Julia Sáez
Angulo
Madrid, 14.02.17 .- La Casita
Museo de Ratón Pérez en Madrid es el gozo y alborozo de los niños a los que se
les cae un diente. Varias visitas guiadas durante la semana, además de talleres
el sábado, dan vida al cuento infantil Ratón
Pérez (Madrid, 1911), que el
padre Luis Coloma escribió para el rey niño Alfonso XIII, tomando elementos de
una tradición popular.
En su
día la reina Sofía también llevó a sus hijos al lugar, así como las infantas Leonor y Sofía también visitaron este museo con su madre Doña
Leticia, un lugar que recrea la historia de un ratoncito que se hizo cargo del
diente de un personaje real, Buby. Cuento para un rey de España, su antepasado,
cuando era niño.
La
Casita Museo de ratón Pérez fue inaugurado hace nueve años por el alcalde de
Madrid Fernando Álvarez del Manzano en 2008. Y no sólo la visitan niños, sino también
grupos de adultos y jubilados que quieren rememorar el tiempo en que eran más pequeños.
La
casita museo está situada en la céntrica calle Arenal, número 8, al lado de la
Puerta del Sol, en la misma casa donde estuviera la pastelería Prast, lugar donde
vivía Ratón Pérez en una caja de galletas. Una iniciativa privada digna de
elogio ha puesto en pie la escena del ratoncito Pérez en un piso y narra un
recorrido de atención y juego para los más pequeños, a los que se suman los
mayores que se hacen niños.
Lo
primero que aprenden los niños es que Ratón Pérez tenía un sombrero de paja
amarillo y una bolsa roja –perae en
latín- para guardar los dientes que se les caen a los niños y dejan bajo la
almohada para que el ratón les deje monedas y/o regalos durante la noche,
mientras permanecen dormidos. Amarillo y rojo, colores de la bandera de España,
también de las regionales de Aragón y Cataluña.
La
Casita Museo del Ratón Pérez ya se anuncia desde la fachada y el zaguán del
edificio, con esculturas y plazas en la pared para celebrar el lugar
“histórico” del célebre ratón, conocido no solo en España, sino en la América
hispana y otros países. “Hay hispano-americanos que vienen con sus niños a
conocer la casita de Ratón Pérez o a comprar recuerdos para llevarles a sus
hijos que conocen la historia del célebre ratón”, dice Carmen Rubio, responsable de los talleres.
Los niños aprenden a fijarse en las cosas y a buscarlas en unas estancias abigarradas de cuadros, esculturas, mesas, bibelots, casas de muñecas para Ratón Pérez…, todo de la voz cálida de una monitora que los va llevando por cada uno de los tres espacios. En el penúltimo, los niños tendrán que pasar agachados de una habitación a otra a través de una gran caja de galletas, para llegar al despacho y biblioteca de Ratón Pérez llena de libros.
A
Ratón Pérez le gustaba leer y en su despacho tiene una buena biblioteca, amén
de dos sillones por si entran algunos de los miembros de su familia: su esposa
Catalina y sus tres hijos: Adelaida, Elvira y Adolfo. Los niños acabarán
aprendiendo los nombres de los distintos dientes: colmillos, incisivos y molares,
lo que son las caries o la necesidad de cepillarse bien los dientes…
A la
salida de la casita museo de Ratón Pérez, los visitantes pueden adquirir
recuerdos como bolsitas de monedas de oro/chocolate, llaveros, y sobre todos
libros infantiles sobre Ratón Pérez,
incluido el facsímil original del padre jesuita Luis Coloma Roldán (Jerez de la
Frontera. Cádiz, 1851 – Madrid, 1915) S.J. de la Real Academia Española, junto a
otro libro titulado Buscando a Ratón Pérez, con
sabios comentarios de Francisco Climent, María José Gómez-Navarro, Alicia Muñoz
y Manuel Revuelta. El original se encuentra en la biblioteca del cercano Palacio Real de Oriente, donde residía el niño Rey Alfonso XIII, al que también se le caían los dientes.
Dos dientes para Ratón Pérez
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