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20/05/18 .- MADRID .- Hay mucho inexperto e indocumentado en la política,
por eso se inventan titulaciones y líneas de CV en sus presentaciones al
público, que una pobre mujer, como Cristina Cifuentes cayó por la avaricia
universitaria e insidia de los suyos, más, en este caso, por prepotencia e
ingenuidad, que por falta de preparación o maldad declarada (la cleptomanía es
una enfermedad, penosa, eso sí para dedicarse a la política). ¡Al suelo, que
llegan los nuestros! dijo Pio Cabanillas cuando vio ganar a los suyos. El
aserto sigue en pie.
No es fácil la política, pero un
mínimo de preparación debiera exigirse, no en balde se van a dedicar a
administrar los bienes y aspiraciones de todo un país. No es que ser
universitario garantice mucho, porque la Universidad expide certificados a
chorro, pero algo es algo y ahí no entrarían papanatas políticos que los hay muchos, de
los que sueltan una burrada de ignorante, no piden disculpas y se quedan tan
anchos.
Los partidos han de exigir CV más
nutridos a sus componentes y dirigentes; comprobarlos con certificados compulsados,
poco menos que notariales. Todo menos admitir a paniaguados, busca-sueldos ,
rellena-listas y otros elementos que no merecen estar al servicio público de los
ciudadanos. Hoy por hoy, los partidos son responsables de su propia elección. La partitocracia es responsable.
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