Manuel Prado y Colón de Carvajal
L.M.A.
20 de septiembre de 2018.- El próximo día 10 de septiembre saldrá al mercado una de las memorias más esperadas por el público lector. Se trata del libro escrito por Manuel Prado y Colón de Carvajal, uno de los hombres más misteriosos y enigmáticos de los que se rodeó el Rey Juan Carlos I, personaje clave de la transición española y conocedor de secretos. Su título: Una lealtad real.
Un libro cuya fecha originaria de publicación estaba establecida para febrero de 2008 y que ahora aparece con retraso, debido a la voluntad del autor de posponer la edición por las cuestiones personales y procesales que estaba viviendo por aquellas fechas.
Una lealtad real es un relato de la vida de este embajador, escrito en un tono muy sorprendente. Narrado en ocasiones con mucho humor, está lleno de grandezas y miserias, de historias sorprendentes y de personajes públicos que en algunas ocasiones desenmascara sin temblarle el pulso.
Desde una infancia y juventud tan privilegiada como accidentada hasta el estado actual de vejez y melancolía algo herida, el trayecto vital de Manuel de Prado ha estado lleno de sabrosas anécdotas y capítulos para la historia que hasta hoy han sido un continuo interrogante.
El autor fue senador real, mediador con la casa real saudí, presidente de Iberia, amigo español del presidente Giscard d’Estaing, protagonista de las relaciones españolas con Iberoamérica y de la Expo´92 sevillana y, cómo no, amigo del Rey.
Con la lealtad como principio, el autor narra sucesos tan relevantes como la Marcha Verde, el 23 F, su particular misión en Rumanía, su entrada en el papel cuché al mismo tiempo que su paso por la cárcel... Pero sobre todo, este relato es el torrente de una memoria cargada hasta el cansancio y que, con las lógicas cautelas, quiere descansar.
Una lealtad real
«Sé que muchos, al ver la portada de este libro con mi macilento retrato, recurrirán de inmediato al
índice para acudir solícitos a los capítulos que en principio puedan despertarle más morbo, más
incontenible excitación. Sé que habrá muchos que se preguntarán por lo que tendrá que contar este
probable caradura llamado Manolo Prado, el aristócrata del latrocinio al que tan bien se le han
pagado los servicios prestados, sobre todo los servicios del silencio, que de alguna manera puede que
hasta sean del todo impagables…»
Así comienzan estas memorias, que parecería bien subtitular mis silencios, como sugiere el propio
autor. Este relato, hecho en un tono muy especial y sorprendente, está lleno de grandezas y miserias,
casi como cualquier vida, aunque nadie le niega a Manuel de Prado su condición misteriosa.
Desde
una infancia y juventud tan privilegiada como accidentada hasta el estado actual de vejez y melancolía
algo herida, el trayecto vital de Manuel de Prado está lleno de sabrosas anécdotas y capítulos para la
historia que hasta hoy han sido un continuo interrogante. ¿Cómo perdió su mano? ¿Cómo fue su
acercamiento al Rey, la persona a la que todo el mundo le une como personaje público?, ¿cómo su
relación con la Reina? ¿Dónde estuvo en la transición?
Senador real, mediador con la casa real saudí,
presidente de Iberia, amigo español del presidente Giscard d’Estaing, protagonista de las relaciones
españolas con Iberoamérica y de la Expo´92 sevillana y, cómo no, amigo del Rey. Siempre con la
lealtad como principio y el silencio y la discreción como conductas, también aquí está su relato de
sucesos como la Marcha Verde, el 23 F, su particular misión en Rumanía, el secuestro por ETA de su
hermano Diego, su entrada en el papel cuché al mismo tiempo que su paso por la cárcel... Pero sobre
todo, este relato es el torrente de una memoria cargada hasta el cansancio y que, con las lógicas
cautelas, quiere descansar.
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