viernes, 7 de octubre de 2016

Recital poético de Carmen Silva y Beatriz Villacañas en el espacio literario Prometo de Madrid



 Carmen Silva y Velasco




 Beatriz Villacañas

L.M.A.

            Madrid, 08. 10. 16 .- Carmen Silva y Beatriz Villacañas han llevado a cabo un recital poético en la pasada Tarde de Prometeo, espacio literario en Madrid desde 1980, fundado por Juan Ruiz y dirigido hoy por la poeta Ángela Reyes.

            La presentación, a cargo de Ángela Reyes, subrayó la gran capacidad de trabajo de la escritora Carmen Silva y Velasco para escribir, dar talleres literarios en Boadilla el Monte y dirigir la revista Troquel –que presentará su último número el próximo día 17 de octubre, a las 18,30 horas en la Sociedad General de Autores de Madrid.

            Ángela Reyes destacó el contenido de las cosas  cotidianas en la poesía de Carmen Silva, como la mesa de despacho, la cocina, la taza del desayuno o las gafas. A estos poemas de lo cercano les adjudicó un valor importante diciendo que Carmen Silva era capaz de encontrar poesía en todas las cosas.

            Silva comenzó la lectura con un poema editado y continuó con otros inéditos inéditos. “A mí se me conoce principalmente por los poemas libres y por esa razón quise leer cinco sonetos2, señaló la poeta. Cuando ya había cerrado Angela le pidió que leyera los alusivos a las nuevas tecnologías y terminó con el soneto al teléfono móvil.

            La escritora y profesora Beatriz Villacañas Palomo habló en primer lugar de la figura amada de su padre, el poeta  Juan Antonio Villacañas (Toledo, 1922 - 2001) y leyó varios poemas del autor que residió en la ciudad imperial. Recordó que el poeta había reivindicado la lira y se le atribuía una lira juanantoniana. La escritora leyó, entre otros, un poema que Juan Antonio Villacañas había escrito a su esposa, madre de Beatriz.

            El recital estuvo muy concurrido y, entre los asistentes;  Carmina Casala, Jesús Riosalido, Francisco de la Torre y Emilio Ruiz Parra.  


POEMAS

 Llegó la Eternidad cuando aventaba
primaveras y hechizos.
Era la dulce voz de las sirenas,
procaz, insinuante, posesiva.
De lejos, muy de lejos
envuelto en la vergüenza
de existencias perdidas,
aparece un poema
que yo compuse al alba.

Quiere venir conmigo.
Pero no sabe beber Eternidad,
se desangra.
Se va, me deja sola,
en esta inmensidad inexplorada.

Carmen Silva (2004)


Pensaba que venía
pero de Nueva York, como del orto.
La casa le traía
al camino más corto,
sabe su corazón cómo me porto. 

Y lo pensó a diario
como su corazón lo piensa todo
en el pecho de Hilario.
Yo sé que hay otro modo
que en él va Dios, los dos, codo con codo. 

  Juan Antonio Villacañas (22-1-97)    



1 comentario:

Emilio Porta dijo...

Buenas amigas y magníficas poetas las dos. La mirada actual sigue ofreciendo las mejores reseñas. Gracias por la labor que haces, Julia.