas zonas de control y realizar una cartografía
detallada.
- La cueva de Altamira es un ecosistema
abierto con una microbiota natural, estable en las condiciones ambientales
actuales. Para mantener este equilibrio se debe evitar cualquier
modificación tanto en el interior como en el entorno.
- Las poblaciones microbianas encontradas en
las colonias visibles son más parecidas a las que se encuentran en suelo y
roca. Las poblaciones microbianas en el aire son diferentes. Esto sugiere
que su diseminación se produce más probablemente a través de la película
de agua que recubre la roca que a través del aire. Para confirmarlo es
necesario realizar análisis microbiológicos del agua.
- Durante el Programa de Investigación no se
han detectado variaciones significativas en los parámetros ambientales,
respecto a los valores recogidos por Villar, IPHE y CSIC en otros
momentos.
- Para entender el estado de conservación del
techo de la Sala de Polícromos es necesario realizar un estudio detallado
acerca del carácter incrustante o corrosivo de las aguas de infiltración,
mediante la puesta a punto de una metodología que tenga en cuenta sus
variaciones temporales y espaciales.
- El estudio del 13C indica que la
principal fuente de CO2 en la cueva de Altamira es la actividad
biológica en el suelo, presentando valores isotópicamente enriquecidos en
verano y más ligeros en invierno y primavera. A partir de este estudio, y
vinculándolo con los datos de aerobiología, no se ha detectado una entrada de aire en la Sala del Pozo.
- Las
variaciones de periodo corto (diario) observadas en la concentración de
radón muestran intercambios puntuales de aire con el exterior en las zonas
más próximas a la entrada de la cueva, no predichos por las tendencias
estacionales, que han de ser tenidas en cuenta a la hora de analizar el
impacto de visitas.
- En relación a la segunda puerta se confirma
que el intercambio de aire entre Policromos y Vestíbulo se ha reducido, y
que existen evidencias cualitativas de que esta puerta actúa como
“barrera” de entrada y/o salida de humedad.
- Teniendo en cuenta el considerable aumento
del CO2 en determinadas épocas del ciclo anual, y las
imperceptibles tasas de ventilación en la Sala de Polícromos, es necesario
estudiar la posibilidad de establecer una ventilación a través de la
segunda puerta, evaluando su incidencia en la conservación del soporte, de
la pintura, en la microbiología y en el intercambio de materia.
- Con respecto al impacto
de los investigadores
- Hasta 1978 el acceso máximo semanal a la
cueva fue de 3.800 personas; la propuesta de Villar fijó como límite el
acceso de 216 personas a la semana, con un tiempo de permanencia de 10
minutos en la Sala de Polícromos. Teniendo en cuenta estos datos, la
“carga” de investigadores –expresada como número de personas durante un
tiempo definido en un área concreta- ha sido mínima durante los doce meses
de monitorización.
- La apertura y cierre de la puerta de acceso
a la cueva tiene relación con el número de bacterias y hongos en el aire,
y debe valorarse conjuntamente con el número de personas en tránsito y los
tiempos de estancia.
3. Es necesario seguir
estrictamente el protocolo de acceso de los investigadores y minimizar su
impacto, de acuerdo con lo establecido en el PCP.
- Con respecto al impacto
de las visitas controladas
- Para el diseño de las visitas
experimentales se partió de las propuestas de Villar y CSIC, fijándose
como modelo actual un grupo de 6
personas, un día a la semana, durante 30 minutos, 10 de ellos en la Sala
de Polícromos.
- Se
ha constatado que el impacto de la “carga” de las visitas ha sido mínimo
en las condiciones ambientales
- Los cambios en la humedad relativa se
producen en un lapso de tiempo muy corto y se recuperan en una hora. El
incremento de la temperatura (0,15-0,22ºC) se revierte en 2 horas. Las
concentraciones de CO2 tardan más de 8 horas en recuperarse; no
obstante, las variaciones naturales diarias de CO2 en
determinadas épocas son superiores a las del impacto humano.
- El tránsito de visitantes en la Sala de
Polícromos no produce un aumento de microorganismos en el aire.
- El análisis de los datos obtenidos durante
el Programa de Investigación confirma que las pérdidas de color observadas
en los últimos 20 años son sucesos independientes de la visita en régimen
controlado, por lo que el cierre de la cueva no detendría los procesos de
deterioro de las pinturas.
- Deben continuar las visitas experimentales
con el régimen y protocolo de acceso actual, así como las mediciones
asociadas hasta que se cumpla un ciclo anual (febrero de 2015). En ese
momento se evaluará la incidencia y se recomendará tomar la decisión de
interrumpir, mantener o modificar el número de visitas.
- Con respecto al entorno
social
- Altamira ha tenido en el pasado una
relevancia social mayor que en la actualidad. Esta aparente pérdida de
relevancia debe ser entendida como una normalización del valor de
Altamira, antes que como una pérdida del mismo.
- En torno a Altamira se construyen
identidades, se producen tensiones y conflictos y se dan vínculos
emocionales que difieren entre generaciones, de unos lugares a otros y de
unos agentes a otros. Todo esto gira en torno a la competencia en la
tutela y gestión del sitio.
- Para la mayoría de los agentes consultados,
la conservación de la cueva debe ser responsabilidad de los expertos, que
deben ejercerla de forma transparente y científicamente argumentable. Las
necesidades de conservación de Altamira pueden ser, en sí mismas, objeto
de interacción y diálogo entre la comunidad científica y el público.
- Es conveniente desarrollar una estrategia
de comunicación de la cueva de Altamira
para transmitir los principios de identidad, valor cultural y función social del
patrimonio, y contribuir a la sensibilización social acerca de su
fragilidad y de la necesidad de
conservarlo. Esta actuación
responderá a los planteamientos de transparencia propuestos e iniciados en
el Programa de Investigación y puede ser realizado en el ámbito del Centro
Categoría 2 de la Unesco, con el fin de que la experiencia de Altamira
sirva para otros muchos bienes culturales en el mundo
- El Museo de Altamira, gestor de la cueva, a
partir de la peculiaridad y singularidad de la misma, reforzará su papel
como instrumento de concienciación y sensibilización de los ciudadanos
hacia el patrimonio y su conservación.
- La compleja historia de Altamira, desde su
descubrimiento en época contemporánea, es única y singular. Es un factor
de atracción patrimonial diferenciador que ha generado una gran cantidad
de documentación histórica y actual que podría ser utilizada por el museo
en su actividad.
- Altamira tiene un impacto considerable en la economía
cántabra que es independiente del régimen de acceso a la cueva; una
hipotética apertura de la cueva, a la luz de los datos existentes, no
tiene por qué tener impacto económico.
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