Desde el 16 de febrero en la BNE
L.M.A.
-12 de febrero
del 2016- Conmemorando el séptimo
centenario de la muerte de Ramón Llull, la Biblioteca Nacional de España
le rinde homenaje con una exposición, que abre sus puertas al público el 16 de
febrero y que refleja la figura del literato a través de una de sus mayores
inquietudes: la palabra escrita, única forma de perdurar en el tiempo, de ser
eterno. La muestra recupera algunas de sus obras más importantes, como el
Árbol de las ciencias, que marcaron un hito en el saber enciclopédico, y
recorre, además, la pervivencia en la historia de esta palabra escrita, cómo
fue entendida y cómo, en ocasiones, tergiversada. El comisario de la muestra
es Antoni Bordoy Fernández, de
la Universitat de les Illes Balears.
Los
libros que se presentan en esta exposición constituyen un ejemplo del carácter,
la vida y el pensamiento de este personaje, así como de la impronta que dejó a
lo largo de la historia. En la primera vitrina, puede observarse el resumen de
lo que fueron esta vida y obra: su biografía, el catálogo de todas sus obras,
su definición como místico y predicador; la obra más importante para la
tradición posterior, el Árbol de las
ciencias; obras científicas; obra de contemplación, su producción
religiosa; su escritura novelesca; y, en fin, donde yacen sus huesos.
En la
segunda sección, se ocupa de una de las partes más relevantes de su
pensamiento, la mística, el estudio de Dios a partir de las diferentes
religiones, la cuestión del nacimiento inmaculado de la Virgen, sus obras en
torno a la contemplación y sus doctrinas sobre el amor místico.
La
tercera está dedicada al resultado más importante de su trabajo, el Arte, y
contiene sus escritos sobre este campo, la Lógica y los modos de adquisición
del conocimiento para todas y cada una de las ciencias.
La
cuarta contiene dos aspectos de su filosofía que han tenido un fuerte impacto
en la tradición: por un lado, la medicina desarrollada a partir del pensamiento
luliano; de otro, las tradiciones apócrifas alquímicas, que buscaban encontrar
un elixir que curase todo mal.
Finalmente,
la quinta parte ofrece una muestra de lo que ha sucedido con el lulismo a lo
largo de la historia: las prohibiciones a su culto; sus defensas; la creación
de un Estudio General Luliano y de la posterior Universidad Luliana de
Mallorca.
La conversión de los infieles
Llull
(1232-1315/6) fue un polifacético personaje que abordó casi todos los temas
que, en el siglo XIII, conformaban el acervo cultural europeo, desde la
Teología hasta la Medicina, pasando por la Filosofía, la Ética, las
Matemáticas, la Astronomía y todas las ciencias. Sin embargo, a diferencia de
los grandes autores de la época, su objetivo siempre fue eminentemente
práctico: lograr la conversión de los infieles (musulmanes, judíos y tártaros)
para, con ello, lograr la creación de una comunidad universal regida por el
cristianismo. Perspicaz y conocedor, por su pasado, de que un proyecto tal no
podía conseguirse sin el apoyo de las instituciones, tanto civiles como
eclesiásticas, ya desde sus orígenes interpeló a papas, reyes y autoridades
para obtener apoyo material, permisos e implicaciones. Con el tiempo, sin
embargo, se dio cuenta de que la Cristiandad no podía lograr tal objetivo si no
se mantenía unida, no sólo en lo político, sino también en cuanto a sus ideas.
Por este motivo, buscó explicar sus doctrinas en universidades, en especial la
de París, no siempre con los resultados esperados.
Propuso
entonces una reforma de la ciencia y de la doctrina, así como la erradicación
de las formas de pensamiento peligrosas o contrarias a dicha unidad, tales como
el averroísmo. Al final de su vida, tomó consciencia de la imposibilidad de
concluir un proyecto de tal magnitud, y
buscó discípulos y la forma de hacer perdurar su obra.
