Julia Sáez-Angulo
10/02/2016
.- El diseñador de alta costura en piel, Miguel Marinero, y el escultor vasco
Agustín Ibarrola se han dado cita conjunta en el Museo de Artes Decorativas de
Madrid, para un proyecto, donde Moda y Escultura dialogan y conforman una
creatividad en paralelo. Inés marinero, hija del autor, es la comisaria y ha
hecho un buen trabajo. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 24 de
abril.
Bello y
limpio el montaje, la exposición fue inaugurada por Begoña Torres, subdirectora
General de Promoción de las Bellas Artes, la directora del museo, Sofía Rodríguez
Bernis, el diseñador Miguel Molinero y Amaia Echeverría directora manager del
Hotel Santo Mauro, un de los patrocinadores del evento.
Miguel
Marinero (Madrid, 1947) se ha inspirado en los Cubos de la Memoria (2001) de Agustín Ibarrola en el puerto de
Llanes (Asturias). El diseñador ha tomado elementos alusivos del dibujo para
sus piezas textiles y el resultado es formidable. Trajes largos, abrigos,
túnicas, chaquetones… de gran plasticidad y belleza, yo diría que más allá de
las piezas originales del escultor.
Con
todos mis respetos para Agustín Ibarrola (Bilbao, 1930), los Cubos de la
Memoria se encuentran hoy en un estado de deterioro y desgaste que sorprende. Rezuman abandono.
Nunca me pareció una instalación feliz. Desde lo alto de Cue, los cubos en la
distancia parecían bolsas de plástico de colores arrumbadas por la marea. De cerca
ganaban, pero resultaba una obra agresiva con la naturaleza marina. No me
convenció nunca y de hecho despertó una gran polémica en contra de muchos
lugareños. Y no es una cuestión de ecología, sino de que no acaba de funcionar
estéticamente. La instalación en el bosque de Omá (1982-85) de Ibarrola es más
aceptable.
Otra
cosa es el diseño de las piezas de Miguel Marinero, con algunas obras
espectaculares como el vestido de pieles en azules y grises o los abrigos de
cordero merino anteado y reversible en rojas y corinto. Color, textura y forma
se amalgaman con elegancia y siempre con cueros y pieles cosidos
artesanalmente.
La
muestra se articula en tres partes como señala su título: Del Artista, Del Arte y Del Territorio. Marinero se revela en cada
uno de estos aspectos con su buen saber hacer, sus guiños al arte y su
referencias al territorio de Asturias que bien conoce y ama. De aquí su
homenaje a los bordados llaniscos de azabache, que realizan con mano artesana.
Satisfecho
por la buena ubicación del Museo de Artes Decorativas, Marinero recuerda las
mesas redondas sobre Moda que tendrán lugar en el museo durante las próximas
semanas, así como de las visitas guiadas para mejor comprensión del gran
público.
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