Julia
Sáez-Angulo
No es
una biografía en sentido canónico del género literario, sino un libro
periodístico hecho de sucesivas entrevistas en 1997 con el arquitecto Miguel Fisac.
Su autor, Jesús Sevilla Lozano (Daimiel, Ciudad Real, 1940); su título Miguel
Fisac ¿Arquitecto de Dios o del diablo?, editado por Nueva Utopía.
La
amistad y el interés periodístico movieron al autor a recopilar una serie de
entrevistas de Miguel Fisac Serna (Daimiel, Ciudad Real, 1913 – Madrid, 2006),
arquitecto y urbanista notable, que ha
dejado obras en Madrid como el convento
de los Dominicos en Alcobendas (1955) Colegio de la Asunción (1965), Centro de
Cálculo (1966)… así como laboratorios y numerosas viviendas en La Moraleja o
Somosaguas. El edificio de oficinas de los Laboratorios Jorba, denominado La
Pagoda (1999) fue derruido en medio de una polémica mediática.
En sus últimos años Miguel
Fisac se dedicó a pintar y a exponer en la galería Peyroncelli, donde, ante la
dificultad de las ventas, decía con humor a las galeristas: “Decid que voy a
morir pronto y que mi obra se va a revalorizar”.
Laboratorios Jorba (La Pagoda)
Laboratorios Jorba (La Pagoda)
Miguel
Fisac fue miembro numerario del Opus Dei durante diecinueve años (1936-1955).
En 1955 conoció a Ana María Badell, con la que se casó en 1957 y tuvo dos hijos.
El arquitecto dejó el Opus Dei, lamentablemente como un “rebotado” es decir,
que ha arremetido continuamente en sus declaraciones contra la institución
religiosa a la manera de un resentido (Gregorio Marañón describió de manera espléndida el resentimiento en su libro
sobre Tiberio).
La manía persecutoria de
Fisac tiene el paralelo en sus mismos ataques sistemáticos a la Obra,
simplificando de manera pueril las denominadas normas de piedad que se
practican en la institución. Su reduccionismo de las cosas en este campo
resulta realmente patético. Ciertamente si las normas de piedad son mera rutina,
no sirven de nada, mientras que si se realizan con fe, esperanza y caridad, son
un tesoro del espíritu. A Fisac le ha faltado ecuanimidad en este campo.
El carácter de Fisac era ciertamente
atrabiliario, el propio autor Sevilla Lozano escribe en la introducción al
libro: “Muchas de sus declaraciones en
las entrevistas, manifiestan, por su carácter tan avinagrado, una animadversión
hacia el Opus Dei, acentuada con el paso de los años, olvidando todo lo que
recibió de formación y de oportunidades profesionales que las consideraba
suficientemente compensadas por las aportaciones económicas que hacía. Yo
personalmente creo injustos su juicios tan negativos pues el mismo reconoce repetidas
veces que lo que recibió, además de una buena formación, fue cariño, mucho
cariño”.
En suma, un libro singular
el de Miguel Fisac ¿Arquitecto de Dios o
del diablo?, escrito por el amigo periodista y médico Jesús Sevilla Lozano.
En las escuelas literarias no recomiendan titular con interrogaciones, porque
hay que presuponer que el autor del libro explica con claridad la tesis, puesto
que se le supone más avezado en el tema que el lector. Sevilla Lozano, lúdico y
provocador, ha querido poner esa duda de la interrogación, quizás porque no ha
llegado del todo a dilucidarlo. ¿Quién
conoce el corazón humano sino sólo Dios?, dice el salmo con acierto e igualmente con interrogaciones.
El lector se pregunta también si cambiaría o Fisac desde 1997 en que se hicieron las entrevistas y 2006 en que falleció el arquitecto.
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