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Dolores Tomás en la firma de la donación
Julia Sáez-Angulo
Fotos
EFE
27/08/18 .- MADRID .- Ha llegado a
reunir más de cuatro mil cuadros de buena pintura rusa, el arte no oficial, que
abarca desde la Revolución de 1917 al siglo XX. La coleccionista los adquirió durante
los años duros y complicados de la Perestroika rusa, cuando la URSS se iba
disolviendo como un azucarillo, al tiempo que las mafias se adueñaban de calles,
personas y negocios. Algunos rusos suspiraban con la célebre frase de Goethe: prefiero la injusticia al desorden. El
caos se había apoderado de la santa Rusia desconcertada con los nuevos
acontecimientos político-sociales y ya se sabe con el dicho castellano que a río revuelto, ganancia de pescadores.
Dolores
Tomás Silvestre ( Ciudad Real, 1948) afincada en Madrid desde los 5 años, una mujer diminuta
y pizpireta, manchega de pro, con buenos
redaños, no tuvo miedo de avanzar por aquellas aguas procelosas de la URSS en
descomposición, recorriendo los talleres de los mejores pintores rusos, que
ahora tenían que enfrentarse a la dura competencia del capitalismo rampante en
lo que quedaba del país de Stalin y Kruchev. Los artistas la recibían con los brazos
abiertos; la dama española era generosa y pagaba bien. A ellos “los ponía en
casa”, con aquellas divisas que les pagaban.
Con su figura menuda, erguida y bien
vestida, Dolores Tomás viajaba en tren por la inmensa llanura soviética y una
se la imagina como a Ana Karenina,
pero con otros fdestinos más felices que los de la protagonista del libro de León
Tolstoi. El peligro también la acechaba, extraños sujetos la seguían celosos,
pisándole los talones, por uno y otro recorrido, hasta que la dama española,
que no era tonta, les hizo frente y les preguntó: ¿Qué queréis y me dejáis en
paz? Con un par. Llegaron a un acuerdo y la dama pudo seguir adelante con su
objetivo, ya sin ojos comprometedores y amenazantes en la nuca y en la espalda.
La colección
Rusia Siglo XX de Dolores Tomás
(curiosamente la colección de otra dama española, Pilar Citoler, se titula Circa XX si bien gira en torno a otro
concepto) comenzó en un contacto con el Instituto de Bellas Artes Surikov, en
Moscú donde la coleccionista conoció a Piotr Litvinski, jefe de cátedra de la
Escuela”. Después vendrían los encuentros sucesivos en Nizhni Novgorod,
Ekaterimburgo, Ioshkar Olá, Volgogrado, Sámara, Tuxla, Astrakán… Tiempos de
Perestroika, no precisamente fáciles en medio de nuevas euforias de apertura. La
mafia campaba por sus respetos en la vieja y santa Rusia de aquellos años 80 y
90, a partir de la caída del muro y los comunismos, y algo de eso también
continua.
Entre los nombres rusos más
destacados de su colección se encuentran los artistas Borodin, Striguin,
Litvinski, Chernikova y Skuridin. “Una colección que es mi pasión y mi vida”,
subraya Dolores, que ha creado la Fundación Surikov para promocionar este arte
ruso singular, fuera del circuito oficial, del que carecen los museos más
importantes de Rusia y que le han pedido algunos de esos cuadros, que la
coleccionista ha acabado por donar más de medio centenar a Rusia, vía
institucional, por medio de la Embajada rusa en España.
Una selección de Rusia Siglo XX se ha expuesto en lugares
de prestigio como las Atarazanas de Barcelona, Diputación de Córdoba… Dolores
Tomás quiso exponerla en Madrid en el aniversario de la Revolución del 17, pero
políticos pacatos estimaron que no procedía. Efectivamente se trata del arte no
oficial ni revolucionario, pero pintado igualmente por artistas rusos fuera del
sistema.
La colección, fundamentalmente
figurativa, abarca figura, paisaje, escenas de género, bodegones, flores y
floreros y quizás lo más importante: los autorretratos de los pintores que
deseaban dejar su efigie en medio del arte colectivista. De estos últimos
pedían sobre todo los museos rusos a Dolores Tomás El historiador de arte,
Matías Díaz Padrón, ha escrito sobre esta colección singular. La coleccionista siempre anda cerca del Grupo pro Arte y Cultura, donde cuenta con buenos
amigos, y no falta a las recepciones de Mayte Spínola. ¡Estas damas del arte son tremendas!
“Una colección es la pasión de
alguien que se deshace en una testamentaría”, le recuerdo a Dolores, pero ella
me dice que su hijo se encarga muy bien de la suya.
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