CURADORA: Angustias Freijo
Mouliaa.
Del 14 de septiembre al 11 de noviembre de 2016
IMEX. Instituto de Mexico en
España.
Carrera de S. Jerónimo, 46,
28014 Madrid (España)
Información sobre la Exposición
Fechas: 14 de septiembre - 11
de noviembre. 2016
Acceso gratuito
Horario: De lunes a
viernes: de 10 a 14 hs. y de 16 a 20 hs.
“Se me tomaba por una surrealista. Eso no es
correcto. Yo nunca he pintado sueños, lo que yo representaba era mi realidad”.
“Soy el motivo que mejor conozco”.
Frida
Kahlo
La exposición “Frida Kahlo. Fotografías de Leo
Matiz en La Casa Azul” se presenta en su tercera itinerancia por España,
en la Sala de Exposiciones del Instituto
Cultural de México en Madrid, y recoge las míticas fotografías
que el fotógrafo colombiano Leo Matiz realizó a Magdalena Carmen Frida Kahlo y
Calderón, popularmente conocida como Frida Kahlo (Coyoacán, 6 de julio de 1907-
Coyoacán, 13 de julio de 1954), y casada en 1929 con Diego Rivera.
Cuando André Bretón conoció la obra de Frida
Kahlo afirmó que era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva
York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Frida
nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó
abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia: “Se
me tomaba por una surrealista. Eso no es correcto. Yo nunca he pintado sueños,
lo que yo representaba era mi realidad”.
Kahlo fue retratada tanto o más que cualquier
estrella de cine en México y sus fotos alimentaron su protagonismo en su
entorno. Durante su primer viaje a los Estados Unidos fue fotografiada por
Lucienne Bloch, Imogene Cunningham, Peter Juley, Martin Munkacsi, Nickolas
Muray, Carl van Vechten y Edward Weston. Y la lista siguió creciendo. En México
posó para Tina Modotti, Lola Álvarez Bravo, Miguel Ángel Bravo, Miguel
Covarrubias, Giselle Freund, Héctor García…, entre otros. También por André
Breton y Dora Maar. Lola Álvarez Bravo afirmó que Kahlo era buscada por los
fotógrafos debido a su atractivo estético. Estos famosos fotógrafos y, quizás,
muchos más, realizaron series muy conocidas, como la que acoge esta exposición
de FRIDA por Leo Matiz.
Desde muy joven, sin duda, junto a su padre,
el fotógrafo Guillermo Kahlo, Frida aprendió a posar. Complacida, permitía que
otros la retrataran.
Ella dominaba por completo el instante
fotogénico; una modelo que se dirigía a sí misma y que imponía la manera en que
debía ser retratada. Modelo intransigente que manipulaba el sentido final de la
placa.
De los testimonios fotográficos que quedan de
esa época, que son numerosísimos, quizás el más interesante es el que se
conserva en el acervo del fotógrafo colombiano LEO MATIZ.
Leo Matiz se sumergió con su
cámara Rolleiflex en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró
registrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y
mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México
en los años cuarenta. Leo Matiz fue, al ser
uno de los más allegados a la pareja Kahlo Rivera, uno de los que captaron a
Frida en la intimidad de su hogar, siendo estos los retratos más originales,
precisamente, por su sencillez.
La exposición, comisariada por
Angustias Freijo muestra a la enigmática artista Frida Kahlo en medio centenar
de imágenes realizadas por Leo Matiz, y que provienen de los fondos de la
Fundación Leo Matiz, así como publicaciones de las vanguardias de la época,
algunas obras de autores que se interrelacionan y aportan claves de la escena
mexicana de la época.
Concebida como una gran instalación, la exposición se completa con obras de
otros autores de la época (Germán Cueto, Mathías Goeritz…), publicaciones
estridentistas, documentos, bibliografía, proyecciones y textos.
Las
fotografías incluidas en “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa
Azul” son también un acercamiento a uno de los fotógrafos más importantes del
siglo XX, el cual expuso en el MoMA en 1949.
Esta exposición examina, así mismo, la utilización vicaria del medio fotográfico por parte de Kahlo, el papel de esas imágenes en su trabajo creativo y, de manera medular, cómo Frida desafía tres principios básicos de la disciplina fotográfica a través de sus retratos: la noción de autoría fotográfica en su trabajo, el uso que hace la artista de la capacidad narrativa del medio y, por último, la relación de estas fotografías con ciertas prácticas autobiográficas (“Soy el motivo que mejor conozco”, afirmaría). O, en palabras de Margaret Hooks: “En algunas de las fotografías de esa época, su desbordante personalidad está escondida bajo una ajustada máscara, pero sus ojos buscan al espectador con una mirada que no ha perdido ni un ápice de su orgullo desafiante ni de su atractivo.”
También
se incluyen en “Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul” las
sentimentales fotografías que Leo Matiz realizara a su regreso a México en
1997, después de 50 años de ausencia, de algunos de los rincones de esa “Casa
Azul” convertida en museo. Matiz recuerda a aquella mujer controvertida que un
día fue su amiga y que le ofreció las miradas más especiales. Él, las
inmortalizó. Y soñando y recordando su pasado y el de ella, fotografió algunos
de los objetos que la acompañaron a lo largo de su vida, como queriendo
encontrar dentro de ellos algo de Frida, algo de aquella mujer que sufrió y amó
sin tibiezas.
Leo
Matiz
Leo Matiz Espinoza
(Aracataca, Colombia, 1 de abril de 1917 - Bogotá, Colombia, 24 de octubre de
1998) fue uno de los más destacados fotógrafos y caricaturistas colombianos con
reconocimiento internacional. Fue uno de los fotógrafos más versátiles y
singulares de la legendaria y memorable generación de reporteros gráficos que
renovaron la escena del fotoperiodismo durante las primeras seis décadas del
siglo XX en América Latina, Estados Unidos y Europa. Leo Matiz vivió y viajó.
Vivió no sólo en su propio país, donde adoptó la fotografía y consolidó en
Colombia una reputación de reportero gráfico alerta con las situaciones y en un
cazador penetrante del azar y las almas de los personajes captados con su
cámara Rolleiflex, sino también en México donde se relacionó con notables
artistas, en Estados Unidos donde trabajó para algunos medios como “Life” y
“Reader’s Digest” y en Venezuela como fotógrafo del Palacio de Miraflores.
Vital e incansable, Matiz viajó de manera infatigable por los cinco continentes
(México, Centroamérica, Estados Unidos, los andes latinoamericanos, el Caribe,
Palestina, Beirut, Tel Aviv y Venezuela, entre otras zonas) y volcó su talento
igualmente como fotofija en el cine, la fotografía publicitaria, creador de
periódicos y fundador de galerías de arte, exhibiendo por primera vez en 1951
al pintor Fernando Botero en la Galería de Arte Leo Matiz. La vida creativa y tumultuosa
de Matiz obtuvo reconocimientos meritorios como el premio Chevalier des Arts et
des Lettres, en Francia, en 1995 y en 1997 el Filo d` Argento en Florencia,
Italia. Entre sus obras se registran notables personajes y eventos como “El
Bogotazo” (1948) durante el cual resultó herido. En 1949 fue elegido como uno
de los diez mejores fotógrafos del mundo.
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