Málaga, febrero 2017.-
MANIFIESTO
Apocalipsis… Cuando oímos la palabra apocalipsis, de
inmediato nos viene a la memoria el mensaje bíblico. Hoy estamos viviendo por doquier un apocalipsis.
Los acontecimientos que en la actualidad están ocurriendo en
todo el mundo… guerras, persecuciones, atentados terroristas,
hambrunas, la esclavitud de la prostitución, la destrucción… nos hacen
rememorar la revelación del último libro de la Biblia.
Jorge Rando, desde el Museum, quiere hacer público este
Manifiesto como Testamento Contemporáneo de las Artes e invitando a todos los
artistas a participar con nosotros, a proporcionar esperanza a todos los que
sufren las tremendas violaciones de los derechos humanos; y lo hacemos desde el
arte, con un nuevo concepto de la expresión con la intención de ayudar a esta
sociedad a priorizar los valores humanistas y espirituales ante el materialismo
salvaje que nos arrastra y desboca a nuestra juventud.
Deseamos que este movimiento que nace desde el arte en
Málaga sea un movimiento de participación de los artistas de todas las ramas:
pintura, escultura, arquitectura, poesía, música, literatura, cine, teatro y
también filosofía y comunicación…, sin olvidarnos de la sociedad en general, a la
que invitamos a luchar codo con codo junto a nosotros por ese futuro mejor.
Podemos y debemos frenar esta marcha o huida no sabemos
adónde. Los artistas, y todos los que nos apoyan, estamos obligados con nuestro
arte y con la fuerza espiritual que tiene la creación a luchar por conseguir la
verdadera felicidad de los hombres, protegiendo a nuestra madre naturaleza y a
seguir evolucionando sin desterrar los principios humanistas, imprescindibles
para el desarrollo de la humanidad.
La sociedad actual va muy deprisa, por lo que estamos
convencidos de que el arte tiene que empujar y a la vez frenar algunos aspectos
de esta evolución frenética y estos cambios que se están produciendo en la
actualidad, en la naturaleza y en las políticas sociales en los diferentes
países.
El arte y los artistas debemos tener siempre presente que
somos una parte muy importante de la sociedad, y eso implica que no podemos
quedarnos al margen de la lucha por los derechos de todos los hombres, sino que
por el contrario tenemos que participar activamente con nuestro arte para ayudar
a conseguir la libertad, la justicia y la convivencia pacífica de todos los
seres humanos.
El arte también se ha dejado arrastrar por esa marea
apocalíptica de corrupción y engaño. Se ha dejado arrastrar por ese
materialismo desenfrenado en el que el dios-dinero es el que reina en el mundo
actual.
Se ha dejado arrastrar por esos falsos valores que
convierten el arte en un producto de mercado. Se ha dejado, en fin, arrastrar
por esa adicción que se extiende por toda la humanidad, a la búsqueda de la
felicidad basada solo en lo material, olvidando los valores espirituales que
son los que deben prevalecer para lograr la verdadera felicidad, imposible de
conseguir sin libertad.
Queremos proclamar la espiritualidad del ser humano y de
todo lo que nos rodea en nuestro universo.
Queremos que el arte, que siempre ha acompañado al hombre
desde su génesis, sea un sostén en la evolución de la humanidad.
Queremos que los diferentes gobiernos que rigen nuestros
destinos se enteren de una vez de la importancia del arte en el progreso
de la comunidad y, por consiguiente, promulguen leyes justas.
Queremos desde el arte ayudar a que prevalezca la democracia
en todos los países del mundo sean cuales sean los diferentes tipos de
gobierno. El arte también tiene que ser demócrata y los artistas estamos
obligados a utilizarlo para ayudar a lograr un futuro mejor.
Queremos con nuestro arte mostrar todo lo que está
ocurriendo a nuestro alrededor para que todos participemos, no solo condenando,
sino también combatiendo activamente todas las injusticias y horrores que se
cometen en el mundo. No nos podemos quedar al margen de todos los problemas que
nos rodean; al contrario, tenemos que ayudar a resolverlos.
El arte no se puede ni se debe aislar. El arte no es para las minorías. El arte es universal.
El arte no se puede ni se debe aislar. El arte no es para las minorías. El arte es universal.
Queremos luchar contra los dictados del mercado y seguir la
pauta de la creación libre. Que cada artista elija sus caminos para expresarse
con su lenguaje. No consintamos ni que la gente más diversa ni el mercado del arte
nos dirijan y nos digan lo que tenemos que “hacer”.
