Julia
Sáez-Angulo
El crucigrama de Jacob es el título del libro de A.L. Martin, editado por
Planeta, en el que resolver el enigma se transforma en una gran aventura. Se
trata de la primera novela de una directiva de EMI, norteamericano que ha
recorrido todos los lugares en los que se desarrolla la fabulación.
El
punto de partida narrativo es el conocimiento de una judería española en 1491,
del próximo futuro de expulsión de los judíos, al ser informada secretamente
del asunto. Las decisiones variadas no esperan y los caminos y diferencias
separan para volver a unirse. La piedra de Jacob, reliquia de valor
incalculable es un objetivo del protagonista principal.
El crucigrama de Jacob es un libro con
todas las trazas e ingredientes de un best-seller: misterio, intriga, camino,
aventura, logro, objetivo… La autora abre su novela con una cita de Chesterton:
A cada época la salva un pequeño puñado de hombres que tienen el coraje de ir
contracorriente”, a la que añade el proverbio chino: “No puedes guiar el
viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas”.
El
libro nos sitúa: “En pleno siglo XV, los sentimientos antisemitas de la
población cristiana se hacían más que evidentes. La riqueza de la que eran
dueños los judíos y su influencia en las cortes cristianas hicieron resurgir la
envidia y el odio de la jerarquía católica.
La
uniformidad religiosa para poder asegurar una verdadera unidad social derivó en
la solicitud del establecimiento en España del Tribunal del Santo Oficio,
conocido también como la Inquisición”.
Con
estos parámetros se desarrolla El
crucigrama de Jacob, una novela en la que está presente la cábala, como
método de desciframiento de lo sagrado, la hermenéutica judía por antonomasia
en sus libros sagrados.
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