A partir del 12 de noviembre
L.M.A.
-10
de noviembre de 2015- El próximo 12 de noviembre, y hasta el el 15 de enero, se
abrirá al público en el Salón Italiano de la Biblioteca Nacional de España la
muestra bibliográfica Rafael Chirbes
(1949-2015). Una mirada lúcida, en la que se podrán contemplar sesenta de
sus obras, entre ellas, En la lucha
final, Mimoun, La buena letra, La larga marcha, Por cuenta propia, En la
orilla, La caída de Madrid, Los viejos amigos, Crematión y El viajero
sedentario.
Chirbes
es descrito por sus compañeros de profesión y por la crítica como un escritor
brillante e incómodo, que deja tras su muerte un importante legado de
ensayos y novelas. Su obra completa proporciona una visión crítica y amarga sobre la
condición humana. Hablan los personajes, pero no los juzga, deja que el
espectador sea el que saque sus conclusiones. Es el cronista de los últimos 70 años de la historia española, en las que
remarca unos hechos que, tanto los ciudadanos como la clase política, parecían
haber olvidado. Su narrativa se enmarca perfectamente en la tradición de los Episodios nacionales de Benito Perez
Galdós. Tenía por costumbre escribir sobre lo que veía: «La literatura no sirve más que para contar la
infamia permanente». Tiene frases lapidarias, y el mundo para él
está gobernado por los siete pecados capitales, y éstos quedan perfectamente
reflejados en sus escritos: crítica feroz al arribismo y al poder corruptor del
dinero.
Ejerció
diversos oficios, siempre relacionados con los libros y la cultura. Pasó un
tiempo viviendo en Marruecos en los 80, donde ejerció de profesor de español
y donde gestaría la que fue su primera
novela, Mimoum (1988) con la que quedó finalista del Premio Jorge
Herralde, bajo cuyo sello editorial publicó la práctica totalidad de su obra.
En 1984, sacó Sobremesa, revista decana de la gastronomía y el vino en
España, y de la que fue uno de sus primeros directores. En ella permaneció
hasta el 2007, escribiendo reportajes sobre vinos y ciudades, material que le
sirvió para sus libros Mediterráneos
(1997), el Viajero sedentario y Ciudades
(2004). También fue crítico literario en las revistas Ozono y Reseña.
La larga marcha (1996), galardonada con el galardón alemán
SWR-Bestenliste, fue el comienzo de una trilogía sobre la sociedad española,
que abarca desde la posguerra hasta la transición, y se completa con La
caída de Madrid (2000) y Los viejos
amigos (2003).
Su obra Crematorio
(2007) recibió el Premio Nacional de la Crítica, siendo
calificada por el jurado como “valiente y actual”. En ella presenta una visión
crítica de la España de la especulación
inmobiliaria y la corrupción. Fue adaptada posteriormente a la
televisión, lo que contribuyó a su popularidad entre los lectores. En 2014 le
llegó un nuevo reconocimiento con el Premio Nacional de Narrativa por su novela
En la Orilla.
Era
un hombre sensible, humilde y pesimista por convicción: «el mero hecho de
entender y ser pesimista es un paso necesario. No creo en el falso optimismo ni
en la beatería. Ni en el todos juntos podemos». Descreído con todo y con todos,
sin embargo, y a su pesar, se ha convertido en todo un referente moral.
El 9
de diciembre se celebrará una mesa redonda sobre Chirbes en la que intervendrán Manuel Rodríguez Rivero, Jorge Herralde, Marta
Sanz y Santos Sanz Villanueva, y que presenta y modera Rodríguez Rivero.
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