viernes, 24 de marzo de 2017

José Pulido Navas: Pregón de Semana Santa 2017, en el Hogar de Ávila en Madrid.




                                        
L.M.A.
Madrid, 24.03.17 .- El periodista y poeta José Pulido Navas pronunció el Pregón de Semana Santa 2017, en el Hogar de Ávila en Madrid, al que antecedieron las palabras de María Anunciación Guil Redondo, presidenta del Hogar de Ávila en Madrid:
     “Sr. Alcalde de la Ciudad de Ávila, Senador Diputados, Concejales, Presidente y Junta Directiva de la Semana Santa, compañeros de la Junta Directiva del Hogar de Ávila en Madrid, Sr. Pregonero D. José Pulido, señoras y señores mis mejores saludos.
El cristianismo ha tenido siempre un influjo y efectos decisivos en nuestra cultura occidental.  Estableció  el calendario y  determinó las diferentes épocas del año mediante una liturgia propia relacionada con la presencia terrenal de Cristo hecho hombre en Navidad, y muerto y resucitado, como salvador de la humanidad, en la Semana Santa.
Y ceñidos a este programa, celebramos, cada año, los acontecimientos más señalados y transcendentes de este culto.
Cada festividad tiene su particularidad inherente, así la Navidad desprende alegría y recogimiento familiar, la Ascensión admiración por la omnipotencia de Cristo, la Pentecostés  esperanza. Pero la Semana Santa transmite dolor y pena por la muerte de Jesús, culminando los días santos con aleluyas de la Resurrección del Salvador.
 La celebración de la Semana Santa es más intensa en unos sitios que en otros. Se vive de una manera u otra según el lugar. En Castilla tradicionalmente, es un ritual severo, austero, como nuestra tierra. Sentido, por muchos, en lo más hondo de su ser. Es la pasión de Cristo resaltada por unos Oficios religiosos propios que llenan los templos de devotos conmovidos por lecturas y cánticos entristecidos de “Misereres”. Es la pasión representada en imágenes que componen los “pasos” (paso se deriva de PASUS= Pasión), que van en procesión (la procesión es la liturgia, sobre todo de la época barroca, en la calle, en busca del creyente), acompañados de cofrades ataviados con sus túnicas y cubiertos con los capuchones para así mantener su anonimato de penitentes. Pasos que son portados por anderos   que, con la pericia de los años, mueven los pasos como si caminasen por la vía de la amargura.
En Ávila la celebración de la Semana Grande es general, tradicional, DE SIEMPRE. Ahora que nuestros pueblos sufren la desdicha de la despoblación, se siente la falta del grupo humano que resalta la actividad, pero no por eso se ha enfriado el fervor. En todas las iglesias quedan las imágenes de Crucificados, Amarrados a la columna, “Ecce Homos”, y Vírgenes Dolorosas, desgarradas por el sufrimiento, muchas  plenas del realismo barroco, que atestiguan un pasado penitencial relevante.
En nuestra murada capital, la Semana Santa es grandiosa, honda, conmovedora…, pero a la vez es atrayente. Llama la atención la belleza de sus pasos, la excelente organización de sus procesiones y demás actos litúrgicos, la participación de los abulenses que convencidos de lo sublime del momento se entregan con pasión a la PASIÓN. La Semana Santa de Ávila deja una llaga inolvidable en nuestro recuerdo. Pasar la Semana Santa en Ávila es vivir plenamente las esencias de la fe.
En este acto tan solemne que estamos realizando, vienen a mi mente recuerdos de mis Semanas Santas, casi todas pasadas allí, en la mística, histórica, artística y bella ciudad.
La Semana Santa de Ávila, la siento suscitando en mis creencias afianzamiento de la fe. En el recuerdo de mis padres, Mª Anunciación y Tomas al que todo el mundo llamaba por su apellido, Sr. Guil, que me enseñaron las verdades fundamentales de la vida.
 La oigo en saetas castellanas, en cornetas y tambores ruidosos. Y en repique de campanas por la Resurrección de Cristo.
 La huelo en ramos de laurel que portábamos los niños en la procesión de” La Borriquila”, que sale de San Antonio y conmemora la entra de Jesús en Jerusalén; en el olor a incienso quemado que se echaba en el Monumento del Jueves Santo.
La saboreo en torrijas endulzadas por manos temblorosas de abuelas amorosas y hornazos de romería del Resucitado.
La estimo y aprecio en la belleza de esas imágenes llenas de realismo por vestimentas de telas, pelucas artificiosas, corona y joyas que han donado los fieles. O admirablemente estofadas (estofa=tela), por pintores  de oficio.
La Semana Santa es devoción, pasión, es base de nuestras creencias, pero también es tiempo  de viajar, visitemos nuestra tierra abulense, recordemos nuestros ancestros y revivamos, en la medida de lo posible, su economía., que falta hace.
   Hoy, nos reunimos aquí, en el Hogar abulense de Madrid, para propagar a los cuatro vientos el Pregón de nuestra Semana Santa, que correrá a cargo de D. José Pulido Navas.
Sr Pulido: el Hogar de Ávila le recibe con los brazos abierto y deseamos que participe siempre que  pueda en la vida del Hogar, no solo como periodista, sino como poeta.
Que tengan una Semana Grande, santa, devota.”


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