Se ocupó
de copiar y difundir sus escritos, de crear bibliotecas y de dejar, tras su
muerte, fondos suficientes para que sus ideas siguieran expandiéndose. Predicó
con el ejemplo: por tres veces, a pesar de sus crisis internas, fue a tierras
africanas a convertir, lo que le costó insultos, arrestos, ser vendido como un
esclavo y, según cuenta la leyenda, la muerte.
El mejor libro del mundo
En todo
este proceso, siempre tuvo presente un hecho: la única forma de que sus ideas
se expandiesen, perdurasen y llegaran a todos aquellos que podían o dar apoyo o
continuar su obra, era el libro. La Vida
coetánea, su biografía más completa de la época, cuenta cómo precisamente
el libro se incluye como el segundo de los tres objetivos vitales: escribir un
libro, el mejor del mundo, contra los errores de los infieles. Ese libro se
concretó en el Arte abreviada de
encontrar la verdad (1274), en la que aparecía por primera vez el “método”
o la forma de construir un sistema para la conversión pues, quien conoce esa
verdad, no puede creer en otra cosa. Sin embargo, al final de su vida, el Arte
se había modificado en diversas ocasiones y presentado en dos formas distintas
(los modelos cuaternario y ternario) y los libros que había escrito no fueron
uno, ni diez, ni veinte, sino en torno a doscientos títulos diferentes que
abordan infinidad de temáticas. En realidad, la inteligencia de Llull era tal
que comprendió un hecho clave: para que el libro tuviera efecto, debía estar
escrito con la forma y la lengua necesarias para que el lector potencial lo
entendiese. Por ello, entre sus obras no sólo aparecen tratados, sino también
novelas, diálogos, poemas, peticiones, escritas en catalán, latín o árabe,
según fuese necesario, pero también mandadas a traducir entre estas lenguas
para facilitar su difusión. Los libros, además, se dedicaban a quien
correspondiese, e incluso llegó a escribir uno de consuelo a un amigo
veneciano, La Consolación de los venecianos
(1298), tras su derrota militar ante los genoveses.
Llull en la BNE
Desde
finales del siglo XX, tanto en España como en Alemania se ha llevado a cabo un
proceso de nueva edición de las obras de Ramon Llull: en tierras íberas se ha
concentrado la edición de los textos catalanes; en las germanas, la de los
textos latinos. En ambos procesos, la Biblioteca Nacional de España ha jugado
un papel esencial. En sus fondos constan manuscritos de muy diversa índole de
las obras lulianas, muchos de ellos con un valor añadido, pues se trata, en
efecto, de escritos cuya fecha de composición corresponde a siglos muy próximos
a la muerte del autor. Este inestimable valor de sus fondos se ha visto
incrementado por la disposición de obras clave para el estudio del lulismo, una
realidad que, pese a su importancia en la actualidad, se encuentra todavía en
una etapa poco desarrollada. En su haber constan innumerables traducciones en
lengua castellana de las obras de Llull, de comentarios y anotaciones, algunos
de los cuales permiten ver incluso la realidad de los maestros de aquella
universidad luliana, y contienen sus notas y apuntes. En fin, los fondos de la BNE
destacan también por un hecho de vital importancia para cualquier historiador:
contienen documentos que describen los permisos, pagos, licencias….
relacionadas con procesos como la Causa Pía luliana, la formación de la
Universidad Luliana de Mallorca o la expedición de títulos. A todo ello, hay
que añadir un elemento propio, la Biblioteca Digital Hispánica, que permite
consultar en red las reproducciones informáticas de muchos de estos documentos,
facilitando así la labor de los investigadores.
Información
práctica
- Desde el 16 de febrero hasta
el 29 de mayo de 2016
De martes a sábado de 10 a 20h.
Domingos y festivos de 10 a 14h.
Último pase media hora antes del cierre. - Museo de la BNE, Sala de las
Musas
- Más información: 91 516 89 67
/ 91 580 77 59, de lunes a viernes de 9 a 14h.
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