Carmen
Valero
23.07.2015.- Nadie puede quitar a Francia el
orgullo de haber sido cuna y espíritu de las catedrales medievales, prodigio de
arquitectura y de esparcimiento del cristianismo a través de numerosos
lugares de Europa y desde luego de España. Visitar las catedrales de Chartres,
Amiens, Bourges, Nantes o Notre Dame de París es lo mejor que un visitante puede hacer
en el país galo.
Junto a
las grandes catedrales hay otras más pequeñas, como la de Dol de Bretagne, que
son cristalización clara de un espíritu que elevó los muros del recinto sagrado
y rasgó sus ventanas haciéndolas ojivales, para hacer más efectiva la entrada
de la luz, símbolo de Cristo resucitado.
El Tour
de Francia, con su célebre pedaleo de bicicleta, suele ser el mejor escaparate
turístico y viajero, para animar a conocer las catedrales y monumentos
histórico artísticos. Un año se hizo una plataforma espectacular para rodear el
Mont Saint Michel (Normandía), con su espléndida abadía en la cima coronada por san Miguel Arcángel, simplemente para
mostrar ese monumento, gloría del estilo gótico –además del románico- aunque no
llegue al esplendor de una catedral. La abadía de Saint Michel cuenta con un claustro alto, rareza en la arquitectura medieval.
El
artilugio, realizado hace unos tres años, costó más de cien mil euros y se
levantó después de que cumpliera su objetivo, pues el Mont Saint Michel ha
vuelto a su antigua situación de islote cuando lo cubre la marea. El Mont Saint
Michel es el monumento más visitado de Francia después de la Tour Eiffel.
Mucho se
ha escrito en los libros de espiritualidad y de arte sobre las catedrales,
entre los que se encuentra el clásico esotérico de Fulcanelli titulado El misterio de las catedrales (1926), todo un tratado sobre el espíritu que
movió a los arquitectos ,maçons constructores, de un nuevo concepto de honrar a Dios en un recinto sagrado. Simbolismo,
alquimia y exoterismo se dan a partes iguales en el libro y resulta curioso conocer sus
teorías no siempre dignas de compartir.
Las
catedrales francesas han insuflado tal espíritu en el historia que se han
seguido construyendo catedrales góticas, o más bien neogóticas a lo largo de los
últimos siglos, en especial en el siglo XIX, tanto en Inglaterra como en los
Estados Unidos. En España, la ciudad de Vitoria ha erigido una bella catedral gótica
de factura totalmente reciente.
En
España las catedrales de Burgos, León y Santiago de Compostela son ejemplo de
la maravilla que se trasladó del país galo vecino para dar gloria a Dios,
haciendo verdadera oración con la piedra o plegaria con la materia.
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