Que esos críticos y
creadores de opinión que se creen vacas sagradas, se alejen del arte y den paso
a críticos y creadores de opinión, que actúen con honradez, sabiduría y por
amor al arte. Que ayuden a que el arte sea independiente y tenga valor por sí
mismo y no por los añadidos.
Queremos ser inflexibles en el fondo y flexibles en las
formas. La libertad en el lenguaje artístico es primordial en nuestro trabajo.
Tracemos nuestro camino y busquemos pero no rebusquemos; ayudémonos de la
espiritualidad en nuestro quehacer para lograr la verdadera creación y así
podamos llamarlas obras de arte.
Queremos no romper con el expresionismo del siglo XX ni con
ninguno de los movimientos artísticos que nos han precedido. Sí queremos
impulsar el renacimiento de un nuevo concepto de la expresión para este nuevo
siglo XXI; y que nuestros trabajos ayuden a convertir el apocalipsis que
vivimos en esperanza presente y futura.
Queremos que el trabajo que salga de nuestras manos de artista
no sea el resultado de rebuscar el más difícil todavía, lo que nadie haya hecho
hasta ahora o la provocación, sino que el resultado sea el de un trabajo bien
hecho, consecuente con la sabiduría, la libertad y la entrega que son
imprescindibles en la creación.
Apelamos a los museos para que estos salgan y la gente
entre. En la actualidad y con la época que nos ha tocado vivir deseamos que los
museos se convenzan de que ya no tienen legitimidad por sí mismos, sino que la
legitimidad se la da la sociedad. ¡Que las manifestaciones artísticas lleguen a
todo el mundo!
Queremos tener nuestros talleres abiertos para que todos los
artistas que lo deseen participen de este nuevo concepto del expresionismo que
impulsamos y propagamos.
Queremos desnudarnos y descargarnos de todos los academicismos, aunque los tengamos asumidos, para presentarnos puros y sin cargas ante el proceso de la creación. En la pureza está la libertad.
Queremos despojar a la pintura de cualquier atadura. Que cada pintor utilice la línea y el color que le pida el cuadro, sin necesidad de ningún código que le dicte normas. La esperanza se puede pintar en verde y también en negro. No existe ningún significado específico de los colores ni deben existir reglas para su utilización.
Queremos desnudarnos y descargarnos de todos los academicismos, aunque los tengamos asumidos, para presentarnos puros y sin cargas ante el proceso de la creación. En la pureza está la libertad.
Queremos despojar a la pintura de cualquier atadura. Que cada pintor utilice la línea y el color que le pida el cuadro, sin necesidad de ningún código que le dicte normas. La esperanza se puede pintar en verde y también en negro. No existe ningún significado específico de los colores ni deben existir reglas para su utilización.
Queremos liberar la línea dentro de la composición artística
y revindicar de una forma contundente su entidad propia dentro de la creación;
liberar la línea incluso, de la mano que maneja el pincel. Nos referimos aquí a
la línea que junto con la mancha del color componen el cuadro.
Queremos situar el dibujo en el lugar que le debería
corresponder y que siempre hemos defendido, dado que su espontaneidad está muy
cerca de lo espiritual en el artista.
Queremos ser los VORREITER, caminar siempre por delante, en
vanguardia; no queremos volver atrás ni añoramos el pasado, pero sí queremos
recuperar lo que se haya perdido por el camino debido a las prisas por llegar
el primero, aun a costa de prescindir de aspectos necesarios en el largo
proceso de la creación. No queremos que el arte se convierta en un producto más
de usar y tirar de esta sociedad de consumo salvaje.
¡Defendamos el ARTE entre todos! Todo se mueve por amor; la
pintura sin amor es solo color sin alma.
La conjunción del amor con la libertad es imprescindible para que el artista pueda lograr atrapar el concepto filosófico de la obra a realizar, y que ese proceso interior del pensamiento lo lleve a la teología de la creación. Esa eterna búsqueda es la que sembrará el camino de las verdaderas obras de arte. Inundemos el mundo de pintura, escultura, música, poesía…, inundemos de arte todas nuestras ciudades; y que la cultura y los valores del ser humano prevalezcan sobre todo lo demás.
La conjunción del amor con la libertad es imprescindible para que el artista pueda lograr atrapar el concepto filosófico de la obra a realizar, y que ese proceso interior del pensamiento lo lleve a la teología de la creación. Esa eterna búsqueda es la que sembrará el camino de las verdaderas obras de arte. Inundemos el mundo de pintura, escultura, música, poesía…, inundemos de arte todas nuestras ciudades; y que la cultura y los valores del ser humano prevalezcan sobre todo lo demás.
Quiero
pintar la vida. Jorge Rando.
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